jueves, 19 de julio de 2007

UNA CONVERSA CON LA TERQUEDAD



”No se le vaya a ocurrir que me van a vencer,que voy a retroceder, que ya no puedo seguir.”
Ignacio Ortega Santizo
No vaya usted a pensar que yo me voy a rendir, porque dejar de luchar es comenzar a morir. Así es mi amigo, he visto a muchos que disimulan su muerte autodenominándose pragmáticos.
En esta vida enfrenté la práctica y la teoría. En esta lucha arriesgué todo lo que yo tenía. Y hoy muy pocos se arriesgan, y el mundo ya está harto de tanto discurso de cafetería, de tanto impotente que protesta todo para que nadie cambie, pues sólo es palabrería, sin acción tomada, sin compromiso alguno.
Lo que me queda, daré y aunque me cueste la vida, no me podrán acusar de no hacer lo que debía. No vaya usted a pensar que estamos domesticados; que todo esto acabó, que ya estamos derrotados. El mundo espera, aún, a los despeinados que se atreven a correr riesgos, a los que no buscan llenar sus cofres piratas, sino llenar de joyas de marfil las caritas infantiles.
Seguimos con terquedad y se los voy a aclarar: no hay tiempo para temer, no hay tiempo para perder, lucho por mi dignidad, mi patria, mi libertad, no dejaré de pelear. No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no. El mundo tiembla de miedo, ¿dónde están los héroes? ¿Bajo que piedra ocultan sus sombras? Olvidan que la muerte sin sigilo se acerca y que cuando llegue no habrá excusas.
Los que seguimos la lucha, esta lucha noche y día; estamos contra el Imperio, seguimos en rebeldía. El mundo está harto de los derechistas y más asqueado de los izquierdistas cómplices del imperio. Del imperio que dice que no todos somos iguales, que no tenemos derecho a la oportunidad de vivir como verdaderos seres humanos.
Yo seguiré caminando, no quedaré de rodillas. Les juro, sigo luchando por nuestra soberanía:Soberanía total. Y tenemos que ser tercos, y tenemos que ser rebeldes, y que no podemos conformarnos con algo menos que ser dueños de nuestras vidas. La personal, la familiar, la nacional. Soberanos plenos de la vida, de nuestras vidas.

martes, 17 de julio de 2007

HÉROE


"Cada cual tiene que tratar, en lo posible, de rescatar todo aquello que sea válido, para sí y para los demás".
Jorge Ángel Livraga


Definir a un héroe no es tarea fácil, principalmente porque asociamos sus hazañas a lo extraordinario y hemos de admitir, que nuestras vidas tienen muy poco de ello, entendiendo extraordinario como algo estratosférico, fuera del alcancé común de los mortales. Alguna luz me dio el profesor Valentín Medina cuando nos decía en el aula de clases: “La vela perece regalándonos su luz”.
Creo que esa frase resume a mi amigo Ignacio Ortega Santizo, mejor conocido como Cáncer. Igni se nos fue, pero se nos fue regalando luz. Por lo menos así fue para quienes tuvimos el honor de acompañarlo, tan siquiera un poquito, en sus últimos años de vida. En las esporádicas visitas a su hogar, fui testigo de una vida creadora. La música, la literatura, el amor de padre y esposo, la plástica y la amistad fueron las obras a las cuales dedicó su muy dificultoso y valeroso aliento.
Con cada visita a casa de Cáncer, fui entendiendo que la heroicidad es una inclinación a todo lo bueno, bello y justo. Y que lo bueno, bello y justo no se encuentra encerrado en castillo amurallado, sino que siempre está muy cerca, y que por lo tanto no es necesario lanzarse al asalto, sino más bien asaltarse uno mismo. Aprender a vivir libre de lo alocado y ser capaz de gritarle a la muerte: “Voy a vivir hasta el último instante”.
Cáncer, un héroe, no por estar libre de errores, sino por tener la capacidad de verse y vencerse; decirle adiós a la dependencia química, darle la bienvenida a una nueva familia y a sus respectivos sueños, y sobre todo, por vernos a los demás tal y como somos, sin asustarse e insistiendo en querernos. Cáncer, un héroe que a pesar de estar atrapado en el callejón sin salida que significa la proximidad de la muerte que siempre creyó en la vida.

viernes, 13 de julio de 2007

PALABRAS EN LA PRESENTACIÓN DE MI LIBRO “HEURÍSTICAS”


Una vez me leyeron la mano, fue una traviesa monja católica apostólica romana, y aunque aquello fue meramente un juego, sus palabras las he tomado de excusa para vivir como vivo. Me habló de dos cruces que poseo en ambos lados de una larga línea de una de mis manos y me dijo que una representaba mi buena suerte y la otra mi mala suerte, y dado que así se anulaban la una a la otra, el resultado final de mis empresas siempre dependería de mi esfuerzo personal. Así que, entendí, sé que soy un hombre desafortunado y también sé que soy un tipo afortunado.
Me explico. Muy temprano en la vida entendí que nada nuevo hay bajo el sol y eso, siendo escritor, me hace muy desafortunado; también sé que soy afortunado, pues he comprendido que para que algo se renueve basta arrojarle miradas nuevas. Soy un hombre desafortunado, porque contemplo esta vida de afanes como la inútil persecución de los espejismos, la crema y nata de la vanidad de vanidades; sin embargo, soy afortunado pues sé que hay espejismos que se han convertido en sólidas pirámides que desafían el viento y el tiempo.
Soy desafortunado, trabajo en dos ámbitos (docencia y literatura) donde asumimos como conveniente la extraña costumbre de acartonarnos; soy afortunado, a pesar de mi mismo, sigo siendo de carne y hueso, y me río, y me río muy fuerte, placer del cual se privan voluntariamente los cartones. Soy desafortunado, vivo en un mundo de prohibiciones; soy afortunado, la única prohibición que acepto es aquella que dice está prohibido rendirse. Soy desafortunado, siento que es muy difícil ser feliz, tanto que a veces pienso que la felicidad no existe; soy afortunado, sé que si la felicidad no existe, tampoco existe la infelicidad; sólo basta decidir cada mañana entre la felicidad y la infelicidad. De eso trata este libro, el más autobiográfico de todos, de todas esas leyendas que nos han tejido alrededor de las palabras felicidad e infelicidad. Una vez mi amiga Katia me dijo que para casarse sólo había que decidirse, ¿no será que toda la vida simplemente consiste en eso, en decidirse?

jueves, 28 de junio de 2007

Presentación del libro Heurísticas de David Robinson por Paco Moreno el 27-VI-2007


