lunes, 27 de noviembre de 2006

LA PALABRA COMO EJERCICIO DE AUTONOMÍA

“Hombre despalabrado no es sinónimo de mudo, sino de zombie”.
Roque Dalton
¿Qué es la autonomía? ¿Y qué tiene que ver con la palabra? Ambas preguntas se remiten a otra: ¿quién tiene poder? Porque en el fondo hacer uso de la palabra es un ejercicio del poder. Y se puede usar autónomamente o de forma plegada al sistema imperante.La palabra legitima o condena. Destapa o esconde. Marea o despierta. Conduce hasta el meollo del asunto o nos pierde en el camino. Parte del poder de la palabra reside en sus buenas o malas relaciones con la realidad. Puede facilitarnos verla tal cual es u ocultárnosla. La palabra es denuncia.Ver la realidad no siempre es agradable. He allí el éxito de los falsos profetas. Nos seducen con un silabeo sin sentido pero grato y hasta maravilloso. Nos convencen con el juego de las apariencias. El aparentar tiene la función de inventar algo que puede ser agradable, pero que no existe; creer en esa vana invención siempre tiene su precio: el abierto engaño y la solapada esclavitud. En cambio, los verdaderos profetas, aquellos con verbos de fuego, aquellos que incendian las mentiras, aquellos que nos provocan el desagrado de chocarnos de frente con la verdad, por lo general y efectivamente fueron y son víctimas de las hogueras que pretendieron y pretenden dar fin al alcance de sus discursos. Por suerte, no hay candela que convierta en cenizas la palabra ya expresada y escuchada.El resto del poder de la palabra radica en la fabricación de nuevas realidades. La palabra es profecía y la profecía es anuncio. Todo lo conocido nació del útero de una palabra. La imaginación, la reflexión, lo investigado, el trabajo, lo construido, la magia, todo es posible gracias a la palabra. Un pensamiento nacido en una esquina de nuestro cerebro o un sentimiento escapado de una habitación de nuestra alma, pueden ser conocidos gracias a la palabra. Entonces, ¿por qué no reinar en nuestro mundo gracias a nuestra palabra? ¿será por qué es más cómodo ser un zombi despalabrado que un humano responsable de lo que dice?

2 comentarios:

Edilberto González Trejos - Autor dijo...

A mi ver y entender, el ser zombi se relaciona con la obstetricia existencial, es decir aquellas personas que prefieren que las seden, las anestesien, con tal que no les duela.
Ver la verdad desencatada y a "rejo limpio" no es "vendible". No obstante, no conozco otra manera para una posible liberación.

Julia Ardón dijo...

Excelente artículo, lo subí a POR LA BOCA VIVE EL PEZ, y lo enlacé.
Saludos