viernes, 28 de diciembre de 2007

NOTICIA URGENTE



El Presidente de la República de Panamá y todo su gabinete, la Corte Suprema de Justicia en pleno y la Asamblea Nacional de Diputados, además de los alcaldes y concejales de los principales municipios de la nación, han reconocido públicamente su ineptitud para llevar la cosa pública y renunciaron a sus respectivos puestos públicos. Además, como si fuera poco, la larga lista de empresarios que tienen por costumbre, después de descontarlas a sus trabajadores, no pagar las cuotas del seguro, han hecho fila en las dependencias de la Caja del Seguro Social para asumir de una buena vez sus responsabilidades. Hoy los panameños amanecieron limpiando su ciudad, los diablos rojos (buses urbanos) no están haciendo regatas, los policías no están aceptando ningún tipo de soborno y hay programada una gran marcha de estudiantes solicitando se les permita durante las vacaciones de verano realizar actividades extracurriculares y de investigación. Hasta estas horas, no se ha registrado ni un solo robo ni asalto. ¡Y dicen que los milagros no ocurren! Todo esto ha acontecido en la Ciudad de Panamá, el 28 de diciembre de 2007, Día de los Santos Inocentes.

martes, 25 de diciembre de 2007


A comprar
A comprar
Vamos a comprar
Aunque en enero y febrero
Y también en marzo y abril
Las deudas nos ahoguen

A comprar
A comprar
Vamos a comprar
Aunque en mayo y junio
Y también en julio y agosto
No haya plata ni pa comé

A comprar
A comprar
Vamos a comprar
Aunque en septiembre y octubre
Y también en noviembre y diciembre
Las canas de preocupación
Hayan sido borradas por una gran calvicie
…de preocupación…

A comprar
A comprar...

lunes, 12 de noviembre de 2007

DIÁLOGO CON ADRIANO


“He ahí el único compromiso del creador: comunicar estéticamente el dolor, la tragedia, su crisis existencial, pero también la esperanza y la alegría de vivir, a los otros, desde su trabajo cotidiano con las formas artísticas.”
Adriano Corrales Arias

Cada campaña electoral que he sufrido, ha consistido en la explotación de mi esperanza a beneficio de los candidatos a puestos públicos. Sí, me han prometido cosas que me quedé esperando. Esa experiencia, junto a otras que me han ocurrido, me hacen concluir que soy un ser posiblemente ingenuo por necesitar el aliento de las esperanzas. Los seres humanos que conozco, también. Menos mal, porque a pesar de la estafa, eso significa que no soy un marciano.
La esperanza es casi parte de nuestro código genético. De no ser así, el miedo nos paralizaría. Pensemos en el simple acto de dormir al final de cada jornada, sin la esperanza de que despertaremos nos sería imposible conciliar el sueño, o algo peor, cerraríamos los ojos a la espera de no volver abrirlos nunca más. Vivimos el presente, pero nos anima a vivirlo el saber que hay un mañana.
Pienso entonces que sí todos (hasta los que reniegan de ella) tenemos esperanza en algo mejor por venir, todos de alguna manera podemos predicarla y defender la alegría de vivir. No hay que ganarse el Premio Nobel de Literatura, para levantarse y escribir versos en la propia vida y en la del prójimo. Versos que al final nos van a justificar la existencia.
Tanto más los escritores, intelectuales y promotores de la cultura deberían comprometerse con no dejar morir a la esperanza. No vaya a ser que ocurra masivamente lo aparecido en una escena de la película LA TABERNA DEL INFIERNO (una de las pocas buenas películas que ha hecho Stallone). Allí un personaje había pasado tan buena noche, tan alegre y sobre todo tan feliz, que prefirió suicidarse pues no vio en su futuro otra noche así.

OTRO DIÁLOGO CON ADRIANO


“Me gusta la humanidad”
Un caníbal

He tenido la suerte de leer y escuchar muchos discursos humanistas. Algunos afirman que nuestra especie es la cúspide de la evolución, otros plantean que ya se es persona humana y heredera de Erasmo de Rótterdam desde que se unen el espermatozoide y el óvulo. Hay quienes hablan del hombre como uno más entre todos los seres del universo; de un ser con capacidades; de un ser que se construye. No todos estos enfoques son expuestos por humanistas, algunos lo son por engañosos caníbales.
Estos personajes a los que me refiero son caníbales simple y llanamente porque buscan el acumular poder para sí mismos; ubicarse en tronos revestidos de redención para desde allí aplastar cráneos y voluntades. Nuestro amigo Adriano nos da algunas pistas para reconocerlos.
Los caníbales no son capaces de reivindicar “la posibilidad del diálogo personal con el otro, con los demás”. ¿Para qué, si ellos poseen la verdad única? Tampoco ven con buenos ojos el “promover el desarrollo de una subjetividad crítica y creadora”. ¿Y atentar contra su propio poder? ¡Nunca! Menos van a “enarbolar la humanización del trabajo”. Para ellos hay diferencias fundamentales: el trabajo intelectual tiene un alto valor, el trabajo manual sólo es necesario.
“Recuperar nuestros cuerpos como entes soberanos”, “destacar nuestra riqueza pluricultural, multiétnica y multilingüe”, y “oponer a la globalización homogeneizante el amor, la amistad, los sueños y la poesía desde nuestras propias posibilidades creadoras y comunales”, son ideas de antemano descartadas por los caníbales. Su quehacer diario así lo confirma. Ahora, si llegamos a identificar a una persona que practique los consejos que nos ha dado nuestro amigo Adriano, estemos atentos a él, puede que sea un verdadero humanista.

ÚLTIMO DIÁLOGO CON ADRIANO


“La amistad, la solidaridad, la memoria colectiva e individual, la paz, el amor, la ensoñación creadora, en fin la vida; son la respuesta que nuestros pueblos globalizados deben enarbolar para no sucumbir ante el tremendismo neoliberal que plantea una única salida capitalista plagada de frustración deshumanizada, es decir de necrofilia.”
Adriano Corrales Arias
Muchas voces ya declaran que las guerras del futuro serán por el control de recursos naturales tales como el agua potable. Lo único que, humildemente, puedo añadir a dichas declaraciones futuristas es que esos conflictos, de darse, serán con piedras y palos, y no con las armas convencionales de las cuales hoy sabemos de su uso. A los fusiles los reemplazarán los biombos y las resorteras. ¿Qué por qué digo tal salvajada? Porque muy en lo íntimo de mi ser; pienso, creo y siento, que la civilización tal y como la conocemos hoy en día, no sobrevivirá los actuales conflictos de las guerras por el petróleo. Con el calentamiento global, los muertos provocados directamente por la guerra, el resurgimiento impetuoso de viejas enfermedades, el crecimiento criminal de la pobreza, las hambrunas cada vez más comunes, la tóxica contaminación ambiental y el poder arrollador del mercado deshumanizado, bien pudiéramos estar hablando de las siete plagas de este Egipto que ahora es el planeta entero.
¿Y qué podemos hacer nosotros los ciudadanos silvestres? No habitamos la Casa Blanca, ni siquiera tomamos las decisiones finales en el Palacio de Las Garzas, entonces, ¿qué podemos hacer? ¿Resignarnos y esperar el final del estilo de nuestras vidas? Creo que esa es la respuesta, sí, terminar con nuestro estilo de vida. Apartarnos del consumismo, y por lo tanto, de la producción extrema de basura; con cada producto inútilmente comprado, arrojamos más basura al planeta. Dejar la vida narcisista de creernos el centro del universo y reconocer el derecho a la vida que tienen los otros. En pocas palabras, abandonar la necrofilia.

viernes, 2 de noviembre de 2007

DEFENDIENDO LAS INSTITUCIONES: ¿CUÁLES?



La característica primordial de la civilización es su fundamento institucional. Y la más importante de todas las instituciones es la ley. Gracias a ella bajamos de los árboles, abandonamos las cavernas y dejamos de cazarnos en las llanuras. Las reglas son acuerdos y los acuerdos, si queremos vivir en comunidad, hay que respetarlos.Semanas atrás en el premio Ricardo Miró, la más prestigiosa institución en el campo literario que tiene la república de Panamá, se dio otra bochornosa situación. El Miró consta de cinco secciones. Uno de los fallos fue dado de mala gana, otro declarado desierto y un tercero fue impugnado. Con respecto a los dos primeros, fallos antagónicos y que aún así se aplauden entre sí, me pregunto: ¿por qué premiar una obra en la que no se cree? Pareciera que fuese más honesto declarar desierto, que premiar y luego desconfiar de la obra laureada. Sin embargo, declarar desierto ¿no es la estrategia de siempre: protestar por todo para que nada cambie? ¿Hay seguimiento a esta acción? Del fallo impugnado, tengo entendido que se tomó tal determinación por incumplimiento de las bases del concurso y que al respecto, mucho antes de los acontecimientos, hubo una consulta verbal de la parte afectada. ¿Cuándo los ciudadanos panameños vamos a entender que toda consulta con el estado debe hacerse por escrito y que debemos exigir que se nos conteste de igual manera?También es llamativo que, siendo las bases del concurso bastante claras, el Instituto Nacional de Cultura no haya decidido actuar hasta el tercer día. ¿Qué? ¿Estaban esperando a ver quien lanzaba la mayor amenaza? ¿Apostando la honra del concurso y de los poetas participantes en un juego de pulsos y muñequeos? ¿Qué esperaba asesoría legal del INAC para actuar rápidamente e impedir que este caso se convirtiese en un escándalo de primera plana? ¿La señal de alguien para hacer cumplir la ley? O sea, que si la señal hubiese sido otra, ¿no se cumplen las bases del concurso?

