domingo, 24 de abril de 2011

MIS PEQUEÑAS TAREAS

La tarea esencial (Dece Ereo, Panamá)

“La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.”



Benjamín Franklin


La evolución humana se debe más a las pequeñas tareas diarias que a los grandes eventos. Es más, ¿esos supuestos saltos históricos de verdad fueron exitosos? Miren que la Revolución Francesa, la más cacareada de esas zancadas, terminó convertida en la dictadura de Napoleón.


Los megaproyectos no me convencen. Por eso hago mis pequeñas tareas diarias. Una de ellas es hacer algo por mi salud física, sicológica, intelectual y espiritual. En otras palabras: vigilarme, atenderme y reconstruirme. Me ha funcionado. No soy exactamente un mar de ternura; sin embargo, recordar que llegué a tener ataques de ira con escupitajos de sangre y todo, y comprobar que ese comportamiento es cosa de mi pasado, me hace sentir muy orgulloso.


Otra de mis tareas de cada día es tirar un par de balazos, Tranquilos, es una metáfora. Hay una guerra no tan solapada contra la juventud. ¡Y no soy neutral en ese conflicto! Estoy en contra de los adultos infelices que quieren pasar a la siguiente generación su acumulado de dolor y frustración. Casualmente, en estos días compré municiones. ¡Oye! ¡Qué es una metáfora!


Soy individualista y rechazo las jerarquías, los ritos y todas esas hierbas que nos venden como sagradas e indiscutibles. ¡Adiós a los juegos del poder: la manipulación, el soborno y el chantaje! Cada día me distancio de los títulos y me acerco a los humanos. ¡Y humanas!


La principal de mis pequeñas tareas diarias es aprender algo y compartir lo aprendido. Claro, he comprendido que no a todo el mundo le interesa lo que he estudiado. Ahora estoy aprendiendo, no ha callarme, sino a construir silencios. Y desde el silencio, estar disponible para el prójimo en aquellas tareas en las que ambos aprendemos algo.

domingo, 17 de abril de 2011

CONFESIÓN DE CREDO EN FORMATO DE HOMENAJE

Libre en la llanura (Dece Ereo, Panamá)

“Felicidad es la certeza de que nuestra vida no está pasando inútilmente.”



Érico Veríssimo


En los últimos años he sido testigo de como dos seres han defendido su libertad como gato boca arriba. Ellos son mi tía Esther Orobio de Yanis y mi compadre Henrie Petrie. Ni la enfermedad, ni las presiones económicas los han doblegado y hecho ceder su independencia.


Esther, con su proceder, deja muy claro que ella no le quita libertad a nadie, para que nadie le quite libertad a ella. Es una mujer muy solidaria, pero deja claro que su autonomía no es negociable. La última vez que hablé con Petrie, me expuso sus condiciones para pertenecer a un grupo: dignidad, carácter y concepto. El equipo tiene que respetarlo, tiene que permitirle ser él mismo y tener claro el por qué y el para qué él, Henrie Petrie, está en el colectivo. Aquel grupo que pretenda coaccionar su libertad, que ni cuente con mi compadre.


Luego de esa conversa y de observar la última escaramuza de mi tía protegiendo su libre albedrío, tuve que aceptar algo: son mis héroes y me animan a defender como gato boca arriba mi libertad de actitud, sin ser mediatizado por la sociedad o por un grupo.


Soy un individualista y no creo en las grandes causas, pero vivo realizando pequeñas tareas. En algunas coincido con mis prójimos, pero cuando hablo de otras, por las caras que ponen mis escuchas, pareciera que estoy hablando en sánscrito.


