domingo, 8 de enero de 2012

AQUELLOS MUCHACHOS



Asesinos del  recuerdo

“La lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido.”
Milán Kundera

En estos días leí los argumentos de un ateo y entendí que su problema con la existencia de Dios era que tal presencia le impedía concebirse a él mismo como dios. Increíblemente, dicha conclusión me permitió explicarme el por qué los poderes político y económico de la nación panameña descaradamente desdeñan el 9 de enero de 1964. Recordar que la reversión del territorio del Canal de Panamá comenzó con la intención de unos muchachos de izar la bandera en la zona del canal, les restriega en la cara su torpe discurso vociferado durante décadas: la  soberanía no se come. Y ahora ¿Quiénes son los principales beneficiarios de un estado soberano?

La gesta heroica de la muchachada que soñó con un país donde reinase una sola bandera tuvo, tiene y me imagino que tendrá detractores profesionales. El 9 de enero de 1985 el general Noriega comenzó ejercicios militares en conjunto con aquellos que asesinaron a los mártires del 64. El sistema educativo y los medios de comunicación cubrieron la fecha con la nefasta aureola del comunismo. Y la ciudadanía en general resiente la ley seca en un día libre de verano.

¿Qué será? ¿Memoria corta? ¿Ingratitud? ¿Incomprensión de la propia historia? Quizás sea algo peor, tal vez se trate del mejor olvidar que recordar el dolor. ¿Será?

Sin los acontecimientos del 9 de enero de 1964, el panorama nacional probablemente sería otro. ¡Quién sabe y seríamos algo peor que un protectorado usamericano! Dichos eventos cambiaron el rumbo de la historia. Verdaderamente se consolidó el ser panameño.  A veces olvidamos que, para ese entonces, quien tuviese entre 15 y 25 años pertenecía a las primeras generaciones panameña cuyos padres no fueron colombianos. El 9 de enero fue el clímax del desarrollo de la identidad nacional. Ahora entiendo más el por qué pretenden que lo olvidemos.