martes, 23 de octubre de 2007

ISABEL, JAVIER Y LOS ELECTRONES


Somos un vaivén entre Dios y el átomo
Isabel Herrera de Taylor

Arte y ciencia están relacionadas. Es así, porque la creatividad artística y la científica residen en un mismo órgano del cuerpo humano, el cerebro. Luego, la imaginación permitirá el uso de esa creatividad para representar la vida por medio de las distintas expresiones del arte o buscar explicaciones por medio de la ciencia.
Me resulta interesante el uso de palabras científicas para darle connotación a lo que se dice en un poema. En la literatura hispanoamericana el vocabulario científico ha sido utilizado por Antonio Machado en su poema El gran cero; Jorge Luís Borges en El Alquimista y por Carlos F. Chang Marín con su poesía Elegía en la muerte de Laika (perrita que viajó a la Luna), entre otros. Hace poco, leyendo el libro Meditación en un laberinto y otros extravíos de Javier Romero Hernández, encontré Palabras de un clon, composición poética en cuyos versos el poeta utiliza las palabras “bioquímica, electrones, átomo y genoma,” entre otras, de manera acertada, lo que confirma que ciencia y poesía no se anteponen. El escritor incorpora al concepto científico el matiz lírico. Los versos poseen ritmo, característica importante en un poema.
Con los riesgos propios del tratar de escribir bien, deseo expresar algunas ideas sobre este poema, a pesar de que mis palabras salgan con la ingenuidad propia del lego, pero nunca serán palabras necias. Siento un aguijón que me obliga “aunque no tengamos de poeta la gracia que no quiso darnos el cielo” según ha dicho el muy admirado profesor Rodolfo de Gracia, en su ensayo Sumergiéndonos de Mar a Mar, de su libro Poesía, narrativa y reflexión.
Javier Romero Hernández entra al oficio de escritor con buen pie, pues ya obtuvo el premio único Demetrio Herrera Sevillano de Poesía 2002 y primera mención de honor en el concurso de poesía Gustavo Batista Cedeño 2004, con la obra Poemas para encontrar a un ser humano, que posee varios poemas entre los cuales podemos mencionar: Hombre, Palabras de un clon, Prehistórico, Neosapiens y Átomo y todos ellos conceptualizan términos científicos.
Palabras de un clon, es un poema en cuatro partes y de verso libre. Además del uso del argot bioquímico, me atrajo su música interna. Quizás sea ese ritmo que tienen las frases lo que hace que ciertos escritos nos gusten más que otros.
El poema inicia con el hablante lírico contando el origen de la creación del hombre y mezcla la participación divina con las teorías científicas:

“Como toda buena Teogonía / primero fue la oscuridad, / la Bioquímica danzaba / en los caminos del origen; / (…) / Las claves de la lengua / —veloces electrones— / surcaban el primer silencio / que ningún oído humano escuchará.”

Un clon es un individuo genéticamente idéntico a otro, según la biología. Poéticamente este clon representa a toda la especie humana y narra su historia. Inicia diciendo “Como toda buena Teogonía”, ¿será que el poeta toma partido por lo divino? Luego agrega “la Bioquímica danzaba en los caminos del origen”, ¿podríamos considerar que se desplaza a una posición científica? Según los científicos hubo un momento en el devenir del tiempo en que las condiciones fueron propicias (la presencia del agua y cierta energía) para que los átomos formaran moléculas y a partir de éstas se originara la vida. En oposición, la Teología asegura que Dios creó a Adán y a Eva. Sin embargo el ser humano común y corriente que está preocupado por la diaria existencia hace un sincretismo de ambas propuestas y sigue su rutina en un vaivén entre Dios y el átomo. El versista expone esta fluctuación porque la poesía, además de palabras hermosas, es reflexión.
A los científicos y a los poetas les preocupa el origen de la vida y cada uno escribe obras ya científicas, ya literarias para explicarlo. La mayoría de los seres humanos viven indiferentes a esos escritos o no los comprenden. Esa oscuridad que ningún oído escuchará de la que nos habla el poeta es la ausencia del conocimiento. Se desea llevar luz sobre ese tiempo primigenio y por qué no: al actual. Arte y Ciencia, que surgen casi al azar en el inicio, se convierten con el pasar del tiempo en instrumentos de búsqueda de la verdad.
El hablante lírico usa las palabras científicas para explicar lo que el autor aprendió de la Biología. Ante el ¿quienes somos? y ¿cuál es nuestro origen?, responde con ¡magnífica armonía entre conceptos científicos y poesía!:

“Los ácidos nucleares (nucleícos dice la bioquímica)/ eran dioses diminutos /que esparcían pensamientos, gestos /rescataban antiguos planos de ensamblajes; entonces fue el crepúsculo/ el soplo de la espuma / la creación de lo divino/ en los laberintos del genoma.”

“Los ácidos nucleicos eran dioses diminutos” dice el poema refiriéndose a la función de éstos como parte de la doble hélice del ADN, que constituye el gen, la unidad de información hereditaria. El genoma no sólo es laberíntico, también guarda el secreto de las características de los seres vivos, ya sean los cabellos del color de la noche, los labios sensuales, las alas de la mariposa o que una rosa sea una rosa.
Los científicos afirman que todo hombre y mujer de esta hermosa Tierra nuestra tuvo su origen geográfico en África y que no existen mayores diferencias genéticas entre las llamadas razas humanas. Entonces ¿a qué responden los racismos y guerras entre las naciones? Responden a las diferencias culturales. Respuesta que no es simplista, porque compleja es la palabra cultura. Quiero deducir que en el siguiente discurso, el poeta hace un llamado al acercamiento entre los habitantes de este planeta solitario, ubicado entre el sol y lo incógnito.

¿Aún no lo comprendes?/ Yo / vivía en ti como tú en mí / desde antes de las invasiones del esperma, / la historia y el fusil entre las manos, / la pupila y la imagen de la sombra / antes que el sexo tomara su ración de sentimiento.

El poema también nos habla del tiempo. El tiempo es movimiento.

“El tiempo no es materia/ pero emerge en cada movimiento de tu cuerpo / en cada insinuación de nacimiento / como un beso / que parece ser también una palabra.”

El tiempo se data al producirse una nueva vida; y cada vida nueva significa cambio. Tiempo, cambio y vida se unen para formar eso que llamamos Historia. Cada vida lleva su propia cuenta aunque estemos inmersos en el mismo espacio, el tiempo nunca es el mismo para cada individuo. El tiempo es un infinito donde las acciones se dan una y otra vez hasta que cada quien duerme para siempre y se convierte en polvo.
En la parte tres de Palabras de un Clon, el poeta le hace al lector una serie de preguntas, que quizás (sugiero yo) se hizo a sí mismo cuando decidió retirarse de la carrera de Medicina para estudiar Humanidades y entregarse por entero a escribir. Javier Romero decidió ser escritor y en el más íntimo y el más antiguo de los géneros literarios: la poesía, para la cual pareciera que sus genes ya estaban codificados. Género literario que es un Dorian Gray, que lucha por mantenerse joven en este mundo del consumo y la televisión, gracias al alma de los versificadores.
¿Por qué de pronto el hombre se sitúa en una esquina de la vida? pregunta el poeta y yo respondo: Tú estabas en un puerto llamado Ciencia y tal vez te consumía el deseo de navegar por todos los meandros de ese largo río que es la vida y por conocer tantas bahías, golfos, islas… el mundo. En una esquina de la vida viven muchas personas. Temen conocer a otros seres humanos, otras formas de pensar o de ser culturalmente. Temen al cambio.
Palabras de un clon nos dice en su última parte que el hombre desea ser eterno y el hablante dice con estética lo que ya ha confirmado el quehacer científico: “…porque vida y muerte / son el equilibrio / entre dos arreglos de energía / que sostienen la unidad de la materia/ en el seno de lo inmenso.”
La vida es desequilibrio, la búsqueda de algo, el cambio, el hacer. Cuando la vida cesa, se llega a la quietud, al equilibrio, y la energía se convierte en otra para ser utilizada o revertir al universo.
Y por eso ante el deseo del hombre de ser eterno podríamos decirle: Sí, eres eterno cuando te conviertes en polvo y vuelves a tus orígenes, al átomo. El poema se despide con palabras muy sencillas:

¿Quieres ser eterno?: / La eternidad / ha sido siempre/ el hálito del polvo.


Larga vida a la actividad creadora de este joven, quien ha buscado su camino y lo ha encontrado.

Isabel Herrera de Taylor 4 de octubre, 2007

sábado, 20 de octubre de 2007

MIGUEL, FRITONGO Y HEURÍSTICAS


EL FRITONGO Y LAS HEURÍSTICAS
Por miguel ángel chinchilla
(escritor salvadoreño)

