domingo, 20 de junio de 2021

DE LAS ANTOLOGÍAS Y SUS RAZONES

 


“La verdad que es muy raro: calvo, sus brazos son largos para su tamaño y carece de pestañas. No habla, pero no es mudo porque cuando lo hace murmura palabras incomprensibles.”

Leadimiro González C.

A propósito de la publicación Semblanza múltiple del cuento en Panamá (Compilación de 95 cuentistas panameños vivos), se me ocurrió dialogar brevemente con el responsable de esta, el cuentista Enrique Jaramillo Levi.

Antes, una pregunta para mí mismo: ¿importa? ¿Importa dedicar tiempo, esfuerzo y recursos para antologar a otros cuentistas? ¿A quién le importa? Pienso que lo que cada uno considere importante, está determinado por su vocación personal. Para Enrique publicar a los cuentistas de su tiempo es importante. A Jaramillo Levi le importan las antologías.

“No creo perder mi tiempo, no. Por el contrario, siento que lo estoy enriqueciendo tanto en mi propio provecho como para el de los demás, incluidos los lectores presentes y futuros. Y más porque, como estudioso de la literatura nacional, sobre todo del cuento, estoy muy consciente de la calidad y cantidad de nuevos creadores que han surgido con gran esfuerzo a finales del Siglo XX y en lo que va del Siglo XXI, perfectamente diferenciados entre sí en sus muy particulares estilos de escritura.”

Enrique Jaramillo Levi

Toda recopilación de textos literarios ¿es una antología? Quizás no. Me parece, a mí me parece, que una compilación de escritos, de cualquier género, que aspire a tal título debe pretender recoger en sus páginas la excelencia escrita que represente un tópico en particular: un autor, una época, un tema, etc.

“En rigor, no. Aunque la gente los confunde. Una verdadera antología es más selecta, más exigente, más representativa, de menor volumen. Representa lo mejor de algo, a juicio del antologador. La diferencia entre una compilación o recopilación y una antología es, por un lado, el rigor, y por otro la cantidad de textos o autores seleccionados como propios de un momento histórico, de un género literario o de una cierta manera de escribir. "Semejanza múltiple del cuento en Panamá", por el tiempo que cubre (casi un siglo) y la cantidad de autores vivos representados (95), es eso, y no una antología (por más que se diga que uno "antologa" a los autores incluidos). Por otra parte, acabo de mandar a la imprenta una antología del cuento erótico en Panamá, que consta de 27 autores vivos: "Consumación de Eros". Tienen en común su carácter colectivo. Hace años, viviendo en México, también antologué y compilé literatura mexicana y centroamericana en general.”

E. J. L.

A inicios del siglo 21, gracias a mis madrinas Marissa Montesano y María Trejos, la Editorial Alfaguara me confió la recopilación de 13 cuentos de 13 cuentistas panameños, nacidos entre 1950 y 1970, y que tuviesen por lo menos un libro de cuentos publicados al final del siglo 20. Sé que otros amigos han hecho lo suyo en esa área, recuerdo a Juan A. Gómez, Moisés Pinzón y Ramón Oviero. ¿Y Jaramillo Levi? ¿De cuántas antologías del cuento panameño habrá sido responsable?

“Por lo menos de 12, empezando por "Antología crítica de joven narrativa panameña", la primera, publicada por Federación Editorial Mexicana, en México, en 1971. Y de al menos 8 compilaciones, otras de las cuales serían "Flor y nata. Mujeres cuentistas de Panamá: 1939-2004" (Ed. Géminis, 2004) y "Minificcionario" (Panamá, 2018).” E. J. L.

Sin querer pecar de reiterativo, la pregunta de cajón es la inicial: ¿qué lo habrá motivado a asumir tal misión?