Este libro que David Robinson nos ofrece hoy bajo el nombre de Heurísticas es una colección de cien artículos que se empezaron a publicar cada viernes con el nombre de cibertículos desde diciembre de 2001 en el diario Día a día.
Así como un pintor va haciendo bocetos de los temas que considera interesantes para la composición de sus cuadros, así mismo David fue recopilando estas notas, muchas de las cuales bien podrían ser semillas para una novela o para un voluminoso ensayo. Estos cien bocetos, tan breves que en algunos casos me atrevería a calificar de caricaturas, son notas recogidas por el autor en su peregrinaje por la vida, sacando consecuencias de los hechos con que se ha ido tropezando, despertando las conciencias dormidas de sus conciudadanos, denunciando las injusticias de las que son víctimas sus prójimos o él mismo en muchos casos.
La limitación de estos cien artículos en apenas 187 páginas les puede dar una idea de su brevedad, de su concisión. Aquí se cumple a cabalidad el refrán que dice que lo bueno, si es breve, es doblemente bueno.
El título del libro nos sugiere que esta serie de artículos se debe a la heurística, a la invención que es fruto de la investigación, pero no de la investigación sistemática, libresca, sino de la que se plantea el hombre de la calle, el hombre (y la mujer, por supuesto) que tiene que verse forzado cada día a ganar el pan y que se pregunta por qué está condenado a chocar continuamente en los barrotes de la jaula donde la civilización lo tiene preso. El subtítulo Del instinto al oficio nos hace pensar que el autor, empujado por ese instinto vital que lo lleva a retar al destino, se propone comunicar sus inquietudes a otros semejantes mediante el oficio de escritor.
La mayor parte de estos artículos van precedidos de epígrafes. Son sentencias breves o frases enjundiosas dichas por diferentes personajes de todas las épocas, algunos tan antiguos como el filósofo Epicteto o el evangelista San Mateo, pasando por Mario Benedetti, Pablo Ruiz Picasso, Mario Vargas Llosa, Desmond Tutu, Jean Paul Sartre, Eduardo Galeano, Mohandas Gandi, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Stephen Hawkins, etc. y otros tan próximos a nosotros en el tiempo y en el espacio como los escritores Ernesto Endara, Rose Marie Tapia, Carlos Wynter o el cantante Rubén Blades,
David Robinson es un educador. Su vocación docente le permite estar en contacto directo con los que, para bien o para mal, heredarán los triunfos o los fracasos de la sociedad actual. En las páginas de este libro se refleja la preocupación del autor por esa juventud que, desligada cada vez más de las tradiciones y de los principios morales de sus abuelos, navega a la deriva sin brújula ni timón, mirándose el ombligo a falta de algún horizonte donde fijar la vista. Estoy seguro de que muchas de las páginas de este libro están inspiradas en la preocupación del autor por nuestra juventud y por la responsabilidad que nos cabe a los adultos en el porvenir de las generaciones venideras.
David Robinson es un excelente escritor y, por ser escritor es artista. La literatura es un arte y él desde luego, domina la magia de las palabras para darle lustre y belleza a lo que escribe. Sin embargo yo veo en David Robinson, además del artista, al filósofo; pero no un filósofo académico, doctrinario, sino un filósofo del pueblo, un filósofo descalzo, que sabe encontrar conceptos profundos en el acervo popular, en las preocupaciones cotidianas, y que sabe expresar esta sabiduría en el lenguaje sencillo de la gente común. Un filósofo descalzo, que dice verdades como ruedas de molino que en su rodar aplastan a hipócritas y timoratos. Yo veo a David Robinson como una especie de Diógenes que no necesita más mansión que un simple tonel y cuyos deseos se limitan a que ningún poderoso le tape el sol.
En estas heurísticas David Robinson se va sacando del alma jirones de sí mismo, pedazos de intimidad, con el mismo dolor con que una madre pare sus hijos. Después nos va mostrando esos retazos de sus entrañas uno por uno en estos artículos que hoy nos ofrece en forma de libro, con el mismo entusiasmo con que una madre exhibe el fruto de su vientre.
David Robinson pone bajo la lupa de su criterio transparente los temas más diversos y los comenta con un inconfundible estilo literario directo y desenfadado. Aquí van a encontrar ustedes opiniones sobre la ética, sobre el bien y el mal, la cordura y la locura, el odio y el amor, la vocación, la felicidad, la venganza, lo bello y lo feo, el pensamiento, la cultura, la identidad, la vida, lo real y lo ficticio, la libertad, el destino, la verdad y la mentira, la culpa y el perdón, la confianza, la utopía…
Opina el autor en un mismo artículo sobre Julio César y sobre el fútbol, en otro nos habla de la fe y de las bacterias, Toca la sociedad en sus facetas más sensibles. Habla del hambre y del consumismo, del derecho y de la corrupción, de los depredadores y de las víctimas, de competir y de compartir, del trabajo, de las profesiones y los oficios, de la discriminación, del machismo, de los contratos, del matrimonio, de los hijos, de la civilización occidental, de las religiones y de la tolerancia, de la delincuencia y de la policía, del tráfico de drogas, de los mesías y sus seguidores, de los mitos…
A David le duele la Patria. Nos habla del 9 de Enero, de la identidad nacional de los panameños, de la ampliación del Canal…
Pasa de la profunda reflexión sobre algún tema trascendente a la ironía o a la sátira con la agilidad mental del escritor polifacético, que sabe cómo tratar los temas más diversos.
Igual comenta el mayo francés de 1968 como los pavos de los diablos rojos, la literatura de autoayuda o los que cruzan la calle por debajo de los puentes peatonales, las hipotecas de los bancos o la Cucarachita Mandinga..
Y, por si fuera poco, David también nos hace partícipes en este libro de ciertas experiencias personales, ya sean satisfactorias, como la presentación de su libro de cuentos Soles de tinta y papel, o lamentables, como las conmovedoras palabras que pronunció en el sepelio de su madre.
Los cien artículos de este libro me recuerdan los del Diccionario filosófico de Voltaire, pero hechos a nuestra medida, más concisos, más actuales y más nuestros. Son espejos donde los lectores podemos vernos reflejados, donde podemos encontrar nuestros propios mitos y nuestras propias dudas, nuestras miserias y nuestros temores y, lo que es más importante, aprenderemos a convivir con estos demonios porque el autor nos llevará de la mano a conocerlos.
Es un libro escrito, como dijo en el siglo XIII Gonzalo de Berceo, “en román paladino en qual suele el pueblo fablar con so vezino”. Yo creo que bien vale, como los versos de Berceo, “un vaso de bon vino”, con el que brindar esta noche por el libro y por su autor.

lunes, 25 de junio de 2007

EL CAOS ES UN ORDEN INCOMPRENDIDO


“El misterio es la cosa más bonita que podemos experimentar. Es la fuente de todo arte y ciencia verdaderos.”
Alberto Einstein
El llamado orden es al final una decisión. Objetiva, mística o cósmica. Individual o colectiva. Tomada conciente o inconscientemente. Fruto del consenso o de la imposición. Fundamentada en los hechos observables o en las razones reveladas. Pero algo decidido no necesariamente es algo totalmente verdadero. Una decisión sólo es una decisión y, repito, el orden no es más que una decisión producto de la percepción e interpretación de la realidad. ¡Y la realidad es tan difícil de atrapar en nuestras pretenciosas definiciones!
Así fue que nació el desprestigio del caos. Con tanto esfuerzo invertido para que una decisión adquiera el estatus de orden, ¿Cómo permitir el libre tránsito del sedicioso caos? Es que puede que el caos sea algo no decidido y sin interés por alcanzar el rango de cosa decidida. También, simplemente puede ser que esté más allá del alcance de nuestras capacidades y eso es un duro golpe a nuestro ego.
Sin embargo, el caos siempre, para nuestra fortuna, ha estado entre nosotros. Como un espíritu, que por desconocido, alienta el cambio, la creación, el arte y la filosofía; sobre todo, como un misterio que, cual imán, nos atrae y transforma. Involucrarse con el caos implica evolución, y eso es definido como peligroso por el orden establecido.
La tradición afirma que la realidad sólo tiene un plano posible y resulta que basta que nos movamos y la observemos desde otro ángulo, y nos daremos cuenta de que la realidad, en realidad, es una red de implicaciones y contradicciones. Si nos llenamos de temor ante esta nueva visión, la llamaremos caos; de no hacerlo, entenderemos que estamos ante una oportunidad. Entonces, parece que la única diferencia entre orden y caos es nuestra decisión: miedo u oportunidad.

viernes, 22 de junio de 2007

DE LA AUTONOMÍA Y LA TORPEZA


“El niño empieza obedeciendo a su madre y acaba obedeciéndose a sí mismo”
José Antonio Marina
Según la mitología griega, el bello joven Narciso no pudo resistir la tentación de ir tras su imagen reflejada en una fuente y murió ahogado. Según Homero, el astuto Odiseo, para poder escuchar el canto de las sirenas, tapó con cera los oídos de sus compañeros de aventuras y se hizo amarrar al mástil de su nave; el resultado del tal estrategia fue que no perdió a su tripulación y pudo escuchar el maravilloso canto de las sirenas, sin lanzarse al mar y morir envuelto en las olas.
¿Por qué Narciso y Odiseo tuvieron destinos diferentes? Suertes muy, muy distintas, por cierto. Narciso fue maldecido por la diosa Némesis a enamorarse de su propia imagen; Odiseo decidió amarrarse al mástil. Narciso fue marioneta de una diosa vengativa, Odiseo fue dueño de su destino.
¿Estos relatos mitológicos tendrán alguna aplicación en nuestros días? Sospecho que sí. Un día, mientras hacía fila en un banco, la dama que me precedía llamó a alguien y la conversación, más o menos, fue del siguiente talante: “Bueno, mi niña, ya llegaste de la escuela; ahora almuerza, tu comida está en la nevera, la metes en el microondas por dos minutos, espera que se enfríe un poquito y te la comes, dejas el envase en el fregadero que cuando yo regrese lo friego. Después, te acuestas por media hora y te pones a hacer la tarea, te la voy a revisar. Cuando termines la tarea, puedes ver televisión hasta que llegue yo a la casa”. Evidentemente se trataba de su hija. Me dio la impresión de que le planeó la tarde a la niña. ¿A diario haría lo mismo? ¿Osaría planearle a sí mismo la vida?
¿Esa niña de adulto, cuando ya no esté mamá, tomará sus propias decisiones o permitirá que las tomen la programación televisiva, las revistas o en el peor de los casos, una secta satánica? Hoy día hablamos mucho de ser uno mismo. Pero, ¿Estamos encaminados a ello o por el contrario se busca uniformar a todos y cada uno de los individuos? Narciso u Odiseo, he allí el dilema.

