sábado, 31 de diciembre de 2011

EL FIN, EL INICIO

“La intensidad no tiene relación con la permanencia en el tiempo...La Eternidad, no es más que una sucesión de instantes.”
Violetta Castañeda

El 21 de diciembre del 2012 finaliza el muy preciso calendario maya, ¿qué va a ocurrir en esa fecha? ¿Se acaba el mundo? ¿Vienen tiempos mejores? No lo sé y no me interesa confirmar científicamente ninguna de las alternativas. Me interesa tomar el tema como excusa para pensar.

Repetir una y otra vez el mismo comportamiento y esperar resultados diferentes es la definición de locura que más me impacta. Y en una locura se ha convertido nuestra vida. Por ejemplo, una y otra vez insistimos en descuidar la salud, vivir como si fuéramos inmunes a la enfermedad, y eso ha traído como consecuencia una epidemia de hipertensión y diabetes.

Insistimos en descuidar la economía doméstica, vivir como que el crédito es infinito y eso ha traído como consecuencia que los padres y las madres tengan que pasar más tiempo trabajando y que los hijos sean criados por la televisión.

Insistimos en descuidar la vida en comunidad, vivimos sin saber a ciencia cierta quien habita la casa de al lado y eso ha traído como consecuencia que los barrios sólo sean dormitorios cuyas calles y parques son abandonados en las manos de la delincuencia.

Insistimos en descuidar a la nación, dejamos en manos de la clase política su bienestar y a los políticos les importa su propio bienestar y eso ha traído como consecuencia que las leyes no sean para ordenar al estado sino para ordenar las cuentas bancarias de cuatro bellacos.
Insistimos en descuidar el futuro y olvidamos que la nueva sociedad panameña nacerá el día que una generación entera de niñas y niños sea vacunada contra la locura. ¿Utópico? No sé, a mí me suena más irreal no hacerlo y esperar que las cosas cambien.

domingo, 25 de diciembre de 2011

NOCHE DE PAZ ¿O DE ANGUSTIA?


El ídolo de las angustías

“Mentira: no es una noche de paz y amor, sino todo lo contrario. Es la ocasión solemne de la gente que no se quiere.”
Gabriel García Márquez

Ropa y zapatos nuevos. Peinados y maquillajes. La casa recién pintada. Nacimiento, arbolito y foquitos. Muebles renovados. Juguetes para los niños aunque se hayan portado mal. Regalos hasta para aquellos que nos caen mal. Pavo, jamón, nueces, tamales, ensalada de pollo, arroz con guandú caro. Fuegos artificiales. Licor y música estridente en el recién estrenado sistema de sonido. Gastos y crédito. Deudas. Tranques y estrés. Depresión. ¿Qué falta?

No hay esquina donde uno no se tope con el viejo barrigón símbolo de la coca cola. Con tanta imitación de nieve los comercios y hogares parecen sucursales del polo norte. ¿Qué falta? ¿Será la paz? ¡No! ¡Imposible! Las iglesias están abarrotadas en la Noche Buena y en Navidad. Eso debe significar algo, ¿no? Pues, a pesar de tanto rezo y  villancico, la paz está ausente.

No practico ninguna religión. A ratos hasta soy un furibundo anticlericalista. Sería una gran hipocresía de mi parte hablarles a los cristianos del significado de la Natividad. Pero hay un punto que sí me atrevo a mencionar, hay algo que no está bien, sino, ¿por qué tanta desesperación y deseo de aturdirse en la Noche Buena?

Escuchando a mi amigo Alejandro Carrasquilla, comprendí que hay una relación entre el número de suicidios navideños a nivel mundial y el gigantesco consumo de alcohol en Panamá. ¿Cómo será el asunto con las drogas ilegales? Debe ser horrible. La Noche Buena está llena de ruido e intentos de apagar el interruptor del dolor. Pero la angustia sigue allí. Sigue el temor al silencio, el temor de estar con nosotros mismos, el temor de confrontarnos. Tendríamos que admitir que no estamos en paz con nosotros mismos. ¡Qué nos hemos declarado la guerra!

domingo, 18 de diciembre de 2011

LA NOCHE DE LA CAUSA INJUSTA


La muerte se sonríe

"Hace algún tiempo, me preguntaba un chiquillo por el significado de la palabra patria.”
Rubén Blades

Adolfo Hitler escribió un libro que se llama Mi Lucha. Martin Luther King dijo un discurso que ha pasado a la posteridad con el nombre de Yo tengo un sueño. El libro de Hitler defiende la destrucción de las razas inferiores, el discurso de Luter King defiende la igualdad de las razas. En este ejemplo, es fácil concluir cual obra está en el lado oscuro de la humanidad y cual en el lado de la luz.