Recientemente Ediciones 400 Elefantes de Nicaragua, acaba de publicar dos libros de dos escritores centroamericanos amigos míos y miembros de ADECA (Asociación de Escritoras y Escritores de Centro América).
Se trata de la novela “Fritongo Morongo” del nicaragüense Henry Petrie; y de la compilación de cien artículos periodísticos titulada “Heurísticas” del panameño David Robinson.
Fritongo Morongo es un breve relato novelístico de 136 páginas, cuya locación la encontramos en el famoso Mercado Oriental de Managua, con fama de ser el más grande de Centro América,
Fritongo Morongo es un negro panzón y nalgón que un día aparece muerto y luego su cadáver desaparece misteriosamente, crimen supuesto por el cual es condenado injustamente el yerbero Nayo Cleonte, locatario del susodicho mercado.
De acuerdo con lo popular del título y el ambiente de la historia, los nombres de los personajes se convierten más bien en apodos: Camiona, Parranda, Palíndroma, Candela, Raíces, etc.
Al final, el mentado Fritongo resulta que no estaba muerto sino que andaba de parranda, luego de que el autor nos presenta una serie de intríngulis y nudos que va atando y desatando con bastante solvencia.
Debo confesar que antes de leer este libro de Petrie, sólo por el título me había forjado algunas expectativas que no se cumplieron a cabalidad. Primeramente el nivel de la paralectura se me cayó con la portada del libro, que no refleja estéticamente toda la carga popular contenida en la historia; y luego algo más serio en el nivel gramatical como es la sintaxis, que satura de baches la narración con formas inadecuadas que le restan fluidez al discurso, verbigracia: “por eso los repartió con pan Jesús a la multitud” en lugar de escribir “Por eso Jesús, los repartió con pan a la multitud” (pag.28); “que hizo apareciera” en lugar de decir “que hizo aparecer” (pag.54); “como si a su puerta llegaba” en lugar de “ como si a su puerta llegara” (pag.56); “y tantas cosas pudo dejando muertas” (pag.63); “Palíndroma pidiéndole auxilio pero no estaba para eso” en lugar de decir “Palíndroma pidiéndole auxilio aunque no estaba para eso” (pag.64).
Heurísticas por su lado es una compilación de cien artículos o notas periodísticas escritas con la brevedad de una columna, en las cuales David Robinson va señalando con buena ironía los vicios y aberraciones de la sociedad panameña, con comentarios críticos sobre asuntos filosóficos de interés (digamos) universal. Temas como el machismo, la ecología, la discriminación, las religiones, la felicidad, la identidad, los imperios, la poesía, el autoritarismo, el fútbol, el beisbol, la educación, la lectura, la familia, la política y la utopía; desfilan frente al lector con un tratamiento ligero que hoy se conoce como Light. Aunque de repente, David Robinson, este panameño con alma de niño y casi dos metros de estatura, nos sorprende escribiendo sobre la muerte de su madre a quien llama con amor de hijo la Leona de las Orquídeas.
Son cien cibertículos, así como el mismo los llama, cada uno precedido por un epígrafe. En el centésimo texto, el autor nos habla de cómo nacieron estas notas, con un comentario sobre la película “el sastre de Panamá” que “para mí –dice David- fue un verdadero desastre”. Curiosamente dicha nota no viene incluida en este libro de 202 páginas.
Sobre el título “Heurísticas”, demasiado poético o demasiado epistemológico (según se vea) para la ligereza de los textos, el autor responsabiliza a Eduardo Soto “a quien se le ocurrió crear la columna en este diario” (¿cuál diario?) “El nombre se le debe a Ricardo Quiel”, acota David.
Qué bueno entonces que Ediciones 400 Elefantes, aparte de su tradicional revista, esté publicando hoy día a diversos autores del istmo en diferentes géneros; personalmente pienso que el género periodístico elevado a la categoría de literatura se hace pertinente promoverlo, sobre todo el periodismo cultural que tanta falta nos hace en la consolidación de criterios, gustos y regustos.
Otros títulos publicados por 400 Elefantes, son: ¿para qué tanto cuento? de Juan sobalvarro; los días heridos de Leticia Luna; Cruce de poesía Nicaragua-El Salvador; Poesía de fin de siglo Nicaragua-Costa Rica; Novísima poesía nicaragüense del tercer milenio, y; la escritura vigilante de Ezequiel D’León Masis. ¡Abur!

domingo, 14 de octubre de 2007

DE LA LECTURA Y LA COMUNICACIÓN


"Si me preguntaran qué hay que hacer en la educación..., diría: desde primer año de básica hasta la universidad, una clase de lectura.”
Jorge Eduardo Rivera
Me he percatado que los adolescentes tienen un interés muy grande en escribir. Sólo así me puedo explicar el constante afán de rayar las paredes. Sin embargo, ¿por qué sólo unos cuantos crecen hasta convertirse en poetas y muchos no pasan de ser vándalos del graffiti? Me imagino que todos quieren decir algo, pero que no todos pagan el precio exigido por perfeccionar su arte literaria.
Creo que el primer pago consiste en cubrir la cuota de la imaginación. Dejar brotar de la mente, sin temor a las burlas, los mundos maravillosos de la fantasía. Pero a la presión de grupo muy pocos mundos imaginarios sobreviven. A saber cuantos posibles grandes escritores no sobrevivieron al mote de “el loco de la clase”. Y en nuestro Panamá, el que dirán rige dictatorialmente la vida de muchos ciudadanos.
El segundo pago es el de la observación. Sí, poseer la capacidad de observar es necesaria para el literato. Sería fácil concluir que si sólo fuese necesaria esta condición, Panamá sería cuna privilegiada de muchos escritores. ¡Con la afición que tenemos por la vida ajena! Pero no es así. Es increíble, como a pesar de nuestra curiosidad, llegamos a suposiciones que poco tienen que ver con la realidad y mucho con nuestros prejuicios. Tenemos un terrible problema de tergiversación de los hechos y, por lo tanto, también de construcción coherente de las ideas.
Quizá el último pago tenga que ver con la cultura, específicamente, con el número horas de lecturas que se practican a la semana. Sin leer, no es posible ser escritor. Aunque, pensándolo bien, sin el hábito de lectura no es posible crecer integralmente como persona. La lectura es para la mente como las pesas para el cuerpo. Es más, creo que el hábito de la lectura inteligente bien pudiera ayudarnos a romper las cadenas del que dirán y de los prejuicios.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

OTRAS PALABRAS EN MANAGUA


¿Será verdad que en Panamá no se lee? ¿O a las ventas del libro le pasa lo mismo que a la venta de zapatos: qué somos muy pocos panameños?
En Panamá la impresión de libros se encarece por el precio del papel. Además, las entidades públicas a cargo de tal labor tienen, en su mayoría, graves problemas burocráticos. Y como si fuera poco, gracias al alto producto interno bruto (donde pareciera que todos fuéramos adinerados), el patrocinio que se logra en el resto de Centro América por parte de entidades estatales o particulares del primer mundo, aquí está descartado.
Así que es la autogestión la responsable de un alto porcentaje de los libros publicados y su venta es quien debería sostener lo editorial. Ello no es cierto, por lo general, es el autor quien subsidia con sus propios recursos la publicación de sus libros.
Luego de impreso el libro, su promoción choca con grandes barreras. La principal: la poca masa crítica de lectores en Panamá (término que le pedimos prestado a Isabel y al resto de los químicos del mundo). Es muy probable que la relación entre escritores activos publicando (la oferta) y la población total de la república (la demanda) sea la más desfavorable de la región. En Nicaragua, gracias a su población, un libro tiene cinco veces más probabilidades de encontrar lector.
Las alternativas son o reducir el número de escritores o aumentar la cantidad de lectores. Aunque la idea de arrojar a la bahía a uno que otro escritor es bastante tentadora, también es poco práctica (por lo menos yo corro bastante rápido). Así que hay que optar por lo segundo.
El grupo literario Letras de Fuego (un grupo de escritores y escritoras que básicamente editan sus obras gracias a la autogestión) ha optado por desechar las campañas de descalificación de los colegas y aplicar una estrategia permanente de incremento de la población de leyentes: el proyecto Siembra de lectores.
Primero: definamos. Un círculo de lectura es un espacio donde lector y autor interactúan y benefician mutuamente. Puestos de acuerdo, continuemos. ¿Dónde formar los círculos de lectura?
Uno de cada cinco panameños está estudiando. Los escritores íconos en Panamá, llegaron a serlo porque su obra se convirtió en lectura obligatoria en los colegios primarios y secundarios de la república. Ahora es más fácil ser leído en los ámbitos educativos. Ya no hay lecturas obligatorias, sino sugeridas por el Ministerio de Educación. Ahora cualquier escritor tiene acceso a los centros educativos.
La Asamblea Nacional de Diputados durante los dos últimos años, en conjunto con el Ministerio de Educación, ha realizado un concurso escolar de círculos de lectura. Allí prima la lectura de autores panameños. Mi experiencia con este concurso fue que mi libro recomendado “Soles de papel y tinta” (una antología de cuentos panameños publicados por la editorial Alfaguara) casi se agotó. Desde el próximo año, por ley de la república, es obligatorio formar círculos de lectura en los centros escolares oficiales.
Los escritores de Letras de Fuego tienen la esperanza de que en dichos círculos de lectura participen adolescentes que serán adultos lectores y por ende compradores de libros. Entonces, ¿Dónde formar círculos de lectura? Obviamente en los colegios.
Pero Letras de Fuego no se conforma con reducirse al recinto didáctico. También está preocupado por los lectores de las comunidades. Y junto a la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero y la Universidad Interamericana de Panamá, se lanzaron a conquistar los barrios y pueblos. Y lo han logrado bastante bien.
Los círculos de lectura formados son: Biblioteca Eusebio A. Morales (Ciudad de Panamá). Biblioteca Pública Omar Torrijos en San Miguelito. Biblioteca Pública Virgilio Angulo de Guararé. Biblioteca Pública Mateo Iturralde en Colón. Biblioteca Pública Carlos L. López de Las Tablas. La Granja de Menores Arturo Miró de Potrerillo, Chiriquí. Biblioteca Pública Fernando Guardia de Penonomé. Biblioteca Pública Cristóbal Rodríguez de Chitré. Red de Promotoras de Lectura de David, Chiriquí. Biblioteca Pública Julio J. Fábrega de Santiago de Veraguas. Facultad de Educación de la Universidad Autónoma de Chiriquí. Biblioteca Pública de Soná en Veraguas. Biblioteca Pública de El Real en la provincia de Darién. En proyecto los círculos de lecturas de Kuna Yala y Bocas del Toro. Estamos hablando de 13 localidades donde hace un año no se conocían a los escritores, en este caso, de Letras de Fuego.
En su primera etapa, los círculos de lectura son subsidiados por los escritores de Letras de Fuego, pero luego han de ser asesorados para que cada centro sea auto-sostenible y pueda generar los recursos que les permitan la futura compra de los libros. Además, los miembros de los círculos serán capacitados como promotores y formen otros círculos de lectura. Ambicioso, ¿verdad? Pero, ¿qué sería de nosotros sin utopías?
Un último comentario: la literatura será una institución nacional panameña en la medida que la conceptualicemos como una esfera donde se integra la sociedad y no una aventura unilateral de los escritores por un lado y los lectores por otro.