domingo, 17 de junio de 2007

HAY REINOS QUE DURAN TAN POCO TIEMPO


“La verdad histórica no es lo que sucedió, es lo que juzgamos que sucedió.”
Jorge Luis Borges
Setenta y seis años duró el reino del planeta Plutón. Se acabó. ¿Qué harán ahora los astrólogos? El caso del destronamiento, del que otrora fuera el noveno planeta de nuestro Sistema Solar, deja en evidencia que muchas de las ideas que consideramos absolutamente verídicas, no necesariamente lo son. Es más, muchas verdades no son más que consensos entre entendidos y en el peor de los casos, meras arbitrariedades.
Así le ocurrió a Plutón. Se encontraron otros cuerpos parecidos al “planeta” en cuestión, y surgió el dilema: darles o no el título de planeta a esos otros cuerpos. La decisión salomónica: quitarle el título a Plutón.
Claro que hay argumentos válidos para la expulsión del club planetario: Órbita elíptica y no circular como todos los demás planetas, se formó en un proceso muy distinto y está compuesto fundamentalmente de hielo. Y por supuesto, su tamaño inferior al promedio de los otros ocho planetas.
Tres mil astrónomos reunidos en Praga, por medio del voto universal, acordaron que Plutón ya no podía ser un planeta de nuestro Sistema Solar. ¿Habrá consecuencias? Claro que sí. Hay que re-editar miles de textos escolares, enciclopedias y otros textos. Pero la más importantes de todas, reconstruir todo el andamiaje mental de miles de millones de seres humanos que fueron educados en la certeza de nueve planetas, siendo Plutón el último de ellos.
Las verdades son nuestras verdades, puede ser. Sin embargo, es importante reflexionar el caso de Plutón. ¿Cuánto de lo que yo considero verdad no tiene cimientos más fuertes que los que sostenían a Plutón como planeta? ¿Cuántas de mis verdades no son más que mis creencias? O lo execrable, ¿Cuántas de mis verdades no son más que creencias de otros? No olvidemos el fin del reino de Plutón. ¿Y qué harán de ahora en adelante los astrólogos?

lunes, 11 de junio de 2007

ENSEÑAR O NO ENSEÑAR, HE ALLÍ EL DILEMA


“He podido comprobar que el ‘método de enseñanza’ más difundido en las universidades panameñas es que el profesor hace como que enseña y los alumnos hacen como que aprenden.”
Manuel Castro Rodríguez
Me parece que me voy a contradecir. Es que ahora, después de haber titulado este artículo, me percato que enseñar o no enseñar no es el dilema. ¡Claro que hay que enseñar! ¿Y cuál es entonces el conflicto? Creo que la pregunta es: ¿Enseñar qué?
¿Para qué un niño termina la educación básica general? ¿Para ir a la secundaria? ¿Y para qué un adolescente asiste a la escuela media? ¿Para graduarse en la universidad? ¿Y es qué hay garantías de que todo educando llegue hasta la educación superior?
La educación tiene tres áreas: La conceptual, que es la tradicional transmisión de conocimientos; la procedimental, que es la identificación de los procesos; y la actitudinal, que tiene que ver con las actitudes necesarias para la sana convivencia y el mejor aprovechamiento de los recursos disponibles.
Soy un convencido de que estamos en los tiempos de fácil acceso a los contenidos. Internet, la televisión por cable, los medios impresos, la radio y hasta los rumores, constantemente vierten información (de cualquier tema) a la audiencia. Superficial, poco reflexiva y acrítica. Sí. Pero allí está.
También, la creciente pobreza me obliga a concluir que no todos los jóvenes podrán pagarse su educación universitaria. Entonces, ¿Enseñar qué? Pienso en una escuela ideal, donde los estudiantes adquieran hábitos básicos como el de la lectura, y el principal, el de aprender a resolver problemas. Por ejemplo, en lugar de definir la célula, plantear una serie de problemas que el estudiante debe resolver para llegar a la comprensión de lo que es una célula. Nada nuevo. Constructivismo lo llaman. Procesos y actitudes. Habría que resolver un punto. Los padres de familia deben dejar de hacer las tareas a los estudiantes y los docentes no pueden seguir calificando a los padres de sus alumnos.

domingo, 3 de junio de 2007

¿Y CUÁL ES QUE ES MI NOMBRE?


“El mejoramiento de la calidad de los servicios educativos debe convertirse en objetivo prioritario y preocupación constante del Estado, no sólo en virtud de su importancia para el verdadero desarrollo del país y vía fundamental para alcanzar la justicia social, sino que está en juego la nacionalidad panameña.”
Manuel Castro Rodríguez
Cuando era niño en la pantalla chica abundaban las series del oeste norteamericano. No faltaban los vaqueros, los revólveres, las vacas y caballos, las diligencias, los alguaciles, y por supuesto, los indios. En muchos de esos programas éstos últimos se comunicaban por señas. Una vez pregunté a uno de mis tutores del por qué de ese comportamiento y me contestó así: “La guerra fue tan abrupta y violenta que los indígenas olvidaron su idioma”. Me imaginé que sólo era cosa posible en la televisión.
Crecí y la historia me indicó que en la realidad había casos equivalentes a los televisivos. Aquí mismo en Panamá. Grupos indígenas enteros perdieron la práctica de su idioma y sus tradiciones. Y todo producto de la mal intencionada integración al estado panameño. ¿No lo cree? ¿Victoriano Lorenzo era indio o cholo? ¿Qué es un cholo con idioma propio? La respuesta es muy triste, ¿O no?
La crisis de la educación panameña sigue sin ver luz al final del túnel. Se habla de la educación básica y la media. Pero ¿Y sí el epicentro está en la educación superior? ¿De dónde son egresados los profesores de secundaria? Una catedrática universitaria hablaba de la baja calidad del estudiantado que tienen que recibir, hizo especial énfasis en que no tenían el hábito de la lectura. ¿Tienen que recibir estudiantes que no dan la talla? Creo que no. Además, si durante la formación superior el estudiante no hace lo necesario para perfilarse como un profesional de calidad, ¿Quién dijo que hay que graduarlo? ¿No será que el problema estriba en cuidar las horas de clases de los catedráticos universitarios? ¿Acaso no pueden cuidarlas haciendo investigaciones y sugerencias sobre como salir de la crisis?

martes, 22 de mayo de 2007

DE LA CALIDAD DE LA ENSEÑANZA EN PANAMÁ


"No me estoy metiendo en lo que no me importa, lo estoy aconsejando"