Mi amigo Demetrio López fue literalmente cremado en vida a la una de la madrugada del 20 de diciembre de 1989. Murió atrapado por el incendio provocado en el barrio de El Chorrillo por las bombas lanzadas por el ejército estadounidense casi al inicio de la Invasión a Panamá; la mal llamada operación causa justa. La versión oficial del gobierno, sostenida por algunos chorrilleros refugiados en un campamento a cargo de los invasores y por el clero de la parroquia de Fátima, fue que el incendio inició a las siete de la mañana del día 20 y que fue provocado por los Batallones de la Dignidad. En este caso, ¿Cuál versión de la historia está del lado oscuro de la humanidad y cuál del lado de la luz?

La hora y forma de muerte de mi amigo Demetrio las tengo sobradamente confirmadas. Lo que me contaron familiares y vecinos, luego fue recogido en un libro de testimonios compilado por los ilustres escritores Pedro Rivera y Fernando Martínez. ¿Mintieron aquellos que afirmaron que el incendio empezó a las siete de la mañana? Las cenizas de Demetrio dicen que sí.

Hoy, 22 años más tarde, ha llegado la hora de abandonar los mitos y afrontar los hechos lo más objetivamente. Es muy probable que un incendio en un barrio construido con madera podrida tuviese muchos puntos de inicio, pero no elijamos uno, uno solo, con el fin de justificar un mediocre discurso politiquero. Demetrio, mi amigo Demetrio, no se lo merece.

domingo, 11 de diciembre de 2011

DE GAVILANES Y HUMANOS


Los pies de la marginación

“-¿Creéis -dijo Martín- que los gavilanes siempre han comido palomas cuando las han encontrado? -Sí, sin lugar a dudas -dijo Cándido.
-Pues bien -dijo Martín-, si los gavilanes han mantenido siempre el mismo carácter, ¿por qué pretendéis que los hombres cambien el suyo?"

Voltaire

¿Qué mueve a la historia? ¿La cooperación o el conflicto? Voy a sonar cruel, pero cuando  reflexiono el tema, concluyo así: la cooperación se da entre iguales y el conflicto entre no iguales. Cuando dos grupos humanos que se consideran diferentes entre sí cooperan en alguna empresa, es porque han calculado que irse al conflicto les resultará muy caro. En todos los sentidos. Por  suerte, existen las almas altruistas que le han evitado mucho dolor a la humanidad. El altruismo y el temor a no ganar el conflicto son dos grandes alicientes de la cooperación. El servilismo no es cooperación, es una forma abyecta de resolver el conflicto.

¿Y cuál de los tantos conflictos que atormentan a la humanidad ocupa el lugar de motor central de la historia? ¿Será el tan mencionado choque de civilizaciones? Admitir esa premisa sería admitir que a lo interno de las civilizaciones no hay conflictos, además, sería fácil concluir que una de las civilizaciones es la buena y la otra la mala. ¿Será la discriminación de género? Igual, hay mujeres en conflicto abierto contra otras mujeres. Caso parecido ocurre con el racismo, negros oprimiendo negros, indígenas oprimiendo indígenas, blancos oprimiendo blancos.

¿Entonces? ¿Cuál es? ¡La lucha de clases! ¿Te pusiste en guardia? ¿Por qué será? Porque te educaron para ignorar ese conflicto. Desde que alguien dijo: este pedazo de tierra es mío y no tuyo, el conflicto de clases se ha perfeccionado y no da signos reales de que va a desaparecer.

sábado, 3 de diciembre de 2011

YO SOY YO Y MIS LECTURAS

“Existen dos estéticas: la estética pasiva de los espejos y la estética activa de los prismas.” Jorge Luis Borges

Tuve un maravilloso amigo. Ricardo Segura. En una de las tantas conversas que sostuvimos, me dijo: la lectura de un libro siempre tiene que resolverte un problema. Tengo que confesar que me tomo algo de tiempo comprender a que se refería. ¿Cómo una novela, cuyo contenido desconocía, me iba a resolver un problema que también me era desconocido? Pero comprendí a Ricardo y las alas de mi entendimiento abrieron y no se han vuelto a cerrar.

Otro amigo, Carlos Wynter, me habló de la diferencia entre lectura extensiva (cuantos libros leo en un período de tiempo) y lectura intensiva (cuanto conocimiento construyo con las lecturas que realizo). Gracias a mis dos amigos, hoy aprovecho mejor mis lecturas.

Hay niveles de lecturas. El más básico es el literal, luego sigue el interpretativo y por último, el valorativo. El recorrer estos niveles permite el reconocimiento de la identidad, la historia y de la persona. Leer con pausas, para asimilar lo leído. Reflexionando. Dialogando.

Pero no sólo se pueden leer textos. También las imágenes se pueden leer. Igual se va de lo literal a lo valorativo. Dicho ejercicio permite evolucionar del pensamiento concreto al abstracto. Igual ocurre con la lectura de los sucesos. Con la práctica, se llega a ser capaz de extrapolar e interpolar hechos. Esta habilidad es mejor conocida como pensamiento crítico. Leer, leer con intensión (que la lectura nos plantee un problema y lo resolvamos con la misma lectura), es leer intensamente, es crecer como persona humana. Sí se lee extensivamente, lo más probable que ocurra es un atragantamiento.