sábado, 19 de abril de 2008

DE LA AUTONOMÍA Y LA TORPEZA


“El niño empieza obedeciendo a su madre y acaba obedeciéndose a sí mismo”
José Antonio Marina
Según la mitología griega, el bello joven Narciso no pudo resistir la tentación de ir tras su imagen reflejada en una fuente y murió ahogado. Según Homero, el astuto Odiseo, para poder escuchar el canto de las sirenas, tapó con cera los oídos de sus compañeros de aventuras y se hizo amarrar al mástil de su nave; el resultado del tal estrategia fue que no perdió a su tripulación y pudo escuchar el maravilloso canto de las sirenas, sin lanzarse al mar y morir envuelto en las olas.
¿Por qué Narciso y Odiseo tuvieron destinos diferentes? Suertes muy, muy distintas, por cierto. Narciso fue maldecido por la diosa Némesis a enamorarse de su propia imagen; Odiseo decidió amarrarse al mástil. Narciso fue marioneta de una diosa vengativa, Odiseo fue dueño de su destino.
¿Estos relatos mitológicos tendrán alguna aplicación en nuestros días? Sospecho que sí. Un día, mientras hacía fila en un banco, la dama que me precedía llamó a alguien y la conversación, más o menos, fue del siguiente talante: “Bueno, mi niña, ya llegaste de la escuela; ahora almuerza, tu comida está en la nevera, la metes en el microondas por dos minutos, espera que se enfríe un poquito y te la comes, dejas el envase en el fregadero que cuando yo regrese lo friego. Después, te acuestas por media hora y te pones a hacer la tarea, te la voy a revisar. Cuando termines la tarea, puedes ver televisión hasta que llegue yo a la casa”. Evidentemente se trataba de su hija. Me dio la impresión de que le planeó la tarde a la niña. ¿A diario haría lo mismo? ¿Osaría planearle a sí mismo la vida?
¿Esa niña de adulto, cuando ya no esté mamá, tomará sus propias decisiones o permitirá que las tomen la programación televisiva, las revistas o en el peor de los casos, una secta satánica? Hoy día hablamos mucho de ser uno mismo. Pero, ¿Estamos encaminados a ello o por el contrario se busca uniformar a todos y cada uno de los individuos? Narciso u Odiseo, he allí el dilema.

miércoles, 9 de abril de 2008

REFLEXIONES SOBRE EL FRÍO



“Como un rotundo frío que no deja sentir.”

Elisa Ángel


Hice un viaje hasta las polares tierras de Guatemala. ¿Polares? Sí, polares. A mi entender, sólo me faltó ser arrollado por el trineo de Santa Claus con el reno Rudolph a la cabeza. ¿Qué exagero? ¡Ja! Les cuento. Cuando llegué a Xela (2 700 metros sobre el nivel del mar), me topé con otro tipo igual de abrigado que yo. ¿Adivinaron? ¡Exacto! Otro panameño. Para quienes habitamos este punto caribeño en las costas del Pacífico llamado ciudad de Panamá, 10 ºC es una temperatura agónica.¡Qué frío! Otoniel me aconsejó no pelear contra las bajas temperaturas, que le dejara inundase mis músculos, que le permitiese a mi cuerpo reaccionar y sobreponerse al gélido momento. Miguel me explicó las razones fisiológicas de lo ventajoso de abandonarse al abrazo del frío. Créanme que lo intenté, pero el frío me requete majaba. Aún así noté dos cosas. La primera fue una tarde particularmente fría, en la cual, gracias a una intensa conversa con María sobre el reclutamiento militar de niños para enviarlos a la guerra, ni me di cuenta cuando el frío pasó de largo. La segunda fue una terrible noche, donde a pesar de tener una buena dosis de vino tinto en el torrente sanguíneo y de dormir cubierto por varios centímetros de frazadas, no pude menos que admirarme y espantarme por estar a una temperatura de 4 ºC bajo cero. A la mañana siguiente pude ver manchas de hielo sobre el césped. ¿Será que me mintieron cuando me dijeron que Guatemala es un país tropical?Primera conclusión: el desamparo existe. No sólo las fuerzas de la naturaleza como el frío nos hacen sentir inermes, también los que se han adueñado del poder y envían infantes a matar y morir en la guerra. Armados contra otros niños, pero desarmados frente a los amos del planeta. Última conclusión: desamparados del mundo, ya es tiempo que nos solidaricemos entre nosotros.