Anónimo Callejero
Unos datos para reflexionar sobre la educación en Panamá: ¿Sabía usted que, hipotéticamente, un niño puede pasar los seis años de la primaria sin aprender a leer y escribir, sumar y restar, multiplicar y dividir? ¿Cómo? De la siguiente manera: Durante los 24 bimestres que dura esta etapa escolar, fracasa rotundamente en español y matemáticas (no salva ni un solo bimestre), pero saca buenas notas en materias como manualidades, artística, educación para el hogar y educación física. Como la nota de pase se obtiene del promedio de final de todas las calificaciones, puede pasar sin saber leer ni sumar. Saquen el siguiente promedio y verán. Español: 1.0, Matemáticas: 1.0, Manualidades: 4.0, Artística: 4.0, Educación para el Hogar: 4.0, Educación Física: 4.0, Nota Final: 3.0 (el mínimo necesario para pasar al año siguiente y sin demostrar ninguna habilidad en lectura y aritmética básica).
A ello añádale, el pasmoso fenómeno de los padres y madres que cursan la primaria junto con sus hijos e hijas y hasta en lugar de ellos. Padres y madres que directamente y sin ningún disimulo, le hacen las tareas a sus niños y niñas. Claro está, esto sólo puede ser con la complicidad de los maestros; me parece poco creíble que uno observe el grado de rendimiento de un estudiante en el salón y luego no se percate de la superior calidad de una tarea hecha en el hogar. Aunque, una vez leí en un periódico de la localidad que una maestra prefería aceptar los trabajos, que ella bien sabía no eran hechos por el estudiante, para evitar incidentes violentos con las madres y los padres de familia.
Un problema en la estructura de evaluación de la escuela formal y otro en la actitud y práctica de los padres y madres de familia. Y hay tantos otros detalles por ahí sueltos. Simplezas como un aguacero cayendo, a mitad de una clase, en un techo de zinc sin su respectivo aislante, hasta complejidades como el débil liderazgo de los directivos y supervisores en las escuelas. Por favor, no olvidemos la corrupción y el desvío de recursos a los bolsillos de particulares. Y esos recursos eran para solucionar el problema, no para agravarlo. Entonces, ¿calidad o descalidad de la educación en Panamá?

martes, 1 de mayo de 2007

LA CULTURA DE LA POSTERGACIÓN


“Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él”.
Gandhi
Lo propuesto inicialmente: el ultimo día para entregar documentos es el 28 de octubre. Lo dispuesto al final: el ultimo día para entregar documentos es el 28 de octubre, más los días determinados y otorgados por la prórroga. Sí es que sólo hay una sola prórroga. Porque podemos encontrarnos con casos de muchas prórrogas Y esto es el diario trajinar de toda oficina pública. También me he percatado que de muchas oficinas privadas.
¿Por qué? Porque se ha convertido en pilar cultural del pensamiento y comportamiento de los habitantes del istmo panameño, el pensar que la última hora es la más adecuada para cumplir con las tareas pendientes. Y eso ocurre porque siempre alguien está dispuesto a perdonar la tardanza y a darle una y otra nueva oportunidad. Quizá esto no sea algo exclusivo de los panameños, pero sí es algo a tener en consideración para cualquier planeación en Panamá.
Tal vez en este caso, la fiebre de la postergación sea aupada por quienes deberían vigilar el puntual cumplimiento de lo acometido. Sí, de repente así es. Mantenemos relaciones paternalistas (y maternalistas, también) donde nos damos el lujo de llegar tarde, simplemente porque nos sometemos, aduladoramente, a aquel con el poder de perdonarnos la tardanza. Y allí comienza un ciclo de tardanza, lisonja, prórroga, tardanza, de nunca acabar.
¿Qué se puede hacer? ¿Cómo romper el ciclo? ¿Se puede romper el ciclo?
En este caso sí creo fervientemente en que una golondrina sí hace verano. Si puede haber un individuo capaz de esforzarse por cumplir a tiempo sus deberes y no aceptar una prórroga que disculpe sus tardanzas, a su lado puede haber otro, y otro, y otro...
¿Qué estoy planteando un sueño de opio? No lo creo. Pruebe usted, sea puntual, quizá vea a alguien que aunque sea para no quedarse atrás, también se convierta en alguien puntual.

jueves, 19 de abril de 2007

¿PARA QUÉ SIRVE LA LITERATURA EN CENTROAMÉRICA?


RESUMEN DE ALGUNAS REFLEXIONES EXPUESTAS EN EL IV ENCUENTRO DE ESCRITORES CENTROAMERICANOS (SAN JOSÉ, COSTA RICA)


Por: José Córdova y David Robinson

“Cualquiera diría que miento:
que la sangre ya no se usa
para amasar monumentos.”


Jorge DeBravo

Para plantearse el tema “Literatura y Centro América” es obligatorio establecer ¿qué es Centroamérica y qué es Literatura?. Y más aún, ¿para qué sirve la literatura en Centroamérica?
Centroamérica es una región ístmica con extensión territorial aproximada de 530.848 kilómetros cuadrados; se extiende desde El istmo de Tehuantepec en México hasta la frontera noroeste de Colombia. Está formada por 7 países. Panamá ingresa al PARLACEN en 1992.
Tradicionalmente se habla de Centroamérica y Panamá. Me pregunto sí en realidad no deberíamos referirnos a la zona como Centroamérica, Panamá y Belice. La pregunta no es gratuita. A pesar de poseer costas en el mar Caribe, la Centroamérica continental parece distanciarse y hasta enemistarse con la cultura caribeña. Y lo panameño es lo caribeño en las costas del Pacífico.
Hay otros factores que incidieron en la no inclusión de Panamá como país centroamericano. La estructura colonial administrativa del virreinato de Nueva Granada nos vinculó a Sur América. Luego, nos unimos a Colombia desde 1821 hasta 1903. Otro hecho notorio es la ausencia de una moneda nacional que nos identifique, se dice que es el Balboa y retamos a cualquiera a enseñarnos uno. Gracias al ferrocarril y al canal, el dólar circula desde 1840. Y por último, los yankees, al herirnos con la brecha del canal, crearon una quinta frontera geográfica y cultural. Al norte con el caribe, al sur con el Pacífico, al este con Colombia, al oeste con Costa Rica y al centro con la cerca de la Canal Zone y las bayonetas del Marine Korps.
Quizá nuestra historia pre-republicana y el hecho de que es el río Chagres y no el San Juan quien alimenta la vía interoceánica, dio pie al nacimiento de la tradicional frase de Centroamérica y Panamá. Tal vez la intervención de Tedy Roosevelt en nuestra separación de Colombia tuve efecto parecido con las repúblicas suramericanas. Puede ser que se cumplió un pernicioso axioma: a mayor confusión, mayor debilidad en la identidad geográfica.
Habiendo hecho estas salvedades o salvajidades, retomemos el tema; todas las repúblicas de Centroamérica tienen un común denominador: la violencia. En forma de exilio, cárcel, desempleo, viviendas inadecuadas, injusticia generalizada o desigualdades socioeconómicas. De aquí que el autor testimonial o de ficción tiene el llamado de escribir, en el género que le sea mas fácil, sobre esa violencia. Así lo han hecho la mayor parte de nuestros íconos literarios.
La violencia tiene raíces profundas en la estructura social de nuestros países. Entonces, no sólo hay que transformar la economía, hay que democratizar el privilegio de la belleza. Producir cultura y no sólo consumirla. Así se transformará el panorama violento de nuestra Centroamérica.
Ahora, veamos que es Literatura: Es el arte de la palabra escrita, y si el que escribe es un escritor centroamericano, debería valorar su obra de acuerdo a la función anti-violencia que tenga para la región.
Tenemos algunos ejemplos. Del Panamá del siglo XX, podemos decir que giró en torno al canal y a la discriminación racial ejercida a través de los infames "Gold Roll" y Silver Roll". El primero fue un modo de trato para los gringos blancos y el otro para blancos, mestizos y negros no estadounidenses. En ese entorno nacen obras como "Gamboa Road Gang", “Curundú Line” y “Luna Verde”, la magnifica trilogía de Joaquín beleño. Enmarcada por los aciagos días del diciembre negro de 1989, otro ejemplo del papel de la literatura frente a la violencia es el poemario de Héctor Collado “En casa de la madre”, ganador en 1990 del Premio Nacional de Literatura Ricardo Miró. Dice uno de sus versos: “Todo el odio del mundo cabe en una bala” y resume muy bien la barbarie de la guerra en general y de la invasión a Panamá en particular.
Pero la valoración anti-violencia a la que nos referimos, no sólo se reduce a la obra escrita. También a las actitudes de vida. Los escritores Juan Antonio Gómez y Enrique Jaramillo Levy dirigieron a un grupo de jóvenes en el taller Umbral. Y es importante mencionar que Gómez y Jaramillo Levy, frente al tema de la invasión, sostuvieron opiniones diametralmente opuestas entre sí; Juan vio en la Operación Causa Justa un acto de guerra deleznable contra un pueblo indefenso y Enrique, la gesta que nos liberó del dictador. La literatura panameña, en un momento histórico fundamental para la nación panameña, estuvo por encima de las diferencias ideológicas y, aunque ellas no tenían nada de gratuito, los escritores panameños se avocaron al desarrollo de proyectos de común interés e hicieron vida las palabras respeto y tolerancia.
Me parece que la literatura ha dado frutos a la sociedad panameña. Algunos, pues. Una vez le escuché al poeta Collado la palabra Patriamenta, según recuerdo fue un vocablo que se inventó su hija. A mí, tal expresión, me suena a aliento refrescado por la menta de la patria, a ritual de versos y cuentos reconstruyendo el hálito herido de Panamá. Y es que soy testigo: vi como pasamos de una ciudad saqueada, a una ciudad con poetas y escritores. Y eso, creo, tiene algún valor.¿Qué para qué sirve escribir en Centroamérica? Para anteponer la creación a la violencia. Al final del siglo XX, no todo fue reestructuración y modernización neo liberal del estado, también fue la cultura y la literatura. ¡Qué así sea en este siglo XXI!

