viernes, 28 de junio de 2013

ESTÁ POÉTICAMENTE PROBADO



“Todo lo más que puede esperar la filosofía es llegar a hacer complementarias la poesía  y la ciencia, unirlas como a dos contrarios bien hechos.”
Gastón Bachelard
Cuando alguien quiere decir que algo es absolutamente cierto, repite la gastada frase de esto está científicamente probado. Y olvida que, en realidad, la ciencia genera más preguntas que respuestas. Tal vez ese olvido se debe a que, por el gran desarrollo tecnológico, se piense que la ciencia es infalible. El mundo científico muchas veces ha tenido que descartar sus argumentos.
Hemos separado el conocimiento humano; lo partimos en racional e irracional, y todo lo que huela a esto último es despreciado. Y resulta que, por aferrarnos a la supuesta seguridad que dan las verdades científicas, nos perdemos lo mejor de la vida: la sorpresa que trae lo incierto.
La investigación científica parte de las observaciones, pero resulta que se observa a través de las ideas que ya se posee y ellas contaminan el observar; además, las observaciones no pueden aprehender (con hache) la totalidad de lo observado, así que lo que supuestamente se está  aprendiendo (sin hache), no siempre es la verdad de lo que se está observando.
Así que, a pesar de mis esfuerzos, gran parte de mi conocimiento no se fundamenta en mis asépticas observaciones, sino en mi capacidad de construir ideas. En decidir que acepto como verdad y que rechazo por falso. Siendo así las cosas, mi gran potencial cerebral consiste en mi facultad de abstracción e imaginación. En mi habilidad para liberar mi creatividad. 
Y esa liberación, paradójicamente, está llena de incertidumbres y a ratos parece contradecirse, es más, a veces, efectivamente se contradice. Y es en el arte, en mi caso en la literatura, donde todo ese potencial de la incierta contradicción se convierte en el demonio de la creación. Y digo demonio sin ningún temor, es más, lo digo con mucho cariño.

viernes, 21 de junio de 2013

¿LA POLÍTICA ES PARTE DE LA CULTURA?



“La política es historia, la política es defender el movimiento de la historia, la vida en movimiento defendiéndose a sí misma y la gente movilizándose para defender la vida.”
Rita Segato
No acabo de entender porque separamos la cultura de la política. Entiendo a la primera como todo el quehacer humano, y la segunda, aunque sea la más sucia de las politiquerías, es una faena realizada por seres humanos. Por más que me parezcan bestias rumiantes o fieras voraces, los dirigentes políticos son miembros de mi especie: la humana. Por ende, tienen cultura.
La corrupción de los políticos es posible gracias a la complicidad e ingenuidad, por no decir estupidez, de la ciudadanía en general. Pero los crédulos, pese que no tengo buena opinión de ellos, siguen siendo parte de mi especie: la humana. Por ende, tienen cultura.
Conclusión: la corrupción y la credulidad, por humanas, son parte de la cultura.
Para los griegos el idiota era aquel ciudadano despreocupado de los asuntos de la polis. ¿Será esa la verdadera incultura? ¿No entender ni participar en los sucesos de la comunidad?
Pienso que sí. El éxito de los dueños del poder consiste en despolitizar la vida cotidiana. Crearon especialistas en la materia, sólo ellos saben como hacer política; aunque escucharles sea un grave castigo para cualquier oído. Eso tiene una razón: quitarle a la ciudadanía la obligación de vigilar los actos del estado. Que pierda de vista su propia opresión. Un ciudadano despolitizado es un ciudadano que ha sufrido una terrible amputación en su cultura. 
Ya es tiempo de abandonar esos lentes que nos boicotean la visión de la realidad, que nos fuerzan a ver a la cultura como un cuerpo sin lados oscuros; eso no es humanamente posible. Dejemos de vernos como los impolutos que no somos parte del problema. Sólo así seremos los humanos que resolvemos las dificultades. Dejemos de ser idiotas, seamos ciudadanos.

viernes, 14 de junio de 2013

EL PROYECTO DEL IZQUIERDISTA


Latouche

“El conocimiento de lo real es una luz que siempre proyecta alguna sombra.”

