domingo, 22 de mayo de 2016

ENSEÑANZA DE LA BIOLOGÍA Y EL DESARROLLO HUMANO

“Aquí se trata sólo de darle la razón a la razón misma.”
Ramiro Sánchez
¿Qué relación hay entre las clases de biología y el desarrollo humano? ¿Debería existir alguna relación? Vivimos los tiempos de la memoria externa. Los dispositivos digitales suplen el esfuerzo de memorizar a los individuos. ¿Cuáles son las partes de la célula? La respuesta ya está en Internet. ¿Qué no está en la red? La capacidad humana de formular preguntas.
La enseñanza de biología persigue, obviamente, el repetir de memoria los pasos del método científico, pero eso no basta. Es necesario que, tanto docentes como educandos, ordenen sus pensamientos con el rigor de dicha metodología. ¿Qué significa esto?
Significa que si las clases de biología no sirven para reordenar el pensamiento cotidiano de docentes y educandos, usando para ello las partes de la célula como excusa, dichas clases son una verdadera pérdida de tiempo. Y eso se aplica a todas las ciencias naturales.
Por ejemplo, pese a que la evidencia indica que el calentamiento global es una realidad, hay quienes insisten en decir que todo se trata de una mera exageración. Entre los que afirman tal barbaridad se encuentran los petroleros. Tiene cierta lógica que ellos mientan descaradamente, ellos ganan millones contaminando nuestra herida atmósfera, pero un ciudadano de a pie, ¿por qué diría tal cosa? ¿Será por qué sus clases de biología fueron una soberana pérdida de tiempo?
La gran meta de la enseñanza de biología, me parece, debe ser alcanzar una nueva configuración de la mente, donde ella, la mente, fundamente sus pensamientos en los hechos y no en elucubraciones fantasiosas. Hoy eso es una labor que ya no se puede postergar.

domingo, 15 de mayo de 2016

BIOCRACIA


“La dualidad entre economía y cultura no existe.”
Carlos Fong

El 20 por ciento de la humanidad (1, 400 millones, más o menos) gozamos de los beneficios del progreso y el desarrollo; podemos tener discursos progresistas, pero nuestro consumismo está destruyendo el planeta. El 80 por ciento restante, 5 600 millones de seres humanos (siempre más o menos), son los sacrificados para nuestro bienestar.
Unos cien mil saqueadores (políticos, banqueros, petroleros, traficantes del crimen) imponen ese dictamen de injusticia, pero nosotros, los consumistas con discursos progresistas, somos sus cómplices. El actual orden de las cosas demoró cerca de siete mil años en perfeccionarse, así que lo más probable es que para cambiarlo demoré otro tanto. A menos que…
A menos que el calentamiento global de al traste con tanta avaricia institucionalizada. Quizás así la humanidad entienda que tiene que imitar a la naturaleza. La vida biológica está fundamentada en la fotosíntesis y la polinización. En la primera, las plantas liberan al ambiente un residuo de la fabricación de sus alimentos, el oxígeno, fundamental para todo ser vivo; en la segunda se da la colaboración entre especies diferentes y cuyo producto son los frutos de la tierra. Si no se entiende eso, si no comenzamos a imitar a las abejas y a los árboles, vamos a ser tan extintos como los dinosaurios.
Concibo a la biocracia como una concepción del poder, de como debe repartirse el poder: imitando a los ecosistemas. Todos los componentes de un ecosistema son importantes, nada es desechable. ¿Podemos soñar con una sociedad donde nadie sea marginado?
El poder lo han tenido las teocracias, las autocracias, las oligocracias, todas han dejado por fuera a millones de seres humanos. ¿Habrá llegado el tiempo de la biocracia? 

domingo, 8 de mayo de 2016

REFLEXIONES COMPARTIDAS CON UNA AMIGA

“No es ya un ruego, sino una orden que debe subir de los pueblos hacia los gobiernos, la orden de elegir definitivamente entre el infierno y la razón.”
Albert Camus
Estimada amiga, como siempre es una muy buena noticia tener noticias tuyas. Me preguntas mi opinión sobre tu temor por el inminente fin de nuestra civilización. Y estás convencida de la proximidad del fin, por las muestras de barbarie que cada día quedan en evidencia en los noticieros. Pues te cuento que las fatales noticias no son nada nuevo.
Paso a explicarme. Considero que las civilizaciones nacieron en función de los intereses de las minorías. Los jefes de los clanes se autonombraron dueños de las tierras ocupadas y con el nacimiento de las clases sociales, nacieron los ricos y los pobres.
El patriarca quedó a la cabeza de una sociedad tipificada por marginar a la mujer, a los sin tierras y al extranjero. La mujer quedó reducida a fábrica de hijos. Los sin tierra se convirtieron en siervos o soldados. Ser extranjero era la excusa perfecta para ser sometido a la esclavitud. Cuando el patriarcado fue reemplazado por el capitalismo, siguieron vigentes sus paradigmas excluyentes. Nació el racismo tal y como hoy día lo conocemos. Por supuesto que la Revolución Industrial trajo el desarrollo tecnológico, pero la tecnología no necesariamente conlleva mejor convivencia. Miles de guerra nos prueban ese punto.
La civilización está en función de las minorías. Siempre ha sido así. Lo que ocurre que tú y yo somos afortunados. ¿Sabías que el 10 % de la humanidad muere de hambre, mientras los restaurantes de comida rápida, a los que tú y yo asistimos, tiran al tinaco toneladas de alimentos cada día? A tu temor de que estamos próximos a sufrir el final de la civilización, sólo me queda decirte que millones de seres humanos llevan muchos siglos sufriendo a esta civilización.