NIÑA APUÑALADA POR SU PADRE
La violencia, la agresividad, el miedo, la curiosidad, incluso la morbosidad forman parte de una condición humana que ni se crea ni se destruye, sino que sólo se transforma y se adapta a los nuevos tiempos. Vivimos en una sociedad violenta, cuyas manifestaciones adoptan múltiples formas en la vida cotidiana.
Dra. Montserrat Quesada


La violencia se ha instalado en la sociedad, anclada en el relativismo y materialismo imperantes, y, cada día, lanza su fétida garra sangrienta arrancándole una parte deliciosa de sus entrañas. No es fácil entender, cómo un padre, convertido en alimaña, puede blandir un cuchillo y acribillar en repetidos lances el dulce cuerpecito de su hija.Una niña de diez años resultó hoy herida grave tras recibir quince puñaladas en la localidad segoviana de Collado Hermoso, al parecer por parte de su padre, quien posteriormente fue detenido tras ser víctima de un accidente de tráfico, según informa Fax Press. Las primeras pesquisas apuntan a que la niña pudo hacer algún gesto de desaprobación ante la idea de irse con su padre, por lo que éste, asiduo de taberna, se armó con un cuchillo jamonero y la hirió.Siempre el mordisco ensangrentado atrapa a los niños, siempre los niños, siempre son los débiles, los más indefensos. Siempre la garra del mal y del desastre tiene servido su miserable bocado; siempre encuentra su tributo macabro tras la puerta de los pobres, de los más pequeños y desvalidos.La lucha contra la violencia es ardua tarea. La falta de documentación adecuada y de investigación sobre violencia doméstica contra mujeres y niñas, acoso sexual, maltrato y agresión de rencor y celos impide las labores y estrategias de prevención y erradicación. Son precisas medidas eficaces y efectivas; la policía ha de contar con medios y documentación funcional de denuncias, actuaciones y datos personales e información acerca de detenciones, procesamientos y condenas e incorporar registros sobre la extensión, las causas y las consecuencias del problema.Parece que se diera un plano imitativo en la práctica violenta. Ciertamente, es un escollo social antiguo e inveterado. Pero, sin duda, en una sociedad vacía y ayuna de valores tradicionales y morales, desechados, como antiguallas inservibles, proliferan los bajos instintos, los malos hábitos incontrolados, los impulsos pasionales indomeñados y la nociva educación de la permisividad y la ignorancia. Todo ello ocasiona agresividad y violencia. Las actitudes violentas se generan en la carencia educativa de la infancia y adolescencia. Son los padres los que han de formar a sus hijos; y la lección básica es la del ejemplo; las palabras vuelan y los ejemplos arrastran. El niño es una esponja y recoge todo lo que ve y oye; su personalidad futura depende del aprendizaje del cumplimiento del deber y corrección en su primera etapa infantil; las primeras papillas lo condicionan para siempre. Allí, se desvía, se impide, obstaculiza y se pierde. El niño que respira un aire justo, responsable, de respeto y tolerancia, de servicio y sacrificio, de amor y alegría, de renuncia a diversiones y egoísmos, será un hombre entero y maduro psicoafectiva y socialmente. La entereza vendrá de la formación de una recia voluntad, que elimine veleidades y alcance la reciedumbre. Es imprescindible encauzar las tendencias e imponer la autoridad; inhibirse y conceder todos los caprichos es deseducar. El mismo hijo busca y pide el principio de autoridad, sin el que se siente desorientado, desprovisto y entristecido.Estos clientes de la botella y la droga, que maltratan y asesinan, ¿recibieron una correcta educación?

Camilo Valverde Mudarra


PREFIERO LA NIÑA APUÑALADA
“Somos seres del bajo mundo y no podemos darnos el lujo de amar”
Harold Ziedler


Podrá sonar cruel e inhumano, pero prefiero leer en un diario sobre el abuso infantil que vivir en una sociedad donde el problema no exista, y no porque no se den dichos casos, sino porque en nombre de supuestos preceptos defensores de la integridad familiar, se obvien y echen al canasto de los olvidos.
Nos asusta sobremanera enterarnos de la realidad que sufren miles de infantes agredidos por sus propios padres. Pero no nos engañemos. No es un mal reciente. Al contrario, fue un comportamiento largo tiempo ocultado. Los interiores familiares, específicamente, las intimidades que conllevaban violencia y abuso, a lo sumo eran un tema apenas susurrado y en la mayoría de los casos simplemente obviado en nombre del bienestar familiar. ¡Preferible un niño maltratado a un divorcio!
La humanidad tiene varios miles de años fracasando rotundamente en su anhelo de crear una sociedad sin violencia. Se propone a la educación como solución a dicho dilema y olvidamos un trágico detalle. Aquella definición antropológica en que prácticamente se fundamenta el devenir sociológico de occidente, la aseveración de Rousseau de que el hombre nace bueno y que es la sociedad quien lo corrompe, ya debe ser revisada. ¿Acaso Robespierre el Incorruptible no fue un hombre muy bien educado y lleno de buenas intenciones? ¿Acaso no fue responsable del terror sembrado por la guillotina? Para ambas preguntas la respuesta es un rotundo sí. El hombre es capaz de las más sublimes acciones de nobleza y de los más abyectos y gratuitos crímenes. El hombre es capaz hasta de matar a un pequeño ser salido de sus entrañas. Puede ser por querer emular a algún ídolo de la muerte, por alguna tara biológica o déficit emocional, incluso, puede ser por el mero placer o la curiosidad. Lo que sí es cierto, es que todo individuo tiene una fase oscura que puede eclipsar la totalidad de su vida en el peor de los momentos.
Por más que lo neguemos, lidiar con lo humano implica también lidiar con lo inhumano. Esa tensión fue el motor que nos hizo evolucionar, bajar de los árboles y abandonar las cavernas. Pero la caverna siempre está allí, y no debemos olvidarlo.


David C. Róbinson O.

martes, 20 de marzo de 2007

ESTRATEGIA ANTI ESTRÉS


Una vez escuché, en una de esas a veces sabias conversas de sobre mesa, que los Estados Unidos de América toleraban que la China continental y popular practicase la piratería de marcas y programas computacionales, simple y llanamente porque bastaba con que cada ciudadano chino se gastase, en promedio, diez centavos de dólar por día en productos estadounidenses, para compensar cualquier otra pérdida. ¿Qué? ¿Los diez centavos de un chinito sí tienen poder? ¿Por qué será? ¿Por qué son muchos? ¿Por qué pueden dejar de comprar hamburguesas? ¿Así que el comprar o no comprar determina las vidas de estados tan grandes como el chino y el del Tío Sam? ¿Ocurrirá lo mismo en la vida cotidiana de un coloquial ciudadano de a pie?
Me parece que sí. No. ¡Estoy seguro que sí! Señoras y señores, por favor, reconozcamos que un alto porcentaje de nuestro estrés diario está relacionado con comprar o no comprar. Hemos perdido la conciencia de que podemos dejar de ser cómplices de nuestras agonías y convertirnos en protagonistas de nuestras liberaciones. ¿Sí? ¿Y cómo? ¿Dejando de comprar hamburguesas? Quizá esa es la clave.
Tenemos que reaprender a conservar el poder y nuestro poder reside en saber que la decisión final de las compras es nuestra. Voy a caer en la tentación de dar un consejo no pedido, en recomendar una estrategia anti-estrés. ¿Qué tal si cada vez que vamos hacer la lista de las compras del mes, antes hacemos un listado de todas aquellas cosas que no necesitamos para ser felices? No es hacer la lista de cosas necesarias para ser feliz, es hacer la lista de las cosas que no necesitamos para ser felices.
De repente ya es tiempo que comencemos a vernos de otra forma y actuemos, consecuentemente, de otra manera. No sea que nos ocurra lo de Chinda, mi vecina. Hace un par de días me la topé y me confesó que no tenía con que poner la paila del medio día. Le di un solitario dólar y ella me pidió que la acompañara al mini súper del barrio. Allá lo primero que hizo fue comprar una soda, dizque para bebérsela mientras pensaba que comprar. Después de la soda a Chinda le quedaron 75 centavos para el almuerzo. Ya no tenía un dólar, tenía 75 centavos. Después de ese día no me quedaron muchas ganas de patrocinarle otra paila de medio día a Chinda; todo por una innecesaria soda.