domingo, 23 de septiembre de 2007

PALABRAS EN MANAGUA


Mi nombre no es Pedro Arias De Ávila, no soy el conquistador iracundo, no tengo mis manos manchadas con la sangre de ningún decapitado. En mi conciencia no pesa el honor vilipendiado de ninguna doncella amancebada. No defiendo la corona de algún tirano y tampoco mis labios derraman el espumarajo avaricioso de la intriga.
Mi nombre no es William Walker, no soy el pirata del Vesta intruso y despiadado, mis manos no huelen a la pólvora del paredón y sus fusilados. Jamás he pretendido marcar con hierro la carne de mi hermano y así convertirlo en mi esclavo. El saqueo no me es un negocio atractivo y bajo ninguna circunstancia sigo los pasos de Henri Morgan.
Mi nombre no es Philippe-Jean Bunau-Varilla, no soy el especulador que ocultó sus agiotajes con el olor del champaña, mis manos no jugaron a los naipes con la tragedia de los volcanes. No vendí a la niña de los peces y las mariposas ni traicioné a la hija de Nicarao. No convertí el agua bautismal del San Juan y el Chagres en el plasma azuzado de las divisiones.
Mi nombre no es Theodore Roosevelt, no tengo un gran garrote que amenza a los espíritus libres y que también muele sus carnes. Tampoco me llamo John Calvin Coolidge o Herbert Clark Hoover, los emperadores que ordenaron a los marines aterrorizar las tierras del pinol y el chicheme. No vengo del patio trasero de ningún imperio ni cosecho bananas para algún mister Smith.
Mi nombre es David, hijo de Aurora y compadre de Sandra. El que cruza las fronteras inventadas para cobrarnos el peaje de no ser dueños de la tierra. El amigo de Marta, Juan y Henrie, los que mudan sueños por hojas de libros. El que admira a los cirujanos literarios Arnulfo, Ezequiel y María Estela. El que comprende que pinol y chicheme, al fin y al cabo, son dos bebidas que se hacen con maíz.
Hoy me encuentro aquí con los pulmones repletos del oxígeno de la amistad, el estómago colmado de gratitud y el hígado procesando tanta emoción. Hoy les traigo mis invenciones, aquellas que me han salvado de la herrumbre de la pereza mental y la desidia del alma. Hoy les traigo mi caminar desde el andar a tientas y por instinto, hasta la pisada firme y oficiosa. Aquí mi mano extendida, mi corazón abierto y mi libro Heurísticas.

martes, 11 de septiembre de 2007

DIÓGENES NOS HABLA SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO


La Verdad Incómoda
Por: Diógenes Iván Riley
(Profesor de biología)

En el devenir del planeta Tierra ha de existir un equilibrio necesario para el mantenimiento de nuestras buenas relaciones con el mismo. Hace unos años escuché a una sabia anciana expresar: “no hay mal que por bien no venga, ni bien que su mal no traiga” y ello es aplicable al hecho, de que algunos bienestares provocados por el ingenio humano en niveles extremos alteran el buen desenvolvimiento de otras situaciones que pueden convertirse en letales para el ambiente.
Si bien, el progreso puede engrosar el beneplácito con el desarrollo de las grandes industrias, se ha comprobado que algunas de éstas provocan daños de forma súbita. Indudablemente, existe un gran recelo de los más sobresalientes grupos económicos a nivel mundial ya que podrían resultar “perdedores” al entrar en razón para mostrarse condescendientes ante políticas ambientales estrictas. La gran dificultad sobresale: “pasar de la teoría a la práctica”. Las urgentes precauciones ambientales no han podido hacer impacto en la conciencia de la mayoría de los moradores del mundo y por ende, como que no existe terreno fértil para calibrar el hecho de que las acciones del presente afectan el futuro.
La Verdad Incómoda (An Incovenient Truth, título original en inglés) es un documental que expone de forma magistral los perjuicios a que se ve sometido paulatinamente el globo terráqueo como resultado del llamado cambio climático. El conductor de dicha producción es Al Gore y su director, Davis Guggenheim. Al Gore -exvicepresidente estadounidense durante la administración de Bill Clinton- constituye un convencido sobre cómo las condiciones ambientales creadas y no controladas tienen sus consecuencias sobre la Tierra. Su vocación ambientalista data desde sus estudios universitarios en Harvard y la misma fue reforzada al ser discípulo de Roger Revelle, a quien la historia sitúa como uno de los primeros científicos en registrar el dióxido de carbono en la atmósfera, a parte de pronosticar que el incremento de las emisiones a partir del hombre generaría alteraciones climáticas.

Gore, candidato presidencial en el año 2000 y perdedor ante George W. Bush, utilizó el tópico del cambio climático como estandarte en su campaña electoral pero se comenta mucho que sus asesores no se preocuparon en priorizarlo y éste se diluyó; amén de que el futuro ambiental estuvo carente de interés en los votantes. Ante todo lo anterior, un espíritu de perseverancia resaltó en Gore porque después de su “descalabro” en las urnas se mantuvo brindando conferencias tanto en su nación y en muchas localidades del mundo; con tal de lograr que el asunto ambiental se convierta en preferencia para provocar acciones políticas de peso. Esto último, tuvo efecto en la ambientalista Laurie David para estimar que las disertaciones de Gore tenían que plasmarse en una presentación fílmica. David junto a Lawrence Bender y Scott Z. Burns se encargaron de la producción de ella.
Paramount Classics y Participant Productions de Hollywood pusieron en el mercado, La Verdad Incómoda, que el año pasado logró implantar dos marcas en Estados Unidos: el filme más visto en un fin de semana y el documental con mayor audiencia. Hay que destacar que, hace un año también, la obra fue estrenada en el Festival de Cine Sundance (Estados Unidos) y además se presentó en el afamado Festival de Cannes (Francia). En el rodaje protagonizado por Al Gore -que obtuvo en la categoría mejor documental, un Oscar en este 2007- se analiza a profundidad las complicaciones que origina el cambio climático mediante gráficos, videos, fotos, dibujos animados e imágenes procesadas a través de computadora. El término cambio climático se usa hoy en día tanto para describir el calentamiento que recibe la Tierra como las consecuencias de él. Este fenómeno puede suscitarse por causas naturales o por la intervención de las personas. La acepción de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático -efectuada en Nueva York en 1992- es la siguiente: “un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables”.

En el trabajo fílmico que me atañe, Gore resalta que las grandes potencias mundiales con su alta expulsión industrial de gases -sobresaliendo el dióxido de carbono- en contubernio con las emisiones de automóviles, quemas masivas y la deforestación provocan el calentamiento global, que se suscita por la generación de dióxido de carbono y más gases que atrapan el calor de la atmósfera terrestre. Los gases actúan como “frazada” atrapando el calor solar provocando que la Tierra se caliente pero si acrecentamos las concentraciones de los mismos, el calentamiento aumenta.
Se plantea además, que de mantenerse el calentamiento debido a las concentraciones de dióxido de carbono, que en el presente son las más altas de los últimos 650 mil años, por el año 2100, al desaparecer el hielo en sitios como Groenlandia y la Antártida, aumentará el nivel del mar en unos siete metros y ciudades como Calcuta y Shangai, más un país, Holanda; pueden quedar totalmente sumergidos en el agua. Otras consecuencias nefastas para el entorno serían: aumento drástico de temperatura, incremento de sequías, inundaciones y huracanes, derretimiento de cascos polares, especies de animales en vías de desaparecer, ondas imprevistas de calor y frío, escasez de agua, para mencionar algunas.
Al concluir que el cambio climático tiene su génesis en la participación humana, el suceso en cuestión -según Gore- podría bloquearse y revertirse en unos diez años, aunque algunos científicos ya aseveran que éste es irrefrenable y no quedará otra que “adaptarnos” a él. La Verdad Incómoda vale la pena para ser vista y debatida en escuelas, universidades e incluso a nivel hogareño en todos los países del globo. ¡Una conciencia ambiental tendrá que ser una meta inmediata!

lunes, 3 de septiembre de 2007

CONVERSANDO CON LIL


Buen día David. Estos textos tuyos anti-consumismo me han herido como certera bala entre mis ojos...De ninguna forma, mi estimada Lil, mi intención fue hacer papel de pistolero...Sé que no es tu intención víctimizar a nadie y también sé que soy una víctima de lo que mi papá llamaba “compritis" ...¡Je je! Muy gracioso término el inventado por tu padre. ¿Qué significado podríamos darle? ¿Inflamación en el bolsillo por abuso de visitas a los centros comerciales?
Ahora el gracioso eres tú. Como te iba diciendo, lucho entre mi conciencia socialista y la parte de mi cerebelo que ha sido colonizado por el imperialismo cultural/comercial yanqui globalizado...¡Guao! Suenas a consigna de manifestación...Pero bien sabes que así son las cosas. Y sé que estás tratando de ocultarte detrás de ese tono burlón. ¿A qué le temes? ¿A qué descubra la parte de tu cerebelo que también fue colonizado?...Bueno, la verdad es que la carne es tan débil y la tele es tan fuerte...Si pues, a esa colonización mi mamá la llama el efecto de demostración. Mi padre le llamaba, además, la debilidad por la ostentación...¿Demostración? ¿Ostentación? Demostramos y ostentamos, ¿a quién? A alguien que anda igual de colonizados que nosotros.
Por ahí nos vemos otro día y nos sentamos a conversar al respecto. ¿Qué tal? Quizás hasta podríamos publicar un texto al respecto, con un estilo dialogado, ensayístico, sarcástico, sardónico y cáustico...Después que no sea sadomasoquista...De ninguna manera será para buscar el dolor, es más bien para encontrar la cura...Me parece buena idea, tan buena que tengo que confesarte algo...¿Qué?... Que ya estamos siendo publicados...¿Sí?...Sí, mira para allá, ¿ves ese montón de ojos? Esos son nuestros lectores...Ahora la que dice ¡guao! Soy yo...Y yo secundo ese ¡guao!...Se me acaba de ocurrir algo...¿Qué?...Que nuestras vidas valoradas por la cantidad de visitas que hagamos a un mall tiene el siguiente lema: "Compro, luego me creo la mentira de que existo", ó "Mientras más compro, menos vivo (menos vivo soy, más vivos son los comerciantes, ¿l'agarrate blood?)...Is laope.

