domingo, 27 de febrero de 2011

DE LOS HÉROES EN LOS TIEMPOS DEL CALOR

José Martí, héroe cubano

“La vida no te está esperando en ninguna parte, te está sucediendo.”
Osho


¿Luchar? ¿Para qué? ¿Para seguir cosechando frustraciones? Total, es probable que, gracias al calentamiento global, a nuestra actual civilización humana no le quede mucho tiempo. Repito, ¿para qué afanarse tanto? ¿No es más cómodo rendirse? Claro que lo es. Es muy fatigoso confrontar a la propia abulia, a los enemigos del entusiasmo y a los propagadores de miserias. Entonces, ¿para qué batallar? ¿Es que aún se podrán escuchar buenas noticias?


A pesar de lo fácil que resulta ser apático, hay quienes insisten en traernos la esperanza. Son los tercos imprescindibles. Mucho habremos escuchado sobre las cualidades del espíritu humano, de sus triunfos a lo largo de la historia, sus virtudes imperecederas. El enfrentar las vicisitudes, luego desarrollar estrategias para superarlas y vencer los trances, son los atributos esenciales del impulso que mueve a la humanidad. Y esos tercos a los que me refiero, son los cántaros que llenos de espíritu humano caminan entre nosotros.


Ellos nos instruyen sobre como cuidar nuestras perlas. ¿Y qué tesoros son aquellos? El amor, la libertad, la justicia, la verdad, la paz y el autoconocimiento. Para vigilar esas joyas, ellos aprendieron a no rendirse. Entendieron que de eso se trata la vida, de esforzarse por aquello que de verdad es importante. Son disidentes empedernidos, nunca cómplices de la vida inútil y repleta de impotencias.


¿Quién espera buenas noticias? Todo aquel que los escuché, puede esperar escuchar buenas noticias. Ellos son los héroes en estos tiempos del calor. Algunos estudiaron, otros no; algunos tienen trabajos, otros son desempleados. Son jóvenes, viejos, mujeres; pertenecen a minorías étnicas, pero también a las mayorías. Alegrémonos pues, aún existen personas que creen que por la vida, vale la pena pelear. O como dice Éricka: Seguir nadando por el infortunio.

domingo, 20 de febrero de 2011

CULTURA Y AMBIENTE



“Ser y pertenecer son dos realidades que se nutren. Yo soy cuando pertenezco.”

Alicia Montesdeoca


La cultura no es más que la preocupación de la humanidad por su entorno y contorno, y el repaso mundial de las cosas que afectan a mujeres y hombres. Pero durante milenios parece que dicha preocupación termina resolviéndose con la aniquilación del ambiente.


¿Por qué parece haber una contradicción entre la cultura y la naturaleza? La cultura, es decir, el quehacer humano en general, incluye escribir un soneto o cantar unas décimas, pero también a la explotación petrolera y a la tala indiscriminada de los bosques y selvas. Y no sólo es cosa de la modernidad. Parece que también pueblos antiguos y hasta primitivos provocaron grandes desastres ecológicos. Entonces, ¿la cultura siempre ha de significar destrucción ambiental?


Pienso que mientras nosotros los humanos nos pensemos como un aparte de la naturaleza, siempre va a haber confrontaciones donde la peor parte la han de llevar los ecosistemas naturales. Comenzar a comprender que somos parte de un gran ecosistema llamado planeta Tierra es el primer paso para acabar el conflicto.


Sí, porque estamos hablando de una guerra. Pareciera que aún nos sentimos amenazados por la omnipotente naturaleza, igualitos a los cavernícolas que más tenían de alimento para las fieras que de dueños y señores del orbe. Hay que ver como desde infantes nos comportamos frente a las otras especies, vemos un pájaro carpintero y de una vez buscamos una piedra para lanzársela. Esto no puede continuar, por nuestro propio bien, hay que finalizar las hostilidades.


Vamos a tener que pensarnos más eso de la pacífica convivencia con el resto de las especies. Si somos parte de la vida en este planeta, no podemos seguir acabando con las otras formas de vida que comparten nuestro hogar, porque sino, un buen día puede ser que no haya hogar donde vivir.