domingo, 28 de agosto de 2022

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE EL OFICIO LITERARIO

 


“Para que exista un verdadero desarrollo integral es necesario ver la realidad desde un punto más amplio que incluya un pensamiento económico, social, antropológico, filosófico, pedagógico y, desde luego, cultural, para que de esta forma podamos salir de los fundamentalismos estrechos que nos tienen viviendo en el siglo pasado en términos educativos y culturales.”

Carlos Fong      

 

Cuando el imperio británico aceptó de mala gana, luego de su derrota moral, arriar su pabellón y darle paso a la bandera de la nueva República Masái Centroafricana, accedió a retirarse de todo el territorio de su antigua colonia, excepto de una base militar que protegía un estratégico paso de montañas. Montañas que, por cierto, también son ricas en minerales exóticos.

Luego de esta incompleta separación, el grueso de los escritores Masái y la totalidad de sus educadores se dedicaron a construir una nueva nacionalidad, de personas soberanas con mentes libres de la colonia. Eso fue así durante tres generaciones. Tal fue el impacto positivo que tuvo tal decisión política de sus intelectuales que la juventud Masái, consciente de su libertad y dignidad, se enfrentó cívicamente a las tropas colonialistas dando por resultado final, que el paso de montaña rico en minerales exóticos pasase a ser parte integral de la República Masái Centroafricana. La base militar inglesa desapareció. ¡Victoria para los pueblos libres del mundo!

Pero, hay un pero. La susodicha República Masái Centroafricana no existe, sin embargo, el proceso que describí de construcción de una nacionalidad con participación de escritores y educadores sí fue real, muy real, tan real que hoy los panameños podemos comprar una muy nacional tortilla frita en donde hace media centuria había una base militar. Panamá nació el 3 de noviembre de 1903, pero no necesariamente ese día nacieron los patriotas panameños; ese sentirse Panamá fue construido, precisamente, por las obras literarias de Joaquín Beleño, José Franco, Amelia Denis de Icaza, Diana Morán y muchos otros literatos. Ojalá nunca olvidemos que en la Gesta heroica de enero de 1964 la consigna era: Panamá es soberana en la zona del canal. Nunca fue Colombia es soberana en la zona del canal y mucho menos, Somos un estado asociado de los EUA. Para la fecha, 1964, Panamá ya existía en el corazón de todos sus habitantes.

Y no es cosa del pasado. Acaba de ocurrir otro ejemplo. En medio de las negociaciones para remediar la crisis que estamos atravesando, las mujeres gnobes decidieron entregar un símbolo a su contraparte gubernamental: un plato de arroz con tuna, dos productos cuyos precios fueron congelados por el gobierno; la tuna no tenía cebolla, porque la cebolla no tenía hasta ese momento su precio congelado. La reacción de los ministros negociadores fue de asco. El mensaje no pudo ser más claro: yo te congelo los precios de los alimentos que yo desprecio. Las críticas a tal reacción no faltaron. Entre ellas las del poeta Héctor Collado que escribió en versos su diatriba contra los gubernamentales y su apoyo al símbolo gnobe. La respuesta positiva del público lector de las redes sociales fue abrumadora. ¿Acaso esa no es la gran aspiración de todo literato: que de sus textos se adueñen los lectores? Por lo menos así dice la leyenda que fue con el ilustre Carlos Francisco ChangMarín. Se dice que el poeta fue a una cantadera y escuchó que el trovador en turno cantaba una de sus letras. Don Chico se acercó al cantante y le preguntó por el autor de la última décima y el cantador le dijo: “Es mía”. Dice la leyenda que ChangMarín no pudo sentirse más orgulloso. Una de sus letras ya no le pertenecía a él, sino al pueblo.

