viernes, 26 de julio de 2013

GUERRA A LAS SABANDIJAS



“Ha llegado el momento de reinventarnos como sociedad.”
Ana Elena Porras
Pienso, cada día con más firmeza, que la felicidad abundaría más si hubiese más personas dispuestas a declararle la guerra a los mediocres y miserables. Un mediocre, que apenas cumple despreciablemente con sus obligaciones, es el juez más severo de las mujeres y los hombres comprometidos con sus labores. Un miserable es incapaz de alegrarse por la felicidad ajena y, como si no fuese suficiente, procura que el feliz deje de serlo.
Esas alimañas alimentan su estupidez y sabotean a todo aquel que posea inquietudes de acrecentar su inteligencia. Esas bestias son ignorantes que hasta pueden llegar a tener un título universitario. Ellos, no serán los ejecutores, pero, por su desidia, son los mayores cómplices del deterioro del tejido social y de ese conjunto de relaciones que nos convierten en seres civilizados. 
La inequidad y la opresión son males milenarios. Para los piratas que saquean el mundo, las personas como tú y yo no somos más que simios que, de alguna inesperada manera, aprendimos a usar el abecedario. La injusticia existe, pero no estaría tan cerca de nuestra vida diaria, sino nos topáramos a diario con ellos: los mediocres y los miserables. Pienso, cada día con más firmeza, que debe ponerse punto final a la convivencia con esos elementos dañinos. Rompamos relaciones diplomáticas con la nación de Mezquinlandia.

viernes, 19 de julio de 2013

MONÓLOGO INTERIOR



Pa 'rriba

“Claro, la convivencia no debe ser una cárcel. Por eso tengo derecho a irme.”
Humberto Maturana 
Hay un fuerte olor a amistad. ¿Cómo podríamos fracasar? Somos amigos y tenemos entusiasmo. Solamente nos es posible el éxito. Escuché a Popito decir que comprometerse era prometer meterse de lleno con algo o alguien. Y el éxito en ese meterse consiste en un poco de talento y mucha, pero mucha persistencia.
Prometer es soñar. ¿Qué necesitan los sueños? Ser soñados por alguien dispuesto a convertirlos en realidad. Alguien que sueña viviendo, que concreta las quimeras. ¡Qué reparte un poco de poesía! Auque. ¿Para qué sirve un poema? La verdad no sirve de mucho. La poesía sólo nos resuelve un único y solitario problema: nos recuerda que aún somos humanos.
Pero a nosotros nos gustan las historias. Por el afán de contarnos historias los unos a los otros, nuestra especie debería llamarse homo narrans. Pero también podría ser homo musicans, pues la humanidad desde sus albores y nosotros desde el vientre materno estamos signados por los ritmos y las melodías. Y también homo pictóricus. Pero no deberíamos aceptar ser el homo criminalis. ¿Qué tal si comenzamos a pedir manos con libros para los infantes? 
Sí, ¿qué tal si no nos rendimos y qué tal sí hacemos hoy lo que nos toca hacer hoy? ¿Qué tal sí comenzamos todos y todas a brillar? Somos polvo de estrellas y nos es imposible dejar de brillar, así pues, a brillar, a brillar, a brillar.

miércoles, 10 de julio de 2013

¿QUIÉN ES EL QUE SOBREVIVE?





“No sabemos cuál de las sociedades humanas se adaptará mejor al futuro inmediato. Puede ser la Yanomami, puede ser un grupo que tenga muy pocas personas. Por lo tanto, tenemos que preservar a todos los grupos, porque en uno de ellos está el futuro de la humanidad.”
Rita Segato
En la selección natural, motor esencial de la evolución biológica, quien sobrevive no necesariamente es el más fuerte, sobrevive quien sea capaz de adaptarse al ambiente. Para ello cuenta con su información genética, quien lo provee de las herramientas indispensables para llegar hasta la edad reproductiva y así pasar sus genes a la siguiente generación. El efecto de las mutaciones, los cambios ocurridos en el genoma, demora muchos, pero muchos años en notarse.
Algo parecido acontece con la cultura, ella no es inmutable. A pesar de los culturalistas  que la vislumbran como éter divino y permanente, la cultura cambia y cambia más rápido que las especies orgánicas. Aunque, valga la aclaración, hay un sustrato sostenido a fuego y oro por las minorías con poder y riqueza, sustrato cultural que a su vez las sustenta a ellas. Confundir cultura con los intereses de las minorías entorpecen la natural transformación que deben sufrir las costumbres humanas.  A la larga, cualquier discurso guardián de la inalterabilidad de la cultura, es una defensa de ese sustrato mal agraciado que sostiene los intereses de unos cuantos.
Otra coincidencia, así como una selva sobrevive gracias a la biodiversidad, a la variedad de especies que la habitan, así mismo la humanidad ha sobrevivido gracias a su multiplicidad cultural. ¿Qué seríamos sin los chinos inventores del papel y sin los árabes y sus matemáticas? Y ese es el gran peligro que veo en la actual globalización neo liberal: la endogamia o repetición cultural. Ya estamos viendo sus frutos, la creciente estupidez al mejor estilo de Homero Simpson.

sábado, 6 de julio de 2013

ABREVIEMOS Y BUSQUÉMONOS PROBLEMAS



“El crecimiento económico, sin contar con una robusta cultura y un elemental respeto por nuestras herencias ancestrales, no será suficiente para alcanzar el desarrollo. Podremos llenarnos la boca hasta la saciedad de que nos dirigimos al primer mundo; pero incultos, sin memoria histórica y con la identidad maltratada, nunca llegaremos.”
Manuel Orestes Nieto  
Basta de tanto cuento. Abreviemos, busquémonos problemas y denunciemos las patrañas que ensucian a este país. Si un libro de literatura como Narraciones Panameñas está obsoleto por antiguo, la Biblia, que tiene dos mil años, ¿también está obsoleta? Si ya no es necesario enseñar la historia de las relaciones de Panamá con los Estados Unidos de América, ¿tampoco es necesario enseñar religión católica en las escuelas? Si el orgullo nacional sobra, ¿también sobra la convicción religiosa?
Ya basta de tanto cuento. Este país no va bien, la cifra de infartos y derrames cerebrales aumenta cada mes, cada día. La hipertensión y la diabetes hoy son una epidemia. Y ese enfermo tsunami es el fruto de las largas y obligatorias filas para abordar un bus, de las horas que se pasan en ese bus, de lo caro que está la canasta básica familiar, de la baja calidad nutricional que tiene esa canasta, del temor que provocan los delincuentes y los policías, de ver a tanto político salvaje agredir verbalmente y con harta saña a la ciudadanía. Tanto infarto y accidente cardiovascular es fruto de la impotencia que se siente ante la impunidad, que nos ahoga cada día. 
Ya basta. Señalemos al culpable. El orden socio económico nos está matando. Y tú, sí tú, tú que no eres millonario, tú que sólo eres un empleado, ¿hasta cuándo vas a ser cómplice? ¿También habrá que señalarte como culpable?