jueves, 19 de julio de 2007

UNA CONVERSA CON LA TERQUEDAD



”No se le vaya a ocurrir que me van a vencer,que voy a retroceder, que ya no puedo seguir.”
Ignacio Ortega Santizo
No vaya usted a pensar que yo me voy a rendir, porque dejar de luchar es comenzar a morir. Así es mi amigo, he visto a muchos que disimulan su muerte autodenominándose pragmáticos.
En esta vida enfrenté la práctica y la teoría. En esta lucha arriesgué todo lo que yo tenía. Y hoy muy pocos se arriesgan, y el mundo ya está harto de tanto discurso de cafetería, de tanto impotente que protesta todo para que nadie cambie, pues sólo es palabrería, sin acción tomada, sin compromiso alguno.
Lo que me queda, daré y aunque me cueste la vida, no me podrán acusar de no hacer lo que debía. No vaya usted a pensar que estamos domesticados; que todo esto acabó, que ya estamos derrotados. El mundo espera, aún, a los despeinados que se atreven a correr riesgos, a los que no buscan llenar sus cofres piratas, sino llenar de joyas de marfil las caritas infantiles.
Seguimos con terquedad y se los voy a aclarar: no hay tiempo para temer, no hay tiempo para perder, lucho por mi dignidad, mi patria, mi libertad, no dejaré de pelear. No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no. El mundo tiembla de miedo, ¿dónde están los héroes? ¿Bajo que piedra ocultan sus sombras? Olvidan que la muerte sin sigilo se acerca y que cuando llegue no habrá excusas.
Los que seguimos la lucha, esta lucha noche y día; estamos contra el Imperio, seguimos en rebeldía. El mundo está harto de los derechistas y más asqueado de los izquierdistas cómplices del imperio. Del imperio que dice que no todos somos iguales, que no tenemos derecho a la oportunidad de vivir como verdaderos seres humanos.
Yo seguiré caminando, no quedaré de rodillas. Les juro, sigo luchando por nuestra soberanía:Soberanía total. Y tenemos que ser tercos, y tenemos que ser rebeldes, y que no podemos conformarnos con algo menos que ser dueños de nuestras vidas. La personal, la familiar, la nacional. Soberanos plenos de la vida, de nuestras vidas.

martes, 17 de julio de 2007

HÉROE


"Cada cual tiene que tratar, en lo posible, de rescatar todo aquello que sea válido, para sí y para los demás".
Jorge Ángel Livraga


Definir a un héroe no es tarea fácil, principalmente porque asociamos sus hazañas a lo extraordinario y hemos de admitir, que nuestras vidas tienen muy poco de ello, entendiendo extraordinario como algo estratosférico, fuera del alcancé común de los mortales. Alguna luz me dio el profesor Valentín Medina cuando nos decía en el aula de clases: “La vela perece regalándonos su luz”.
Creo que esa frase resume a mi amigo Ignacio Ortega Santizo, mejor conocido como Cáncer. Igni se nos fue, pero se nos fue regalando luz. Por lo menos así fue para quienes tuvimos el honor de acompañarlo, tan siquiera un poquito, en sus últimos años de vida. En las esporádicas visitas a su hogar, fui testigo de una vida creadora. La música, la literatura, el amor de padre y esposo, la plástica y la amistad fueron las obras a las cuales dedicó su muy dificultoso y valeroso aliento.
Con cada visita a casa de Cáncer, fui entendiendo que la heroicidad es una inclinación a todo lo bueno, bello y justo. Y que lo bueno, bello y justo no se encuentra encerrado en castillo amurallado, sino que siempre está muy cerca, y que por lo tanto no es necesario lanzarse al asalto, sino más bien asaltarse uno mismo. Aprender a vivir libre de lo alocado y ser capaz de gritarle a la muerte: “Voy a vivir hasta el último instante”.
Cáncer, un héroe, no por estar libre de errores, sino por tener la capacidad de verse y vencerse; decirle adiós a la dependencia química, darle la bienvenida a una nueva familia y a sus respectivos sueños, y sobre todo, por vernos a los demás tal y como somos, sin asustarse e insistiendo en querernos. Cáncer, un héroe que a pesar de estar atrapado en el callejón sin salida que significa la proximidad de la muerte que siempre creyó en la vida.

viernes, 13 de julio de 2007

PALABRAS EN LA PRESENTACIÓN DE MI LIBRO “HEURÍSTICAS”


Una vez me leyeron la mano, fue una traviesa monja católica apostólica romana, y aunque aquello fue meramente un juego, sus palabras las he tomado de excusa para vivir como vivo. Me habló de dos cruces que poseo en ambos lados de una larga línea de una de mis manos y me dijo que una representaba mi buena suerte y la otra mi mala suerte, y dado que así se anulaban la una a la otra, el resultado final de mis empresas siempre dependería de mi esfuerzo personal. Así que, entendí, sé que soy un hombre desafortunado y también sé que soy un tipo afortunado.
Me explico. Muy temprano en la vida entendí que nada nuevo hay bajo el sol y eso, siendo escritor, me hace muy desafortunado; también sé que soy afortunado, pues he comprendido que para que algo se renueve basta arrojarle miradas nuevas. Soy un hombre desafortunado, porque contemplo esta vida de afanes como la inútil persecución de los espejismos, la crema y nata de la vanidad de vanidades; sin embargo, soy afortunado pues sé que hay espejismos que se han convertido en sólidas pirámides que desafían el viento y el tiempo.
Soy desafortunado, trabajo en dos ámbitos (docencia y literatura) donde asumimos como conveniente la extraña costumbre de acartonarnos; soy afortunado, a pesar de mi mismo, sigo siendo de carne y hueso, y me río, y me río muy fuerte, placer del cual se privan voluntariamente los cartones. Soy desafortunado, vivo en un mundo de prohibiciones; soy afortunado, la única prohibición que acepto es aquella que dice está prohibido rendirse. Soy desafortunado, siento que es muy difícil ser feliz, tanto que a veces pienso que la felicidad no existe; soy afortunado, sé que si la felicidad no existe, tampoco existe la infelicidad; sólo basta decidir cada mañana entre la felicidad y la infelicidad. De eso trata este libro, el más autobiográfico de todos, de todas esas leyendas que nos han tejido alrededor de las palabras felicidad e infelicidad. Una vez mi amiga Katia me dijo que para casarse sólo había que decidirse, ¿no será que toda la vida simplemente consiste en eso, en decidirse?

jueves, 28 de junio de 2007

Presentación del libro Heurísticas de David Robinson por Paco Moreno el 27-VI-2007