Si es así, entonces, todo literato tiene una grave responsabilidad. Estoy convencido de que la palabra nunca es inocente, siempre tiene una carga que sirve o para construir naciones o para destruirlas. Gracias a que permanece más tiempo incólume, la palabra escrita tiene mucho poder. Por eso publicar un libro es un ejercicio del poder. Y el poder que busca construir hay que administrarlo con compromiso, prudencia y sapiencia. Quien afirme que no quiere quedar sembrado en el imaginario de sus lectores, solamente está posando para la foto que será olvidada.

Y hablando de libros publicados (que es un asunto aparte del proceso creativo literario, totalmente aparte), me gustaría compartirles algunos sucesos de los cuales fui testigo. El primero ocurrió inmediato a la Invasión. La entonces directora del entonces INAC, licenciada Julia Regales, nombró en el departamento de letras a Enrique Jaramillo Levi, en la editorial Mariano Arosemena a Ramón Oviero, en la imprenta de la Nación a Héctor Rodríguez y en el diseño de los libros a Pablo Menacho. La dama y estos caballeros descubrieron que en sus depósitos había gigantescos royos de papel periódico perdiéndose por la severidad del clima, me parece que fueron donados por la hoy extinta URSS. ¿Por qué no fueron utilizados por las autoridades del régimen militar? ¿Por la crisis de Noriega? ¿Por la acostumbrada desidia del funcionariado público? No tengo idea, pero el hecho es que el INAC de entonces se dedicó a publicar libros, hasta agotar el papel existente. Es más, hubo una sana competencia entre Letras y la Editorial. El descubrimiento de esos royos de papel periódico añadió nuevas figuras al parnaso literario istmeño.  

El segundo suceso que quiero mencionar fue que a mediados de los 90’s llegó a nuestra nación la impresión digital. Ya no había que imprimir un mínimo de 300 libros con el consiguiente problema logístico del almacenamiento. A partir de entonces, de acuerdo con la demanda, se imprimen los libros. Nuevamente, eclosión de publicaciones y, por ende, de escritores.

El tercer suceso del que voy a dar testimonio ocurrió durante el gobierno de Moscoso. Por un lado, su gestión administrativa provocó en la economía nacional el fenómeno llamado por los especialistas: el efecto Mireya. Éste provocó que los impresores comenzasen a aceptar toda clase de trabajos, incluyendo libros, así de mal estaba la cosa económica. Antes de continuar, estoy obligado a reconocer públicamente a héroes como el señor René Sirias que de siempre apostó por imprimir libros y a Luis Eduardo Henao que, una vez creada su editorial Portobelo, no ha dejado de trajinar. Bien, prosigo. Al efecto Mireya hay que añadir que la tecnología Ofset acortó los tiempos de impresión y con ello a la larga abarató los costos. Pero el papel en Panamá sigue siendo caro.

Hoy en día ya no hay tipógrafos. Las nuevas tecnologías desplazaron a las antiguas linotipias, hoy, tanto la imprenta nacional Articsa como la internacional Amazón utilizan las tecnologías ya mencionadas. En lo esencial, pese al discurso de los descubridores del agua tibia, no muchas cosas han cambiado.

Lo que sí ha cambiado es el crecimiento exponencial del número de lectores. Las razones de este fenómeno es tema para otra ocasión. Este despunte de lectores les ha abierto la puerta a muchos nuevos escritores y reabierto las mismas puertas a muchos escritores de trayectoria. Todavía hay muchas interrogantes que resolver sobre la calidad de la lectura, sobre si es temporal o si se va a extender en el tiempo o si solamente se trata de un pequeño grupo que está haciendo mucha algarabía. Me inquieta saber qué pasará cuando los actuales lectores reseñadores se hagan preguntas como: ¿Yo quiero que enamoren a mi hija con estos versos? ¿Yo quiero que la imaginación de mi hijo sea alimentada por estas narraciones? No lo sé, lo que sí sé es que en Panamá está ocurriendo algo y no es gracias a los escritores, es gracia a los lectores. Y eso todo escritor tiene que descubrirlo, entenderlo, comprenderlo, evaluarlo y asumirlo, porque de lo contrario, su recuerdo, es decir, el poder de sus libros, se perderá entre los dedos de mago que tiene el silencioso tiempo.


domingo, 3 de octubre de 2021

BREVÍSIMOS COMENTARIOS SOBRE EL OFICIO DE POETA

 


“El compromiso del escritor es para con la poesía misma.”