Sin interlocutor, no hay diálogo y sin dialogar, ¿puede haber proyecto común? Pienso que no. Entonces, ¿qué hago? ¿Me convierto en ermitaño o aprendo a hablar en español y me olvido del sánscrito? Ni la soledad ni la obligación de adaptarme a un grupo me asustan, pero sí el confundir mis prioridades: realizar mis pequeñas tareas. Esther y a Henrie me recuerdan que esas labores no son negociables.

domingo, 10 de abril de 2011

CONFESIÓN DE CREDO EN FORMATO DE NEGACIÓN

Los hermanitos alegres (Dece Ereo-Panamá)

“Ningún bien del conocimiento procede de otro lugar que no sea la alegría de la verdad, de la fuente de ser libre.”

Alberto Destéphen


No acepto que un individuo tenga que someterse a vivir sin interlocutor, que le permitan hablar sin ser escuchado, sin el reconocimiento que merecen las ideas que expresa en su discurso. No acepto que un individuo tenga que vivir sin dialogar con otros individuos que lo consideran su igual y no una amenaza a sus privilegios.


No acepto que, en nombre de causas mayores, el individuo tenga que morderse la lengua, todo porque no le conviene al grupo que los trapos sucios se laven en público. Entonces, ¿por qué carrizos dejaron que se contaminaran? No acepto que, en nombre de la disciplina del colectivo, un individuo tenga que ser mudo testigo de las negligencias de los dirigentes.


No acepto que los colectivos sirvan de excusa a los mediocres. A la hora de la faena, de diez, tres trabajan, cuatro colaboran a medias y tres vaguean abiertamente; pero a la hora de cosechar, todos llenan sus motetes.


No acepto que los gremios cubran las faltas de sus miembros y se justifiquen con una mal entendida ética profesional. Al pan, pan; al vino, vino; y al estiércol, estiércol.


No acepto que un individuo sea menos importante que el colectivo. Porque eso es una falacia. Y no estoy hablando de filosofía. Estoy hablando de historia. Y en nuestra historia un crápula hijo de millonario, vale más que todos los colectivos juntos.


No acepto, y nunca lo voy a aceptar, que esta sociedad fracasada e infeliz, tenga el descaro inmoral de determinar quien es exitoso y quien no lo es, quien es feliz y quien infeliz. Un comercial televisivo no me va a decir a mí quien soy yo y cuanto valgo.

domingo, 3 de abril de 2011

CONFESIÓN DE CREDO EN FORMATO DE PREGUNTA

“La existencia misma del Estado exige que haya alguna clase privilegiada vitalmente interesada en mantener esa existencia”.

Mikhail Bakunin


¿Será verdad que las civilizaciones fueron construidas para beneficio de unos pocos? ¿Qué sólo después de alcanzados y acrecentados los privilegios de esos pocos, los muchos pueden esperar algo de las civilizaciones y ese algo les va a costar sangre, sudor y lágrimas?


¿Qué hay un hilo conductor en la historia de las civilizaciones y que ese hilo conductor no es más que la creación de una cultura manipuladora disfrazada de progreso? ¿Qué esa cultura se ha ido perfeccionando a lo largo de los siglos? ¿Qué mucho del desarrollo tecnológico de las civilizaciones nació con el objetivo de sustentar a esa cultura manipuladora?


¿Qué los pocos siempre están dispuestos a hacer la guerra donde mueren muchos de los muchos? ¿Qué cuando no hay guerra la estrategia es mantener distraídos a los muchos? ¿Crearles problemas innecesarios y después ofrecerles soluciones necesarias, que van a ser cobradas? ¿Qué cuando no se tienen suficientes fusiles para joder brutalmente, lo hacen gradualmente, sin importar los años o décadas que demore el proceso? ¿Qué para mantener ese proceso de joder gradualmente se hacen promesas ipso facto y que se demora su cumplimiento? ¿Qué se trata a los muchos como a los idiotas? ¿Qué por considerarlos idiotas se les habla emocional y no racionalmente? ¿Qué se aplaude la ignorancia y la mediocridad? ¿Qué al que no acepte ser ignorante y mediocre se le hace sentir culpable?


¿Será verdad que los muchos, sino son asesinados, sólo pueden esperar ser estupidizados por los pocos en las civilizaciones construidas con el sudor de los muchos para beneficio de los pocos?