jueves, 22 de febrero de 2007

DEL POR QUÉ, CREO, LAS PROTESTAS TERMINAN PROTESTADAS

El año pasado, dialogaba con mi buen amigo y colega Diógenes, sobre lo conveniente y correcto o inconveniente e incorrecto de las protestas y huelgas por reclamos gremiales. Hablábamos específicamente de la solicitud de aumento salarial del sector docente (que es una población muy castigada por la crisis socio económica que vive el país). Obviamente, ambos somos educadores.
Él hablaba de conciencia, yo de estrategias. Aunque sus argumentos no me convencían, los míos tampoco me eran suficientes como para desechar los suyos. ¿Estrategia y conciencia se excluyen? Una respuesta positiva me provocaba incertidumbre. Sin embargo, tal sensación me duró hasta la noche del 5 de agosto de 2006, la noche donde el campeón mundial de boxeo de las 130 libras, el panameño Loco Mosquera defendió su título haciendo gala de la mayor de las valentías. También esa noche perdió la corona. Su esquina tuvo que lanzar la toalla, pues ya era evidente el grave castigo al que fue sometido.
¿Y qué tiene que ver una huelga de educadores con una pelea de boxeo? Mucho. El Loco Mosquera quiso demostrar que podía resistirle la mano a su oponente, se fue de frente y ya sabemos las consecuencias, el nocaut. Concientemente subió al entarimado a pelear, pero perdió la presea. ¿Y por qué? Por una total falta de estrategia boxística.
Y eso creo ocurre, no sólo con los docentes, sino con el pueblo panameño en general y la clase trabajadora en particular. A esta altura del partido, y desde hace muchos años, se juega con el balón y las reglas del gobierno de turno. Hasta en las huelgas. Ha habido algunas victorias pírricas, mucha valentía y conciencia, pero los gobiernos han seguido implementando sus planes neo liberales y realizando sus ajustes de reestructuración del estado. En la práctica, eso se traduce en Panamá en aumento de la brecha entre ricos y pobres. Y la real realidad, eso es el meollo del asunto.
Nosotros los golpeados por el aumento del costo de la vida, por las nuevas leyes promotoras de injusticia y por la descarada corrupción, nosotros el pueblo panameño no tenemos agenda propia. ¿Será por qué no asumimos nuestro papel de ciudadanos plenos? ¿Por qué no pertenecemos a ninguna organización civil o barrial? ¿Por qué no tenemos conciencia y sin ella no hay estrategia posible?

martes, 28 de noviembre de 2006

¿DÓNDE LA PUERCA TUERCE EL RABO?

“El ojo que tú ves no es ojo porque tú lo veas, es ojo porque él te ve.”
Antonio Machado

¿Y dónde es ese ignoto lugar? ¿Será una playa de arenas blancas y tibias? ¿Será la cima de una montaña desde donde se puede apreciar el mundo entero? ¿Dónde torcerá la puerca el rabo?
Me parece que no estamos hablando de ninguna comarca paradisíaca. Estamos hablando del sitio donde una supervisora nacional de educación persigue las malas pedagogías mientras encubre los delitos sexuales de un profesor, que a propósito es su hijo. Allá mismo, un pediatra y una fiscal borran las huellas (por lo menos lo intentan) del homicidio culposo de su niña responsable de un atropello y fuga. Allá, donde la puerca tuerce el rabo, hay jóvenes que se enrolan en la policía para delinquir desde la comodidad del uniforme. También hay literatos delincuentes, religiosos pedófilos y otras alimañas. Sí, allá, una moral le tuerce el brazo a otra. A la puerca tuerce el rabo en el reino de la doble moral.
La observación diaria del comportamiento humano (incluyéndome), me ha permitido determinar que la puerca tuerce el rabo en un detestable rincón de nuestros corazones. Allí donde queremos medir el mundo con varas de acero y nuestra alma con cintas de terciopelo. ¿Y saben qué es lo triste? Que esa cinta siempre se revienta.
Así es. Con la doble moral se pierde. Nunca hay empate. Los platos se rompen y alguien tiene que pagarlos. Y allí nace el abuso. La impunidad. El descaro. Porque no hay forma de tratar a los demás a palos y pretender ser azotado con hilos de seda, sin que ello provoque reacciones, justas reacciones a nuestros pecados. Reacciones que serán acalladas o ¡ACALLADAS! ¿Pecados? ¿Y de qué pecados estamos hablando? De uno elemental. Aquel que reza lo que siembro debo cosecharlo. ¿O no es así?

lunes, 27 de noviembre de 2006

LA PALABRA COMO EJERCICIO DE AUTONOMÍA

“Hombre despalabrado no es sinónimo de mudo, sino de zombie”.
Roque Dalton
¿Qué es la autonomía? ¿Y qué tiene que ver con la palabra? Ambas preguntas se remiten a otra: ¿quién tiene poder? Porque en el fondo hacer uso de la palabra es un ejercicio del poder. Y se puede usar autónomamente o de forma plegada al sistema imperante.La palabra legitima o condena. Destapa o esconde. Marea o despierta. Conduce hasta el meollo del asunto o nos pierde en el camino. Parte del poder de la palabra reside en sus buenas o malas relaciones con la realidad. Puede facilitarnos verla tal cual es u ocultárnosla. La palabra es denuncia.Ver la realidad no siempre es agradable. He allí el éxito de los falsos profetas. Nos seducen con un silabeo sin sentido pero grato y hasta maravilloso. Nos convencen con el juego de las apariencias. El aparentar tiene la función de inventar algo que puede ser agradable, pero que no existe; creer en esa vana invención siempre tiene su precio: el abierto engaño y la solapada esclavitud. En cambio, los verdaderos profetas, aquellos con verbos de fuego, aquellos que incendian las mentiras, aquellos que nos provocan el desagrado de chocarnos de frente con la verdad, por lo general y efectivamente fueron y son víctimas de las hogueras que pretendieron y pretenden dar fin al alcance de sus discursos. Por suerte, no hay candela que convierta en cenizas la palabra ya expresada y escuchada.El resto del poder de la palabra radica en la fabricación de nuevas realidades. La palabra es profecía y la profecía es anuncio. Todo lo conocido nació del útero de una palabra. La imaginación, la reflexión, lo investigado, el trabajo, lo construido, la magia, todo es posible gracias a la palabra. Un pensamiento nacido en una esquina de nuestro cerebro o un sentimiento escapado de una habitación de nuestra alma, pueden ser conocidos gracias a la palabra. Entonces, ¿por qué no reinar en nuestro mundo gracias a nuestra palabra? ¿será por qué es más cómodo ser un zombi despalabrado que un humano responsable de lo que dice?