“Hay cuatro actividades literarias que siempre han convivido en mí, desde muy joven: el escritor (cuentista, poeta, ensayista); el promotor cultural; el profesor universitario, director de talleres de cuento e investigador; y el editor. Nunca los había pensado como una "misión", sino más bien como una necesidad de divulgación y catalogación de la literatura nacional que alguien debía acometer después de la labor realizada desde finales del siglo XIX en el Panamá colombiano por Guillemo Andreve; y luego de otra manera por Rodrigo Miró Grimaldo y Ricardo Segura en el siglo XX. Sobre todo, en el cuento. Y esas tareas no las pienso por separado sino como un solo bloque investigativo que requiere divulgarse.”

E. J. L.

Doce antologías o recopilaciones. La primera en 1971 y la última en 2021. 50 años de vida como antologador y, también, recopilador.

“La primera ya la mencioné; la más reciente estoy trabajando en ella ahora mismo, y si los dioses no deciden otra cosa, habrá de salir en unos tres meses: Una antología de cuentistas panameñas vivas que surgen en lo que va del siglo XX; se llamará: "Ofertorio: Secuencias y consecuencias." con unas 40 nuevas cuentistas talentosas que publican su primer libro entre el año 2000 y este 2021, y que, pese a su variedad y talento, poco se conocen.

E. J. L.

Tengo que ser sincero, la misión que Alfaguara y mis madrinas me asignaron puso sobre mi persona, por un tiempo prudencial, los reflectores del mundo literario. Me abrió las puertas de Centroamérica. Ya antes había tenido mis pininos, publiqué textos de los participantes de los talleres literarios que facilité, pero también tengo que confesar que no es fácil el asunto. Para conseguir la obra y el permiso de publicación, increíblemente, hay que desarrollar hábiles dotes diplomáticas. Entonces, para alguien que ya tiene un lugar en la historia de la literatura, la panameña y la de otros lares, debe haber otro tipo de satisfacción.

“Cada proyecto de este tipo que se materializa es una gran satisfacción personal, por el esfuerzo enorme que representa en investigación, lecturas, selección y logro de fondos para la publicación. Por lo que cuando sale al fin el nuevo libro, es un parto sano que se agradece.”

E. J. L.

Las recopilaciones de las que fui responsable pronto, de repente muy pronto, dejaron de circular. ¿Los críticos literarios habrán acudido a ellas? ¿Y a las de Enrique?

“En general sí, pero como sabemos los críticos nacionales son pocos y a ellos casi nadie los lee cuando se atreven a publicar sus juicios de valor. Siempre he tenido buena respuesta de ensayistas como Rodolfo de Gracia, Fredy Villarreal Vergara, Melquiades Villarreal Castillo, Ela Urriola, Ariel Barría Alvarado, Irina de Ardila y Margarita Vásquez Quirós, entre otros. En el exterior sí suele haber una buena respuesta crítica, pero es lenta y demasiado encapsulada en los ámbitos poco comunicativos de las academias; los tres críticos que más se han ocupado de la literatura panameña son Fernando Burgos (chileno; Universidad de Memphis, Tennessee), Ángela Romero Pérez (española; Universidad de Liverpool, Inglaterra) y Aracelo Soní Soto (mexicana; Universidad Autónoma Metropolitana).”

Estamos, no únicamente en una época de cambios, sino en un cambio de época. El mundo virtual cada día es más nuestra realidad. ¿Se imaginará Enrique como antologador de una antología del cuento panameño en formato digital?

“No te puedo responder esa pregunta, ya que no sé moverme en absoluto en el mundo digital. En ese sentido, me quedé anclado a la Edad Media. Esa labor tendría que hacerla otra persona.”

E. J. L.

Cincuenta años, doce antologías y cientos de cuentistas publicados. Una marca muy difícil de emular, porque además es una labor realizada en dos siglos y dos milenios diferentes. ¿Es posible que en esa docena de libros falten algunos cuentistas panameños? Claro que es posible. Todo es perfeccionable, porque todo es imperfecto. Nuestras expectativas, generalmente, son ideales y no reales. Pero, también es posible que con esa docena de libros (más el resto de las antologías y recopilaciones del cuento panameño hechas por otras personalidades del mundo literario istmeño), se pueda constituir la Cátedra del Cuento Panameño. ¿Mucho ideal y poca realidad? ¿O ya es tiempo que lo hagamos?