sábado, 28 de noviembre de 2009

PALABRAS A UN PRIMO QUE SE CASÓ

SONATINA-Vito Campanella


"¡Qué amorosas son tus caricias, hermana mía, novia mía, qué delicioso es tu amor...!
Cantar de los Cantares.


Querido primo, hoy es un día muy especial para ti y para toda nuestra familia. Hoy asumes un nuevo papel en la vida: el de compartirla con una mujer especial. No puedo dejar pasar la ocasión y quiero decirte algunas palabras. Lo más probable es que pienses, ya viene el viejo con sus consejos, pero creo que de algo te van a servir.
Desde hoy ya no eres el soltero, eres el matrimoniado. ¡Y entre esos dos estados hay tres mundos de diferencia! Claro está, la soltería y el matrimonio serán diferentes si es que deseas que tu unión resulte. ¿Y qué será eso de una unión exitosa? Pienso que todo trabajo en equipo debe tener en cuenta algunas reglas básicas, y el matrimonio de eso trata, de trabajar en equipo.
La primera regla es que tu sí debe ser un sí y tu no debe ser un no. Eso significa que se acabaron las decisiones tomadas sin pensar, sin medir consecuencias. Te toca aprender a diferenciar cuales decisiones te corresponden a ti tomar, cuales las han de tomar entre los dos y cuales les toca tomar a ella. El matrimonio no significa anularse, sino dar lugar en la propia vida a otro ser, participar de la vida de ese otro ser, y siempre reconocer que son dos seres diferentes y separados.
La segunda regla es que decidas lo que decidas que sea para tu felicidad, sin olvidar que tu bienestar no puede ser a costa de la alegría de tu esposa. Vas a tener que ponerte sus zapatos. No tengo idea de cómo lo vas a hacer, pero vas a tener que aprender. ¡Ah! Espero que comprendas que velar por la felicidad es una tarea de todos los días. Cada amanecer trae sus propios afanes y oportunidades.
Y para aprender ese arte de ser felices juntos tienes a los mejores maestros. Tus padres, mis tíos. Si no me equivoco son, años más o años menos, cuarenta de matrimonio. De unión acompañándose uno al otro, en los estudios, en sus respectivas profesiones, y en la empresa que hoy nos convoca aquí, en tu crianza. Primo te deseo eso, que salgas vencedor en el reto de construir una relación de dos seres humano creciendo y construyendo la felicidad, su felicidad.

domingo, 22 de noviembre de 2009

LA RAÍZ DE LA VIOLENCIA

Manuel Montilla-Panamá

“Pero…¿Y para qué llorar?
¿Podrá una lágrima cambiarnos?
Vamos
Lágrima de mis lágrimas
Conviértete en acero.”
Rafael Góchez Sosa



El acto de morir no ocurre por acumulación de méritos o desméritos. No se trata de una meritocracia. La muerte no se lleva a quien se lo merece, sino a aquel con quien se tropieza. Pero dejemos aparte a la filosofía.
La muerte violenta que azota nuestra patria camina de la mano con el crimen organizado y sus estamentos: capos gatilleros, banqueros lava dinero y políticos corruptos. Ellos nos tienen sumergidos en el terror y lo pueden hacer porque nosotros, sí, nosotros, hemos propiciado las condiciones necesarias para que así sea. Somos el caldo de cultivo que alimenta a la violencia.
¿Qué no lo somos? ¿Qué nos vale más: el dinero o la amistad? ¿A quién aplaudimos: al que tiene un carro de lujo o al que sabe ser solidario? ¿Hasta dónde somos capaces de llegar por aparentar prestigio y riqueza? Cada vez son más los dispuestos y las dispuestas (porque la cosa no tiene exclusividad de género) a usar un fúsil de asalto con tal de tener plata rápidamente en el bolsillo. Porque de eso se trata, de dinero sin trabajo ni sacrificio. Hablando de fusiles, ¿cuántos panameños y panameñas tomaron las armas para defender a la patria el 20 de diciembre de 1989? ¿Cuántos la tomarían ahora para comprarse una 4 x 4? Es muy cómodo y fácil aterrorizar con una AK-47 a una persona desarmada. La violencia callejera en Panamá es primeramente responsabilidad de nosotros los panameños. Esta patria es nuestra, no de los extranjeros. Sin embargo, tantos años de venderla por pedazos tienen consecuencias. Más cuando se vende sin que importe un pepino la procedencia del capital con que se paga. ¡Y quien hace negocios con el diablo, hediondo a azufre queda! ¿O no es así?