martes, 21 de noviembre de 2006

CIEN, CIEN, EL NÚMERO CIEN

CIEN, CIEN, EL NÚMERO CIEN

“Es necesario sentir la obra, no sólo durante su lectura sino posteriormente, con el fin de mezclarla con nuestra condición humana en su contexto particular y saber pues qué uso darle dentro de la vida.”
Diego Mora
Emblemático 100. Un centenar de cibertículos. Quizá deba hablar más claro. Estos artículos publicados cada viernes en el diario Día a Día, en la columna llamada Heurísticas y difundidos en el ciberespacio (Por eso el nombre de cibertículos), con éste, el de hoy, llegan al No. 100.Todo comenzó así. ¿Recuerdan aquella película EL SASTRE DE PANAMÁ? Para mí fue un verdadero desastre. Una total ofensa a nuestra patria. ¡Y reaccioné! Con un artículo escrito que, a falta de un periódico que lo publicase, fue circulado a través de mi lista de direcciones de correo electrónico. Me imagino que muchos amigos y amigas coincidían con mi opinión sobre el susodicho filme, pues los comentarios recibidos de vuelta fueron bastante positivos. Hubo uno en particular que me valió mucho. En realidad fueron dos. El primero fue de Rafael Álvarez quien me dijo: “Ya sabes lo que sienten los vietnamitas cuando los gringos hacen películas sobre ellos”. El segundo fue de Héctor Collado, quien me aupó a buscar un medio impreso donde publicar el artículo. Ambos comentarios me hicieron pensar en lo poco comprensivos que solemos ser con el mal ajeno y en el reto que significaba circular en el Internet información diferente a los chistes y cadenas que ya son instituciones en la red cibernética. Debo aclarar que nunca fui censurado por ningún medio de comunicación impreso. En realidad, no los busqué. Fue Eduardo Soto a quién se le ocurrió crear la columna en este diario. El nombre se le debe a Ricardo Quiel. La heurística se asocia a la invención. Debo agradecer los comentarios (en realidad los retos intelectuales) que he recibido hasta ahora desde el primer cibertículo (diciembre del 2001). En especial a...mejor no menciono nombres pues podría quedarme corto y hacer una injusticia por omisión. Seguiremos en la invención.

domingo, 19 de noviembre de 2006

HEURISTICAS

¿POR QUÉ LAS UTOPÍAS SON UTÓPICAS?
“Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa”.
Gandhi
Lo que no cuesta, no es valorado. Lo que no es valorado, no da ganancias. Lo que no da ganancias, no recibe patrocinio. Lo que no recibe patrocinio, tarde o temprano muere. Y la muerte ha sido el final de tantos sueños, en especial aquellos que pretenden mejorar este mundo que nos toca vivir. ¿Será que para poder ayudar a alguien habrá que cobrarle una tarifa?
Quizá sí.
La beneficencia, hasta lo que yo sé, no ha acabado con la pobreza en ningún punto del planeta. Es más, sé de algunos casos donde tal práctica terminó por agravar la situación de los supuestos beneficiados. No por gusto está lleno de sabiduría el refrán que dice: “No le regales un pescado al necesitado, mejor enséñale a pescar”.
Tal vez la gratuitidad de la asistencia a conllevado el desgaste de las utopías. A lo mejor será necesario que todo tenga algún costo. No necesariamente me refiero a precio en dinero. Quizás, por ejemplo, llegó el tiempo de hacer obligatorio el cumplimiento de los deberes para hacer efectivo el disfrute de los derechos. La globalización neo-liberal insiste en que todo debe venderse y que las compras deben hacerse en dinero. Quien no tiene dinero, no debe gozar ni siquiera de servicios como salud y educación. ¿Aseveración capitalista deslenguada? No sé. Es posible que estemos abocados a una nueva propuesta, la de la globalización de la responsabilidad, donde todo tiene costo y ese costo consiste en que cada ciudadano haga el aporte que le corresponde a la comunidad. Nadie puede hacer lo que me toca a mí hacer. Algo así como una situación especial de acumulación de capital social. Y eso implica que todo nos cueste a todos, para así apreciarlo como debe ser.

martes, 14 de noviembre de 2006

HEURISTICAS

ALEJANDRO MAGNO, JULIO CÉSAR Y EL FÚTBOL
Hay dos capítulos en la historia (o quizá la leyenda) que han impactado mi vida profundamente. El primero de ellos es aquel donde Alejandro Magno resuelve el dilema del Nudo Gordiano. Se decía que quien fuera capaz de desatar el famoso y difícil nudo se convertiría en el gobernador de Asia. Muchos lo intentaron, pero en vano. El mismo Alejandro fue incapaz de desatar el nudo gordiano, así que sacó su espada y lo cortó de un tajo. La expresión nudo gordiano se usa para referirse a una situación complicada, sólo resoluble mediante una acción rápida y decisiva.
El segundo, es la resolución tomada por Julio César frente al Rubicón, antiguo río del centro de Italia. En el siglo I a.C., marcaba la frontera entre Italia y la provincia romana de la Galia Cisalpina. En el 49 a.C., Julio César realizó su famoso paso del río Rubicón después que el Senado romano le prohibiera entrar en Italia con su ejército. Esta acción inició una guerra civil entre sus fuerzas y las de Pompeyo Magno. La frase pasar el Rubicón significa aún hoy dar un paso decisivo para emprender una acción arriesgada. Por cierto, la guerra la ganó Julio César.
Cuando pienso en momentos cruciales y en toma de decisiones, siempre evoco estas dos escenas.
El pasado Mundial de Fútbol Alemania 2006, estuvo rico en goles fruto de disparos a larga y media distancia. Los famosos trallazos, que, cual rayos del Olimpo, traspasaron las porterías de los contrarios, reduciendo a polvo sus sueños e ilusiones. Particularmente hubo uno que me impactó. El domingo 25 de junio, las selecciones de Ecuador e Inglaterra se enfrentaron en octavos de final. Ambos equipos demostraron un gran poderío defensivo. Tanto, que bien parecía que el juego se iría a tiempos extras y cuidado, hasta la definición por tiros penales. Pero bastó un error, una falta en el peor de los momentos, el cobro de un tiro libre, el bombazo y el gol. David Beckham anotó el tanto que dio el pase a Inglaterra y dejó en el camino a Ecuador.
¿Será que sólo eso se puede hacer con las oportunidades, tomarlas y punto?

lunes, 6 de noviembre de 2006

HEURISTICAS

¿PODER SOBRE O PODER PARA?
”El que no tiene opinión propia siempre contradice la que tienen los demás.”
Lingrée
El poder es una de las más fascinantes facultades humanas. Siempre está relacionado con el hacer. También con la fuerza. Es una especie de capacidad que permite, a quien lo ejerce, realizar o posibilitar sus deseos. El poder se asume; de lo contrario, se pierde. Dos de las instituciones que pueden ejemplarizar esta aseveración son: la iglesia y la milicia.
Pero no me suena bien empacar en el mismo bulto, a figuras tan dispares como a Pedro Casaldáliga y a Anastasio Somoza Debayle. El primero fue obispo del Mato Grosso brasilero desde 1971 hasta el 2003; su vida religiosa y poética (también es poeta) está profundamente marcada por la teología de la liberación y la opción por los pobres, lo cual lo enfrentó acremente a las multinacionales y a los latifundistas. El segundo, apodado Tachito, fue el último de la dinastía Somoza; se aseguró de eliminar a sus opositores y de enriquecerse a costa de las arcas nicaragüenses. A Pedro y a Tachito, a pesar de que ambos fueron poderosos, no podemos medirlos con la misma vara.
Definitivamente, es obvio que la diferencia radica en la concepción del poder. ¿Acumularlo para ejercerlo sobre algo o alguien, en nuestro ejemplo sobre un país? ¿Tenerlo para hacer algo por alguien; incluyendo crear un poema o una utopía? Poder sobre o para, he ahí el dilema.
Es posible que la cotidianidad de nuestras vidas, nos empuje a creer que no tenemos mayor relación con el poder. Que eso es cosa de los políticos. De los empresarios. De los dirigentes sindicales y gremiales. Pero sucede que no es así. Todos los días ejercemos poder. Y eso lo podemos constatar en una simple conversación. ¿Qué buscamos? ¿Decir la última palabra? ¿Interrumpir? ¿Enriquecer y enriquecernos?¿Escuchar? Poder sobre o para, he ahí el dilema. ¿Verdad?
Me parece que una gran demostración de poder es hacer silencio. ¿O no es posible callar y sólo escuchar?