Este libro que David Robinson nos ofrece hoy bajo el nombre de Heurísticas es una colección de cien artículos que se empezaron a publicar cada viernes con el nombre de cibertículos desde diciembre de 2001 en el diario Día a día.
Así como un pintor va haciendo bocetos de los temas que considera interesantes para la composición de sus cuadros, así mismo David fue recopilando estas notas, muchas de las cuales bien podrían ser semillas para una novela o para un voluminoso ensayo. Estos cien bocetos, tan breves que en algunos casos me atrevería a calificar de caricaturas, son notas recogidas por el autor en su peregrinaje por la vida, sacando consecuencias de los hechos con que se ha ido tropezando, despertando las conciencias dormidas de sus conciudadanos, denunciando las injusticias de las que son víctimas sus prójimos o él mismo en muchos casos.
La limitación de estos cien artículos en apenas 187 páginas les puede dar una idea de su brevedad, de su concisión. Aquí se cumple a cabalidad el refrán que dice que lo bueno, si es breve, es doblemente bueno.
El título del libro nos sugiere que esta serie de artículos se debe a la heurística, a la invención que es fruto de la investigación, pero no de la investigación sistemática, libresca, sino de la que se plantea el hombre de la calle, el hombre (y la mujer, por supuesto) que tiene que verse forzado cada día a ganar el pan y que se pregunta por qué está condenado a chocar continuamente en los barrotes de la jaula donde la civilización lo tiene preso. El subtítulo Del instinto al oficio nos hace pensar que el autor, empujado por ese instinto vital que lo lleva a retar al destino, se propone comunicar sus inquietudes a otros semejantes mediante el oficio de escritor.
La mayor parte de estos artículos van precedidos de epígrafes. Son sentencias breves o frases enjundiosas dichas por diferentes personajes de todas las épocas, algunos tan antiguos como el filósofo Epicteto o el evangelista San Mateo, pasando por Mario Benedetti, Pablo Ruiz Picasso, Mario Vargas Llosa, Desmond Tutu, Jean Paul Sartre, Eduardo Galeano, Mohandas Gandi, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Stephen Hawkins, etc. y otros tan próximos a nosotros en el tiempo y en el espacio como los escritores Ernesto Endara, Rose Marie Tapia, Carlos Wynter o el cantante Rubén Blades,
David Robinson es un educador. Su vocación docente le permite estar en contacto directo con los que, para bien o para mal, heredarán los triunfos o los fracasos de la sociedad actual. En las páginas de este libro se refleja la preocupación del autor por esa juventud que, desligada cada vez más de las tradiciones y de los principios morales de sus abuelos, navega a la deriva sin brújula ni timón, mirándose el ombligo a falta de algún horizonte donde fijar la vista. Estoy seguro de que muchas de las páginas de este libro están inspiradas en la preocupación del autor por nuestra juventud y por la responsabilidad que nos cabe a los adultos en el porvenir de las generaciones venideras.
David Robinson es un excelente escritor y, por ser escritor es artista. La literatura es un arte y él desde luego, domina la magia de las palabras para darle lustre y belleza a lo que escribe. Sin embargo yo veo en David Robinson, además del artista, al filósofo; pero no un filósofo académico, doctrinario, sino un filósofo del pueblo, un filósofo descalzo, que sabe encontrar conceptos profundos en el acervo popular, en las preocupaciones cotidianas, y que sabe expresar esta sabiduría en el lenguaje sencillo de la gente común. Un filósofo descalzo, que dice verdades como ruedas de molino que en su rodar aplastan a hipócritas y timoratos. Yo veo a David Robinson como una especie de Diógenes que no necesita más mansión que un simple tonel y cuyos deseos se limitan a que ningún poderoso le tape el sol.
En estas heurísticas David Robinson se va sacando del alma jirones de sí mismo, pedazos de intimidad, con el mismo dolor con que una madre pare sus hijos. Después nos va mostrando esos retazos de sus entrañas uno por uno en estos artículos que hoy nos ofrece en forma de libro, con el mismo entusiasmo con que una madre exhibe el fruto de su vientre.
David Robinson pone bajo la lupa de su criterio transparente los temas más diversos y los comenta con un inconfundible estilo literario directo y desenfadado. Aquí van a encontrar ustedes opiniones sobre la ética, sobre el bien y el mal, la cordura y la locura, el odio y el amor, la vocación, la felicidad, la venganza, lo bello y lo feo, el pensamiento, la cultura, la identidad, la vida, lo real y lo ficticio, la libertad, el destino, la verdad y la mentira, la culpa y el perdón, la confianza, la utopía…
Opina el autor en un mismo artículo sobre Julio César y sobre el fútbol, en otro nos habla de la fe y de las bacterias, Toca la sociedad en sus facetas más sensibles. Habla del hambre y del consumismo, del derecho y de la corrupción, de los depredadores y de las víctimas, de competir y de compartir, del trabajo, de las profesiones y los oficios, de la discriminación, del machismo, de los contratos, del matrimonio, de los hijos, de la civilización occidental, de las religiones y de la tolerancia, de la delincuencia y de la policía, del tráfico de drogas, de los mesías y sus seguidores, de los mitos…
A David le duele la Patria. Nos habla del 9 de Enero, de la identidad nacional de los panameños, de la ampliación del Canal…
Pasa de la profunda reflexión sobre algún tema trascendente a la ironía o a la sátira con la agilidad mental del escritor polifacético, que sabe cómo tratar los temas más diversos.
Igual comenta el mayo francés de 1968 como los pavos de los diablos rojos, la literatura de autoayuda o los que cruzan la calle por debajo de los puentes peatonales, las hipotecas de los bancos o la Cucarachita Mandinga..
Y, por si fuera poco, David también nos hace partícipes en este libro de ciertas experiencias personales, ya sean satisfactorias, como la presentación de su libro de cuentos Soles de tinta y papel, o lamentables, como las conmovedoras palabras que pronunció en el sepelio de su madre.
Los cien artículos de este libro me recuerdan los del Diccionario filosófico de Voltaire, pero hechos a nuestra medida, más concisos, más actuales y más nuestros. Son espejos donde los lectores podemos vernos reflejados, donde podemos encontrar nuestros propios mitos y nuestras propias dudas, nuestras miserias y nuestros temores y, lo que es más importante, aprenderemos a convivir con estos demonios porque el autor nos llevará de la mano a conocerlos.
Es un libro escrito, como dijo en el siglo XIII Gonzalo de Berceo, “en román paladino en qual suele el pueblo fablar con so vezino”. Yo creo que bien vale, como los versos de Berceo, “un vaso de bon vino”, con el que brindar esta noche por el libro y por su autor.

lunes, 25 de junio de 2007

EL CAOS ES UN ORDEN INCOMPRENDIDO


“El misterio es la cosa más bonita que podemos experimentar. Es la fuente de todo arte y ciencia verdaderos.”
Alberto Einstein
El llamado orden es al final una decisión. Objetiva, mística o cósmica. Individual o colectiva. Tomada conciente o inconscientemente. Fruto del consenso o de la imposición. Fundamentada en los hechos observables o en las razones reveladas. Pero algo decidido no necesariamente es algo totalmente verdadero. Una decisión sólo es una decisión y, repito, el orden no es más que una decisión producto de la percepción e interpretación de la realidad. ¡Y la realidad es tan difícil de atrapar en nuestras pretenciosas definiciones!
Así fue que nació el desprestigio del caos. Con tanto esfuerzo invertido para que una decisión adquiera el estatus de orden, ¿Cómo permitir el libre tránsito del sedicioso caos? Es que puede que el caos sea algo no decidido y sin interés por alcanzar el rango de cosa decidida. También, simplemente puede ser que esté más allá del alcance de nuestras capacidades y eso es un duro golpe a nuestro ego.
Sin embargo, el caos siempre, para nuestra fortuna, ha estado entre nosotros. Como un espíritu, que por desconocido, alienta el cambio, la creación, el arte y la filosofía; sobre todo, como un misterio que, cual imán, nos atrae y transforma. Involucrarse con el caos implica evolución, y eso es definido como peligroso por el orden establecido.
La tradición afirma que la realidad sólo tiene un plano posible y resulta que basta que nos movamos y la observemos desde otro ángulo, y nos daremos cuenta de que la realidad, en realidad, es una red de implicaciones y contradicciones. Si nos llenamos de temor ante esta nueva visión, la llamaremos caos; de no hacerlo, entenderemos que estamos ante una oportunidad. Entonces, parece que la única diferencia entre orden y caos es nuestra decisión: miedo u oportunidad.

viernes, 22 de junio de 2007

DE LA AUTONOMÍA Y LA TORPEZA


“El niño empieza obedeciendo a su madre y acaba obedeciéndose a sí mismo”
José Antonio Marina
Según la mitología griega, el bello joven Narciso no pudo resistir la tentación de ir tras su imagen reflejada en una fuente y murió ahogado. Según Homero, el astuto Odiseo, para poder escuchar el canto de las sirenas, tapó con cera los oídos de sus compañeros de aventuras y se hizo amarrar al mástil de su nave; el resultado del tal estrategia fue que no perdió a su tripulación y pudo escuchar el maravilloso canto de las sirenas, sin lanzarse al mar y morir envuelto en las olas.
¿Por qué Narciso y Odiseo tuvieron destinos diferentes? Suertes muy, muy distintas, por cierto. Narciso fue maldecido por la diosa Némesis a enamorarse de su propia imagen; Odiseo decidió amarrarse al mástil. Narciso fue marioneta de una diosa vengativa, Odiseo fue dueño de su destino.
¿Estos relatos mitológicos tendrán alguna aplicación en nuestros días? Sospecho que sí. Un día, mientras hacía fila en un banco, la dama que me precedía llamó a alguien y la conversación, más o menos, fue del siguiente talante: “Bueno, mi niña, ya llegaste de la escuela; ahora almuerza, tu comida está en la nevera, la metes en el microondas por dos minutos, espera que se enfríe un poquito y te la comes, dejas el envase en el fregadero que cuando yo regrese lo friego. Después, te acuestas por media hora y te pones a hacer la tarea, te la voy a revisar. Cuando termines la tarea, puedes ver televisión hasta que llegue yo a la casa”. Evidentemente se trataba de su hija. Me dio la impresión de que le planeó la tarde a la niña. ¿A diario haría lo mismo? ¿Osaría planearle a sí mismo la vida?
¿Esa niña de adulto, cuando ya no esté mamá, tomará sus propias decisiones o permitirá que las tomen la programación televisiva, las revistas o en el peor de los casos, una secta satánica? Hoy día hablamos mucho de ser uno mismo. Pero, ¿Estamos encaminados a ello o por el contrario se busca uniformar a todos y cada uno de los individuos? Narciso u Odiseo, he allí el dilema.

domingo, 17 de junio de 2007

HAY REINOS QUE DURAN TAN POCO TIEMPO


“La verdad histórica no es lo que sucedió, es lo que juzgamos que sucedió.”
Jorge Luis Borges
Setenta y seis años duró el reino del planeta Plutón. Se acabó. ¿Qué harán ahora los astrólogos? El caso del destronamiento, del que otrora fuera el noveno planeta de nuestro Sistema Solar, deja en evidencia que muchas de las ideas que consideramos absolutamente verídicas, no necesariamente lo son. Es más, muchas verdades no son más que consensos entre entendidos y en el peor de los casos, meras arbitrariedades.
Así le ocurrió a Plutón. Se encontraron otros cuerpos parecidos al “planeta” en cuestión, y surgió el dilema: darles o no el título de planeta a esos otros cuerpos. La decisión salomónica: quitarle el título a Plutón.
Claro que hay argumentos válidos para la expulsión del club planetario: Órbita elíptica y no circular como todos los demás planetas, se formó en un proceso muy distinto y está compuesto fundamentalmente de hielo. Y por supuesto, su tamaño inferior al promedio de los otros ocho planetas.
Tres mil astrónomos reunidos en Praga, por medio del voto universal, acordaron que Plutón ya no podía ser un planeta de nuestro Sistema Solar. ¿Habrá consecuencias? Claro que sí. Hay que re-editar miles de textos escolares, enciclopedias y otros textos. Pero la más importantes de todas, reconstruir todo el andamiaje mental de miles de millones de seres humanos que fueron educados en la certeza de nueve planetas, siendo Plutón el último de ellos.
Las verdades son nuestras verdades, puede ser. Sin embargo, es importante reflexionar el caso de Plutón. ¿Cuánto de lo que yo considero verdad no tiene cimientos más fuertes que los que sostenían a Plutón como planeta? ¿Cuántas de mis verdades no son más que mis creencias? O lo execrable, ¿Cuántas de mis verdades no son más que creencias de otros? No olvidemos el fin del reino de Plutón. ¿Y qué harán de ahora en adelante los astrólogos?