Gastón Bachelard
El adjetivo izquierdista está satanizado. Y hasta hay verdaderas razones para que así sea. Mucho izquierdista terminó convertido en derechista mal vestido, pero igual de voraz. Sin embargo, también hay falsas razones. Por ejemplo, hay quienes niegan que seamos básicamente semejantes. El racismo otorga a las diferencias biológicas estatus de leyes universales y de obediencia obligatoria, claro está, siempre y cuando los beneficiados sean caucásicos. Hay quienes niegan que el entorno social de inequidad desnaturalice a los individuos, que los aleje de lo humano y los acerque a lo bestial. ¿Cómo leer poesía con hambre y ninguna esperanza? Hay quienes dicen que el mundo tal como está, está muy bien, que no debe alterarse y que intentar cambiarlo es una conducta pecaminosa que debe ser erradicada de raíz.
Debo reconocer que tengo, no lagunas, si no océanos en mi formación política; difícilmente puedo decir que soy un comprometido con la revolución, pero de ningún modo puedo admitir que estamos bien: que este es el mejor mundo donde podemos vivir. No cuando 840 millones de personas pasan hambre, no cuando 200 millones de infantes están mal  nutridos y de esos, 11 millones van a morir este año y más de 11 millones van a morir el año que viene y muchos más al siguiente año. Eso no lo voy a aceptar. 
¿Qué hacer? ¿Qué voy a hacer? Dejar de ser cómplice. Soy un intelectual con gustos pequeños burgueses, pero no voy a justificar lo injustificable. ¡Estamos mal y no merecemos estarlo! Y sobre todo, voy a mantener inconmovible mi fe en ti, sí, en ti mismo, porque eres pieza esencial en la construcción del nuevo mundo que todos nos merecemos. Yo lo sé, ¿tú lo sabes?

domingo, 9 de junio de 2013

LOS PROYECTOS DE LOS SABIOS



 Latouche


“Más que cualquier pócima, sortilegio, ciencia o unción, las cicatrices nos hacen sabios…”
Darle Avalus Zimertan
Sabiduría es entender que el mundo va más allá de la propia piel, es saberse mortal y finito; el sabio no justifica, con la muerte, su propia mediocridad. La mujer sabia, el hombre sabio, tienen un proyecto de vida.
Pero no todo proyecto es de persona sabia. Los hay donde el individuo crece como persona e incide en el desarrollo de la sociedad, y también hay otros donde el individuo busca su beneficio económico y político, sin que ello signifique que deje de ser un enano emocional. Hay proyectos decididos y asumidos por el individuo, y los hay impuestos al individuo.
A veces los proyectos comienzan con un sueño. Soñar es una capacidad de la mujer y el hombre sabios. Soñar no es romper relaciones diplomáticas con la realidad, soñar es abrir las alas y volar por encima de la realidad y así poder verla mejor. Un sueño no es una alucinación.
La mujer y el hombre sabios rápidamente dan los pasos necesarios para que el sueño se aleje de la alucinación y se acerque a la realidad, que se concrete en un proyecto. En las alucinaciones no hay tropiezos, en los proyectos sí. Para el inepto las adversidades son producto de la mala suerte, para el sabio son retos a superar. Un reto es una lección, nunca un castigo.
La mujer y el hombre sabios nunca culpan a los otros de sus propios tropiezos. Practican la autocrítica. Son humildes, eso no significa que viven humillados, eso significa que viven en la verdad, en su verdad. El éxito no se reduce a alcanzar la meta anhelada, es más, a veces eso es lo de menos; la victoria es enfrentar, asumir y superar las propias contradicciones. En eso consiste el triunfo de la mujer y el hombre sabios. El proyecto de vida de la mujer y el hombre sabios no es una carrera en pos de trofeos, el proyecto de vida de los sabios es un estilo de vida.