domingo, 12 de abril de 2020

COVID 19: ¿UNA OPORTUNIDAD?



“Las viejas ideas se acentúan con Internet, ya que no por ser más tecnológico el mundo es más igualitario.”
Remedios Zafra

Con el Covid-19, el emperador (el sistema sociopolítico y económico que decide nuestro destino) ha quedado desnudo, sin embargo, pareciera que vivimos en un mundo de ciegos, o por lo menos, en un mundo de seres que no saben mirar.
Los acontecimientos indican que el SARS-CoV-2 no nos trata por igual a todos. Una mansión no es una residencia. Una residencia no es una casa. Una casa no es un cuarto. Para la mayoría de la población esto que acabo de exponer es una obviedad que raya en idiotez. El problema estriba en que todos vemos al emperador desnudo, pero muy pocos lo miran.
Miremos a una pareja que habita un caluroso cuarto con sus hijos, el baño es compartido con los habitantes de otros cuartos. En su día a día, procuran no estar todos a la vez dentro del cuarto. Gracias a la cuarentena obligatoria, los adultos no pueden salir a vender tomates en el semáforo y los menores no asisten a la escuela. Sus reservas se agotan. Aumenta el estrés y la preocupación. Cosa parecida ocurre con el resto de los vecinos. Rompen la cuarentena. Igual ocurre en otro punto del espectro social: familias que solamente se soportan en las fotos que cuelgan en redes sociales, con estilos de vida sostenidos por tarjetas de créditos sobregiradas. Y aunque efectivamente viven en cuartos separados, al toparse…estallan. Rompen la cuarentena.
Demasiadas familias hoy se están asfixiando. Y se repite en demasiados puntos del planeta. Los afectados despotrican contra el gobierno y muchos despotrican contra ellos. Todos ven el problema, sin embargo, ¿miran el problema? En este caso, ¿qué sería mirar el problema?
Para comenzar a mirar la crisis hay que entender que ella ya existía antes de la pandemia. Covid-19 ha dejado bastante claro que vivimos, desde hace mucho tiempo, en sociedades con sistemas sanitarios y educativos estropeados a propósito, donde la movilidad social es un espejismo (la clase media sigue siendo asalariada y dependiente). Un virus, una molécula de ARN, así como la bola de boliche, derribó varios supuestos en los que se sostenía nuestra vida. Este coronavirus ha dejado bastante claro que empobrecidos y endeudados comparten el mismo nicho ecológico: ser quienes paguen los platos rotos.
Pasar de ver a mirar es arduo y lo es por la forma mágica que funciona nuestra mente. Para mirar la crisis hay que asumir el pensamiento crítico como sistema operativo mental. Y allí reside la dificultad. Estamos programados para suponer que la crítica es un malestar innecesario.
No hay crítica constructiva o destructiva, o hay o no hay crítica. Crítica es analizar, entender y evaluar la forma en que se organizan las ideas; esa organización determina nuestra interpretación del mundo, es decir, de esa organización personal de conocimientos depende lo que consideremos que es la verdad. Pensamiento crítico es, primero, ajustar las propias ideas y luego enfrentar las ajenas. El pensamiento crítico científico es ajustar las propias ideas a los hechos, las evidencias y las conclusiones obtenidas de las pruebas realizadas.
El pensamiento crítico descubre y comprende la relación natural entre causas, acciones y consecuencias. La magia, por el contrario, asume como causa cualquier ocurrencia aleatoria, por ejemplo, mi equipo favorito perdió el juego porque yo no usé mis calcetines de la buena suerte; si mi vecino, que es partidario del equipo contrario, tampoco usó su suéter de la fortuna, y aun así su equipo ganó, mi pensamiento mágico entrará en contradicción a la hora de explicar el por qué no quedó empate el partido. El pensamiento mágico tarde o temprano concluirá en un absurdo. El pensamiento crítico tarde o temprano aterrizará en una pregunta. En esta crisis, la magia nos empuja a tragar remedios dudosos, la crítica a investigar y confirmar la información.
¿Qué dice la evidencia sobre el día después de la crisis provocada por el Covid-19? Dice   que vamos a seguir mal. El aprieto sanitario agravó el problema económico y sociopolítico. Los porcentajes del desempleo están disparados. Igual la violencia intrafamiliar. Son demasiados años maltratándonos y justificando a quien nos maltrata; eso no va a desaparecer así como así.
Sin embargo, bajo la sombra de este pésimo augurio se oculta una oportunidad. ¡La oportunidad de ponerle fin al maltrato! Quien mire al emperador desnudo, quien mire el sistema sociopolítico y económico responsable de esta crisis, de los efectos inesperados del Covid-19, mirará la oportunidad de vestirse con buena educación, con organizaciones sociales honestas; se vestirá con solidaridad. Para mirar la oportunidad hay que abandonar la magia y desarrollar el pensamiento crítico. Hay que analizar, entender y evaluar la forma en que organizamos nuestras ideas, las que nos dicen que es verdad y que no lo es.
¿Podremos? ¿Podremos hacerlo? ¿Seremos capaces de mirarla a ella, a la oportunidad? ¿O la dejaremos pasar de largo por preferir seguir en la cómoda y descomprometida ignorancia mágica? ¿Seguiremos creyendo vehementemente que el emperador está vestido?