lunes, 11 de junio de 2007

ENSEÑAR O NO ENSEÑAR, HE ALLÍ EL DILEMA


“He podido comprobar que el ‘método de enseñanza’ más difundido en las universidades panameñas es que el profesor hace como que enseña y los alumnos hacen como que aprenden.”
Manuel Castro Rodríguez
Me parece que me voy a contradecir. Es que ahora, después de haber titulado este artículo, me percato que enseñar o no enseñar no es el dilema. ¡Claro que hay que enseñar! ¿Y cuál es entonces el conflicto? Creo que la pregunta es: ¿Enseñar qué?
¿Para qué un niño termina la educación básica general? ¿Para ir a la secundaria? ¿Y para qué un adolescente asiste a la escuela media? ¿Para graduarse en la universidad? ¿Y es qué hay garantías de que todo educando llegue hasta la educación superior?
La educación tiene tres áreas: La conceptual, que es la tradicional transmisión de conocimientos; la procedimental, que es la identificación de los procesos; y la actitudinal, que tiene que ver con las actitudes necesarias para la sana convivencia y el mejor aprovechamiento de los recursos disponibles.
Soy un convencido de que estamos en los tiempos de fácil acceso a los contenidos. Internet, la televisión por cable, los medios impresos, la radio y hasta los rumores, constantemente vierten información (de cualquier tema) a la audiencia. Superficial, poco reflexiva y acrítica. Sí. Pero allí está.
También, la creciente pobreza me obliga a concluir que no todos los jóvenes podrán pagarse su educación universitaria. Entonces, ¿Enseñar qué? Pienso en una escuela ideal, donde los estudiantes adquieran hábitos básicos como el de la lectura, y el principal, el de aprender a resolver problemas. Por ejemplo, en lugar de definir la célula, plantear una serie de problemas que el estudiante debe resolver para llegar a la comprensión de lo que es una célula. Nada nuevo. Constructivismo lo llaman. Procesos y actitudes. Habría que resolver un punto. Los padres de familia deben dejar de hacer las tareas a los estudiantes y los docentes no pueden seguir calificando a los padres de sus alumnos.

domingo, 3 de junio de 2007

¿Y CUÁL ES QUE ES MI NOMBRE?


“El mejoramiento de la calidad de los servicios educativos debe convertirse en objetivo prioritario y preocupación constante del Estado, no sólo en virtud de su importancia para el verdadero desarrollo del país y vía fundamental para alcanzar la justicia social, sino que está en juego la nacionalidad panameña.”
Manuel Castro Rodríguez
Cuando era niño en la pantalla chica abundaban las series del oeste norteamericano. No faltaban los vaqueros, los revólveres, las vacas y caballos, las diligencias, los alguaciles, y por supuesto, los indios. En muchos de esos programas éstos últimos se comunicaban por señas. Una vez pregunté a uno de mis tutores del por qué de ese comportamiento y me contestó así: “La guerra fue tan abrupta y violenta que los indígenas olvidaron su idioma”. Me imaginé que sólo era cosa posible en la televisión.
Crecí y la historia me indicó que en la realidad había casos equivalentes a los televisivos. Aquí mismo en Panamá. Grupos indígenas enteros perdieron la práctica de su idioma y sus tradiciones. Y todo producto de la mal intencionada integración al estado panameño. ¿No lo cree? ¿Victoriano Lorenzo era indio o cholo? ¿Qué es un cholo con idioma propio? La respuesta es muy triste, ¿O no?
La crisis de la educación panameña sigue sin ver luz al final del túnel. Se habla de la educación básica y la media. Pero ¿Y sí el epicentro está en la educación superior? ¿De dónde son egresados los profesores de secundaria? Una catedrática universitaria hablaba de la baja calidad del estudiantado que tienen que recibir, hizo especial énfasis en que no tenían el hábito de la lectura. ¿Tienen que recibir estudiantes que no dan la talla? Creo que no. Además, si durante la formación superior el estudiante no hace lo necesario para perfilarse como un profesional de calidad, ¿Quién dijo que hay que graduarlo? ¿No será que el problema estriba en cuidar las horas de clases de los catedráticos universitarios? ¿Acaso no pueden cuidarlas haciendo investigaciones y sugerencias sobre como salir de la crisis?

martes, 22 de mayo de 2007

DE LA CALIDAD DE LA ENSEÑANZA EN PANAMÁ


"No me estoy metiendo en lo que no me importa, lo estoy aconsejando"

Anónimo Callejero
Unos datos para reflexionar sobre la educación en Panamá: ¿Sabía usted que, hipotéticamente, un niño puede pasar los seis años de la primaria sin aprender a leer y escribir, sumar y restar, multiplicar y dividir? ¿Cómo? De la siguiente manera: Durante los 24 bimestres que dura esta etapa escolar, fracasa rotundamente en español y matemáticas (no salva ni un solo bimestre), pero saca buenas notas en materias como manualidades, artística, educación para el hogar y educación física. Como la nota de pase se obtiene del promedio de final de todas las calificaciones, puede pasar sin saber leer ni sumar. Saquen el siguiente promedio y verán. Español: 1.0, Matemáticas: 1.0, Manualidades: 4.0, Artística: 4.0, Educación para el Hogar: 4.0, Educación Física: 4.0, Nota Final: 3.0 (el mínimo necesario para pasar al año siguiente y sin demostrar ninguna habilidad en lectura y aritmética básica).
A ello añádale, el pasmoso fenómeno de los padres y madres que cursan la primaria junto con sus hijos e hijas y hasta en lugar de ellos. Padres y madres que directamente y sin ningún disimulo, le hacen las tareas a sus niños y niñas. Claro está, esto sólo puede ser con la complicidad de los maestros; me parece poco creíble que uno observe el grado de rendimiento de un estudiante en el salón y luego no se percate de la superior calidad de una tarea hecha en el hogar. Aunque, una vez leí en un periódico de la localidad que una maestra prefería aceptar los trabajos, que ella bien sabía no eran hechos por el estudiante, para evitar incidentes violentos con las madres y los padres de familia.
Un problema en la estructura de evaluación de la escuela formal y otro en la actitud y práctica de los padres y madres de familia. Y hay tantos otros detalles por ahí sueltos. Simplezas como un aguacero cayendo, a mitad de una clase, en un techo de zinc sin su respectivo aislante, hasta complejidades como el débil liderazgo de los directivos y supervisores en las escuelas. Por favor, no olvidemos la corrupción y el desvío de recursos a los bolsillos de particulares. Y esos recursos eran para solucionar el problema, no para agravarlo. Entonces, ¿calidad o descalidad de la educación en Panamá?

martes, 1 de mayo de 2007

LA CULTURA DE LA POSTERGACIÓN


“Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él”.
Gandhi
Lo propuesto inicialmente: el ultimo día para entregar documentos es el 28 de octubre. Lo dispuesto al final: el ultimo día para entregar documentos es el 28 de octubre, más los días determinados y otorgados por la prórroga. Sí es que sólo hay una sola prórroga. Porque podemos encontrarnos con casos de muchas prórrogas Y esto es el diario trajinar de toda oficina pública. También me he percatado que de muchas oficinas privadas.
¿Por qué? Porque se ha convertido en pilar cultural del pensamiento y comportamiento de los habitantes del istmo panameño, el pensar que la última hora es la más adecuada para cumplir con las tareas pendientes. Y eso ocurre porque siempre alguien está dispuesto a perdonar la tardanza y a darle una y otra nueva oportunidad. Quizá esto no sea algo exclusivo de los panameños, pero sí es algo a tener en consideración para cualquier planeación en Panamá.
Tal vez en este caso, la fiebre de la postergación sea aupada por quienes deberían vigilar el puntual cumplimiento de lo acometido. Sí, de repente así es. Mantenemos relaciones paternalistas (y maternalistas, también) donde nos damos el lujo de llegar tarde, simplemente porque nos sometemos, aduladoramente, a aquel con el poder de perdonarnos la tardanza. Y allí comienza un ciclo de tardanza, lisonja, prórroga, tardanza, de nunca acabar.
¿Qué se puede hacer? ¿Cómo romper el ciclo? ¿Se puede romper el ciclo?
En este caso sí creo fervientemente en que una golondrina sí hace verano. Si puede haber un individuo capaz de esforzarse por cumplir a tiempo sus deberes y no aceptar una prórroga que disculpe sus tardanzas, a su lado puede haber otro, y otro, y otro...
¿Qué estoy planteando un sueño de opio? No lo creo. Pruebe usted, sea puntual, quizá vea a alguien que aunque sea para no quedarse atrás, también se convierta en alguien puntual.

jueves, 19 de abril de 2007

¿PARA QUÉ SIRVE LA LITERATURA EN CENTROAMÉRICA?


RESUMEN DE ALGUNAS REFLEXIONES EXPUESTAS EN EL IV ENCUENTRO DE ESCRITORES CENTROAMERICANOS (SAN JOSÉ, COSTA RICA)


Por: José Córdova y David Robinson

“Cualquiera diría que miento:
que la sangre ya no se usa
para amasar monumentos.”