domingo, 22 de octubre de 2006

HEURISTICAS

HEURISTICAS
EL DESPERTAR DE LAS NIÑAS
La impronta sexual de las adolescentes, ha desbordado en estos días el morbo nacional. Tras que es bien fácil alborotar el avispero. Uno tras otro, se han sucedido los escándalos sexuales que involucran niñas y adultos, en especial, estudiantes camisas celestes y sus profesores.
¿Qué ha ocurrido? ¿Es nuevo el suceso? Las madres precoces llevan entre nosotros mucho, pero mucho tiempo; basta censar el número de madres treintonas con hijos quinceañeros y veremos mejor el panorama. ¿Cuántos docentes compartirán la vida marital con ex estudiantes suyas?
No creo que el fenómeno sea novedad. Entonces, ¿por qué el alboroto? Me parece que es fundamental el interés puesto en el tema por los medios de comunicación, en especial los televisivos. Gracias al papel del cuarto poder, las autoridades se han visto obligadas a tomar cartas en el asunto. ¡Y hacer cumplir la ley! Sin embargo, la publicidad ha tenido una consecuencia casi inverosímil. Estoy especulando, pero ¿qué tal si las noticias no han despertado más que el deseo en las niñas de ser populares y famosas, aunque sea por las peores de las razones?
¿Y si los adultos sorprendidos cayeron en la pueril tentación de arriesgarse alentados por pensamientos tales como: “a mí no me van a pescar? Me aterra pensar en una respuesta positiva. Y más me aterra pensar en la estupidez que se necesita para que esta sea la razón de que hombres maduros y advertidos, aún insistan en cometer un delito al involucrarse sexualmente con niñas y en lugares públicos.
Pero lo que sí es terrorismo puro, es la posibilidad de que otros adultos, los llamados a proteger la integridad física y síquica de las menores, hayan descubierto una veta de ingresos con el chantaje a los estúpidos ya mencionados.
¿Puede ser que un padre o una madre que conozca la relación de su hija menor de edad con un adulto procure sacarle provecho económico a la situación? Osama Bin Laden se me queda corto ante alguien así.

jueves, 19 de octubre de 2006

DE CÓMO LO EVIDENTE RESULTA NO TAN EVIDENTE

DE CÓMO LO EVIDENTE RESULTA NO TAN EVIDENTE

Mucho se ha dicho sobre la ampliación del canal. Razones y argumentos tanto técnicos como comerciales. Pero hay algo tan a la luz pública que parece no tener importancia, cuando, por el contrario, es el meollo esencial del dilema planteado.
A manera de aclaración, me gustaría mencionar que si poseo alguna experticia es en hacer preguntas. Hoy traigo un par que, al formularlas en otros foros, han provocado que me tachen de pesimista. Sólo porque no me conformo con respuestas como: “Yo tengo fe que todo va a salir bien”. ¿Será que el canal de Panamá es artículo de fe?
La primera de esas preguntas es la siguiente: ¿Dónde radica la riqueza nacional: en la posición geográfica o en el funcionamiento del canal? La respuesta es obvia: la posición geográfica. Pero si es tan evidente el asunto, ¿Por qué no hay muchas más inversiones que, al igual que el canal, exploten la posición geográfica? ¿Será falta de imaginación?
Gracias a la posición geográfica, hasta en lo micro los panameños percibimos como natural los negocios vinculados al sector servicios y a la actividad comercial. Sino, preguntemos cuantos desempleados al decidirse por un negocio propio piensan en abrir una pequeña fabrica y cuantos en comprar un taxi. Entonces, repito, ¿Por qué no hay más macro empresas que exploten la posición geográfica de Panamá? ¿Será que somos un país al servicio del canal?
La segunda pregunta es: ¿Si al canal no se le construye el tercer juego de esclusas, podría quebrar y declararse en bancarrota? Las fuerzas comerciales son incontenibles. Tanto que, si se trata de detener, el comercio desborda los marcos legales existentes y aparece como contrabando. Y el comercio, aupado por los fenómenos asociados a la globalización, está creciendo a ritmo giga acelerado. ¿Puede el comercio internacional dejar por fuera la ruta del canal? El canal podría contraerse, reducir sus millonarias ganancias, pero quebrar, lo dudo. Es más, me parece que la única forma posible que el canal quiebre es con el colapso del capitalismo como sistema político-económico mundial. Entonces, ¿por qué las voces de alarma? ¿Será que el apuro es por qué hay quienes perderían su oportunidad de hacer el negocio de sus vidas?
La tercera pregunta es la siguiente: ¿Quién garantiza el pago del empréstito necesario para la empresa del tercer juego de esclusas? Es decir, ¿quién finalmente lo va a pagar? ¿Será tan fácil como trasladar los costos a las navieras vía peaje? ¿Hay garantías que la banca que haga el empréstito no subirá los intereses simple y llanamente porque así lo considere un buen negocio? Bisnis is bisnis y en los bisnis la lealtad está en función de las utilidades, ¿O no es así?
También están las siguientes situaciones posibles. El bum chino, ¿Durará hasta el pago de la deuda? ¿Y si China no supera la crisis entre su interior rural y sus costas industrializadas? ¿Y si se agravan los conflictos por la isla de Taiwán o por el desarrollo nuclear norcoreano? ¿Y el deshielo del Ártico? ¿Y las inversiones que se están haciendo a nivel mundial en materia de megapuertos, carreteras y ferrocarriles? Parece que el comercio mundial está apostando a la diversidad de rutas y formas de trasiego de mercancías. ¿Por qué insistir en un monocultivo llamado canal? ¿Por qué no hablar claro y declarar que la recuperación de la inversión no está 100 % asegurada pues hay márgenes reales de riesgo? ¿Será que la ampliación en sí misma es el negocio y no importa el endeudamiento pues el estado panameño es quien va a pagar?
La cuarta y última de las preguntas es: ¿Qué país tendremos al final de la construcción del tercer juego de esclusas? ¿Será el país que queremos o el mismo que hemos sufrido hasta ahora?
Esta pregunta ubica el dilema donde debe estar. El canal de Panamá es una empresa cuyos accionistas somos todos los panameños, es decir, no es una cadena de supermercados donde el dueño puede disponer a su antojo de la organización. El dilema de la ampliación o no del canal de Panamá, no es un problema técnico o meramente de negocios. El problema de la ampliación o no del canal de Panamá, es un problema político y debe ser tratado como tal. Y ya es tiempo que en este país los problemas políticos pasen por la respuesta a la pregunta: ¿Qué país queremos?
Entre Paso Canoa y Jaqué hay dos países distintos. Tenemos el de las Ferias de Portobelo, del tratado Mallarino- Bidlack, del ferrocarril, del Canal Francés, del fusilamiento de Victoriano Lorenzo, del tratado Hay-Bunneau Varilla, de las intervenciones militares, del Tratado de Neutralidad y más recientemente, de las privatizaciones de las empresas públicas. Políticamente es un conglomerado de caciques, tiene al juego vivo como ideología y económicamente es dependiente. Y eso sin mencionar el pecaminoso abismo que hay entre ricos y pobres.
¿Saben que ese país no conoce de seguridad alimentaria? ¿No les llama la atención el hecho de que en las privatizaciones, el capital panameño se conformó con ser socio minoritario, hasta en la compra del Hipódromo Remón? Ese país está volcado a defender los intereses transnacionales y su lema es: PRO MUNDI BENEFICIO.
Al otro país, para definirlo y ubicarlo, podemos usar como metáfora un capítulo de nuestra historia, me refiero al Incidente de la Tajada de Sandía: Un extranjero se negó a pagar los cinco centavos del pedazo de fruta, y un istmeño exigió su pago, y lo cobró. Siendo explícito, que los beneficios de nuestra verdadera riqueza nacional, la posición geográfica, sean primordialmente para los panameños y en segundas y terceras instancias para el resto del mundo. Este es el país en el cual deseo pasar mis últimos años de vida. ¿Es eso mucho pedir?
Para construir ese país hay que romper el ciclo del pan para hoy y hambre para mañana. ¿Las promesas de empleo de la Autoridad del Canal, aspiran a romper ese ciclo? Me parece que no. Y es que no lo pueden hacer. Y no lo pueden hacer porque el canal de Panamá no está inserto en una estrategia de crecimiento nacional. Y no lo está porque esa estrategia no existe. Y no existe porque el estado panameño tiene el norte de repetir la historia. ¿Habrá llegado la hora de democratizar las riquezas del canal y de edificar la verdadera nueva patria: Una igual para todos?