sábado, 14 de noviembre de 2009

LA OTRA ANAYANSI Y EL OTRO QUIJOTE


"Las nociones de importancia, de necesidad y de interés son mil veces más determinantes que la noción de verdad. No porque la reemplacen, para nada, sino porque miden la verdad de lo que digo".
Gilles Deleuze
Podemos afirmar que la finalidad de la literatura es comprender mejor la vida que nos toca vivir. Es ampliar nuestros horizontes, sin gastar en aviones y maletas. Además de ahorro, el acto de leer nos obliga a tomar partido. No podemos ser neutrales: o estamos a favor o en contra del protagonista.
Por ejemplo, podemos leer la leyenda de Anayansi, la indígena que fue amante de Vasco Núñez de Balboa, y pensar no muy bien de ella. Bastaría imaginársela contemplando a sus paisanos, quien sabe con que semblante, mientras servían de comida al fiero Leoncico, el perro del Adelantado del Mar del Sur. Pero bien podemos, también, evocarla como la mujer que por amor abandona a los suyos, no para su detrimento sino para parir una descendencia de amor.
Todos conocemos la famosa escena de Don Quijote lanzándose contra los molinos de viento, creyendo que eran dragones y gigantes. Una total locura. ¿Y sí era una protesta contra aquellos que se habían adueñado del grano? ¿Aquellos que especulaban con el hambre de los más pobres?
La literatura nos permite reflexionar sobre temas que por cotidianos no los percibimos, estamos inclinados a pensar que sólo se trata de los grandes acontecimientos, pues no. Un tema es el poder. El poder no se reduce únicamente a los gobernantes y grandes empresarios, también incluye a los maestros y a los padres de familia. ¿O es que los adultos no ejercemos poder represor sobre los infantes? Hay que leer, pero en intensidad no en extensión. Leer en intensidad es leer para alimentarse, leer en extensión es leer para atragantarse. Me parece que ya hay bastantes burundangas en nuestro medio como para también atascarse con la lectura.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

EN EL COMPROMISO ESTÁ EL SABOR

Ricardo Sánchez Beitía (chiricano)

“Ser fuerte no significa ser bruto y sin corazón. ¡Ser fuerte significa estar por encima del placer y del dolor, del calor y el frío!”
Babají
No hay vida sin compromiso. Toda ella es promesa. Involucrarse con el prójimo. Anuncio y denuncia. Libre de mis simpatías o antipatías, y guiado por la empatía. Más allá de los partidos políticos y de las ideologías. También de las religiones sean las tradicionales o las del libre mercado (léase ventas multi-nivel).
La sociedad panameña tiene cáncer; la corrupción la está ahogando. Los saduceos, los que se han adueñado del país, de nuestro país, en nombre del crecimiento económico, o sea del crecimiento de sus respectivas cuentas bancarias, tienen enferma a la patria. Se comportan como sí no fuese a haber mañana. Cuando el tumor haga metástasis, cuando la enfermedad sea terminal, ellos podrán mudarse a donde aún el mañana les sea posible, pero ¿y los demás? ¿Y los otros? ¿Y nosotros?
Ha llegado la hora de que los que no podemos escapar a la luna después de sembrar penurias en la tierra, seamos fuertes. Ya es tiempo que dejemos de ser cómplices de nuestro dolor. Sí, fuertes. Fuertes para dejar de perseguir espejismos, por más que me endeude comprando baratijas no voy a convertirme en el modelo de la televisión que me las vende. Fuerte para dejar de ver al mundo como quien visita un zoológico. Porque parece que hemos reducido la forma de relacionarnos los unos con los otros aun mero encerrarse mutuamente en jaulas de metal.
Ya es tiempo que recordemos que hay otra manera de relacionarnos: la ecológica. En ese viejo tipo de relacionarse, ocurre el intercambio que garantiza la vida: tomo lo que necesito y doy lo que necesitan. No es un sistema perfecto, a veces los méritos son subestimados (no necesariamente quien más da, más recibe), pero es el sistema que garantizó que un planeta con una atmósfera tóxica se llenase de vida. ¿Qué vamos a hacer? ¿Esperar hasta que el Homo sapiens entre en la lista de especies en extinción?