Jorge DeBravo

Para plantearse el tema “Literatura y Centro América” es obligatorio establecer ¿qué es Centroamérica y qué es Literatura?. Y más aún, ¿para qué sirve la literatura en Centroamérica?
Centroamérica es una región ístmica con extensión territorial aproximada de 530.848 kilómetros cuadrados; se extiende desde El istmo de Tehuantepec en México hasta la frontera noroeste de Colombia. Está formada por 7 países. Panamá ingresa al PARLACEN en 1992.
Tradicionalmente se habla de Centroamérica y Panamá. Me pregunto sí en realidad no deberíamos referirnos a la zona como Centroamérica, Panamá y Belice. La pregunta no es gratuita. A pesar de poseer costas en el mar Caribe, la Centroamérica continental parece distanciarse y hasta enemistarse con la cultura caribeña. Y lo panameño es lo caribeño en las costas del Pacífico.
Hay otros factores que incidieron en la no inclusión de Panamá como país centroamericano. La estructura colonial administrativa del virreinato de Nueva Granada nos vinculó a Sur América. Luego, nos unimos a Colombia desde 1821 hasta 1903. Otro hecho notorio es la ausencia de una moneda nacional que nos identifique, se dice que es el Balboa y retamos a cualquiera a enseñarnos uno. Gracias al ferrocarril y al canal, el dólar circula desde 1840. Y por último, los yankees, al herirnos con la brecha del canal, crearon una quinta frontera geográfica y cultural. Al norte con el caribe, al sur con el Pacífico, al este con Colombia, al oeste con Costa Rica y al centro con la cerca de la Canal Zone y las bayonetas del Marine Korps.
Quizá nuestra historia pre-republicana y el hecho de que es el río Chagres y no el San Juan quien alimenta la vía interoceánica, dio pie al nacimiento de la tradicional frase de Centroamérica y Panamá. Tal vez la intervención de Tedy Roosevelt en nuestra separación de Colombia tuve efecto parecido con las repúblicas suramericanas. Puede ser que se cumplió un pernicioso axioma: a mayor confusión, mayor debilidad en la identidad geográfica.
Habiendo hecho estas salvedades o salvajidades, retomemos el tema; todas las repúblicas de Centroamérica tienen un común denominador: la violencia. En forma de exilio, cárcel, desempleo, viviendas inadecuadas, injusticia generalizada o desigualdades socioeconómicas. De aquí que el autor testimonial o de ficción tiene el llamado de escribir, en el género que le sea mas fácil, sobre esa violencia. Así lo han hecho la mayor parte de nuestros íconos literarios.
La violencia tiene raíces profundas en la estructura social de nuestros países. Entonces, no sólo hay que transformar la economía, hay que democratizar el privilegio de la belleza. Producir cultura y no sólo consumirla. Así se transformará el panorama violento de nuestra Centroamérica.
Ahora, veamos que es Literatura: Es el arte de la palabra escrita, y si el que escribe es un escritor centroamericano, debería valorar su obra de acuerdo a la función anti-violencia que tenga para la región.
Tenemos algunos ejemplos. Del Panamá del siglo XX, podemos decir que giró en torno al canal y a la discriminación racial ejercida a través de los infames "Gold Roll" y Silver Roll". El primero fue un modo de trato para los gringos blancos y el otro para blancos, mestizos y negros no estadounidenses. En ese entorno nacen obras como "Gamboa Road Gang", “Curundú Line” y “Luna Verde”, la magnifica trilogía de Joaquín beleño. Enmarcada por los aciagos días del diciembre negro de 1989, otro ejemplo del papel de la literatura frente a la violencia es el poemario de Héctor Collado “En casa de la madre”, ganador en 1990 del Premio Nacional de Literatura Ricardo Miró. Dice uno de sus versos: “Todo el odio del mundo cabe en una bala” y resume muy bien la barbarie de la guerra en general y de la invasión a Panamá en particular.
Pero la valoración anti-violencia a la que nos referimos, no sólo se reduce a la obra escrita. También a las actitudes de vida. Los escritores Juan Antonio Gómez y Enrique Jaramillo Levy dirigieron a un grupo de jóvenes en el taller Umbral. Y es importante mencionar que Gómez y Jaramillo Levy, frente al tema de la invasión, sostuvieron opiniones diametralmente opuestas entre sí; Juan vio en la Operación Causa Justa un acto de guerra deleznable contra un pueblo indefenso y Enrique, la gesta que nos liberó del dictador. La literatura panameña, en un momento histórico fundamental para la nación panameña, estuvo por encima de las diferencias ideológicas y, aunque ellas no tenían nada de gratuito, los escritores panameños se avocaron al desarrollo de proyectos de común interés e hicieron vida las palabras respeto y tolerancia.
Me parece que la literatura ha dado frutos a la sociedad panameña. Algunos, pues. Una vez le escuché al poeta Collado la palabra Patriamenta, según recuerdo fue un vocablo que se inventó su hija. A mí, tal expresión, me suena a aliento refrescado por la menta de la patria, a ritual de versos y cuentos reconstruyendo el hálito herido de Panamá. Y es que soy testigo: vi como pasamos de una ciudad saqueada, a una ciudad con poetas y escritores. Y eso, creo, tiene algún valor.¿Qué para qué sirve escribir en Centroamérica? Para anteponer la creación a la violencia. Al final del siglo XX, no todo fue reestructuración y modernización neo liberal del estado, también fue la cultura y la literatura. ¡Qué así sea en este siglo XXI!

NIÑA APUÑALADA POR SU PADRE
La violencia, la agresividad, el miedo, la curiosidad, incluso la morbosidad forman parte de una condición humana que ni se crea ni se destruye, sino que sólo se transforma y se adapta a los nuevos tiempos. Vivimos en una sociedad violenta, cuyas manifestaciones adoptan múltiples formas en la vida cotidiana.
Dra. Montserrat Quesada


La violencia se ha instalado en la sociedad, anclada en el relativismo y materialismo imperantes, y, cada día, lanza su fétida garra sangrienta arrancándole una parte deliciosa de sus entrañas. No es fácil entender, cómo un padre, convertido en alimaña, puede blandir un cuchillo y acribillar en repetidos lances el dulce cuerpecito de su hija.Una niña de diez años resultó hoy herida grave tras recibir quince puñaladas en la localidad segoviana de Collado Hermoso, al parecer por parte de su padre, quien posteriormente fue detenido tras ser víctima de un accidente de tráfico, según informa Fax Press. Las primeras pesquisas apuntan a que la niña pudo hacer algún gesto de desaprobación ante la idea de irse con su padre, por lo que éste, asiduo de taberna, se armó con un cuchillo jamonero y la hirió.Siempre el mordisco ensangrentado atrapa a los niños, siempre los niños, siempre son los débiles, los más indefensos. Siempre la garra del mal y del desastre tiene servido su miserable bocado; siempre encuentra su tributo macabro tras la puerta de los pobres, de los más pequeños y desvalidos.La lucha contra la violencia es ardua tarea. La falta de documentación adecuada y de investigación sobre violencia doméstica contra mujeres y niñas, acoso sexual, maltrato y agresión de rencor y celos impide las labores y estrategias de prevención y erradicación. Son precisas medidas eficaces y efectivas; la policía ha de contar con medios y documentación funcional de denuncias, actuaciones y datos personales e información acerca de detenciones, procesamientos y condenas e incorporar registros sobre la extensión, las causas y las consecuencias del problema.Parece que se diera un plano imitativo en la práctica violenta. Ciertamente, es un escollo social antiguo e inveterado. Pero, sin duda, en una sociedad vacía y ayuna de valores tradicionales y morales, desechados, como antiguallas inservibles, proliferan los bajos instintos, los malos hábitos incontrolados, los impulsos pasionales indomeñados y la nociva educación de la permisividad y la ignorancia. Todo ello ocasiona agresividad y violencia. Las actitudes violentas se generan en la carencia educativa de la infancia y adolescencia. Son los padres los que han de formar a sus hijos; y la lección básica es la del ejemplo; las palabras vuelan y los ejemplos arrastran. El niño es una esponja y recoge todo lo que ve y oye; su personalidad futura depende del aprendizaje del cumplimiento del deber y corrección en su primera etapa infantil; las primeras papillas lo condicionan para siempre. Allí, se desvía, se impide, obstaculiza y se pierde. El niño que respira un aire justo, responsable, de respeto y tolerancia, de servicio y sacrificio, de amor y alegría, de renuncia a diversiones y egoísmos, será un hombre entero y maduro psicoafectiva y socialmente. La entereza vendrá de la formación de una recia voluntad, que elimine veleidades y alcance la reciedumbre. Es imprescindible encauzar las tendencias e imponer la autoridad; inhibirse y conceder todos los caprichos es deseducar. El mismo hijo busca y pide el principio de autoridad, sin el que se siente desorientado, desprovisto y entristecido.Estos clientes de la botella y la droga, que maltratan y asesinan, ¿recibieron una correcta educación?

Camilo Valverde Mudarra


PREFIERO LA NIÑA APUÑALADA
“Somos seres del bajo mundo y no podemos darnos el lujo de amar”
Harold Ziedler


Podrá sonar cruel e inhumano, pero prefiero leer en un diario sobre el abuso infantil que vivir en una sociedad donde el problema no exista, y no porque no se den dichos casos, sino porque en nombre de supuestos preceptos defensores de la integridad familiar, se obvien y echen al canasto de los olvidos.
Nos asusta sobremanera enterarnos de la realidad que sufren miles de infantes agredidos por sus propios padres. Pero no nos engañemos. No es un mal reciente. Al contrario, fue un comportamiento largo tiempo ocultado. Los interiores familiares, específicamente, las intimidades que conllevaban violencia y abuso, a lo sumo eran un tema apenas susurrado y en la mayoría de los casos simplemente obviado en nombre del bienestar familiar. ¡Preferible un niño maltratado a un divorcio!
La humanidad tiene varios miles de años fracasando rotundamente en su anhelo de crear una sociedad sin violencia. Se propone a la educación como solución a dicho dilema y olvidamos un trágico detalle. Aquella definición antropológica en que prácticamente se fundamenta el devenir sociológico de occidente, la aseveración de Rousseau de que el hombre nace bueno y que es la sociedad quien lo corrompe, ya debe ser revisada. ¿Acaso Robespierre el Incorruptible no fue un hombre muy bien educado y lleno de buenas intenciones? ¿Acaso no fue responsable del terror sembrado por la guillotina? Para ambas preguntas la respuesta es un rotundo sí. El hombre es capaz de las más sublimes acciones de nobleza y de los más abyectos y gratuitos crímenes. El hombre es capaz hasta de matar a un pequeño ser salido de sus entrañas. Puede ser por querer emular a algún ídolo de la muerte, por alguna tara biológica o déficit emocional, incluso, puede ser por el mero placer o la curiosidad. Lo que sí es cierto, es que todo individuo tiene una fase oscura que puede eclipsar la totalidad de su vida en el peor de los momentos.
Por más que lo neguemos, lidiar con lo humano implica también lidiar con lo inhumano. Esa tensión fue el motor que nos hizo evolucionar, bajar de los árboles y abandonar las cavernas. Pero la caverna siempre está allí, y no debemos olvidarlo.


David C. Róbinson O.