Alfonso Kijadurías

En general, en el siglo XX, la poesía panameña le cantó a la recuperación del canal y a la vida cotidiana, casi siempre injusta, del habitante del campo y la ciudad. El diciembre de 1989 provocó una fuerte reacción poética. Pese a que hubo políticos, empresarios y hasta un alto dignatario de la iglesia católica que declararon que la invasión fue una liberación, el grueso de la literatura inmediatamente posterior a la funesta fecha renegó de esa tesis. Llama la atención que con la reversión del canal en 1999 no ocurrió cosa parecida. Parece que en el siglo 21 cada poeta se convirtió en un mundo.

La poesía dejó de ser negocio para las grandes editoriales mucho antes del actual desarrollo tecnológico. Pero proliferaron los festivales y así la poesía capeo tal temporal. Quizás alguien pueda decir que con la tecnología informática bajó la calidad de los poemas. Los malos poetas ya existían antes de las redes sociales. Piedra, pergamino, papiro, libro o ciberespacio sólo son formatos. La poesía vive gracias al compromiso con la palabra de poetas y lectores. Mientras tal compromiso exista, la poesía no está en peligro.

Vamos para dos siglos de verso libre. ¿Es nuevo o es viejo? El verso libre y el medido son herramientas, así como un bisturí o un machete. ¿Quién corta caña con un bisturí? ¿Quién extirpa un apéndice con un machete? La herramienta no es el arte. Otra cosa es el arte. Y qué es esa otra cosa llamada arte es una pregunta que cada poeta debe contestar.

domingo, 20 de junio de 2021

DE LAS ANTOLOGÍAS Y SUS RAZONES

 


“La verdad que es muy raro: calvo, sus brazos son largos para su tamaño y carece de pestañas. No habla, pero no es mudo porque cuando lo hace murmura palabras incomprensibles.”

Leadimiro González C.

A propósito de la publicación Semblanza múltiple del cuento en Panamá (Compilación de 95 cuentistas panameños vivos), se me ocurrió dialogar brevemente con el responsable de esta, el cuentista Enrique Jaramillo Levi.

Antes, una pregunta para mí mismo: ¿importa? ¿Importa dedicar tiempo, esfuerzo y recursos para antologar a otros cuentistas? ¿A quién le importa? Pienso que lo que cada uno considere importante, está determinado por su vocación personal. Para Enrique publicar a los cuentistas de su tiempo es importante. A Jaramillo Levi le importan las antologías.

“No creo perder mi tiempo, no. Por el contrario, siento que lo estoy enriqueciendo tanto en mi propio provecho como para el de los demás, incluidos los lectores presentes y futuros. Y más porque, como estudioso de la literatura nacional, sobre todo del cuento, estoy muy consciente de la calidad y cantidad de nuevos creadores que han surgido con gran esfuerzo a finales del Siglo XX y en lo que va del Siglo XXI, perfectamente diferenciados entre sí en sus muy particulares estilos de escritura.”

Enrique Jaramillo Levi

Toda recopilación de textos literarios ¿es una antología? Quizás no. Me parece, a mí me parece, que una compilación de escritos, de cualquier género, que aspire a tal título debe pretender recoger en sus páginas la excelencia escrita que represente un tópico en particular: un autor, una época, un tema, etc.

“En rigor, no. Aunque la gente los confunde. Una verdadera antología es más selecta, más exigente, más representativa, de menor volumen. Representa lo mejor de algo, a juicio del antologador. La diferencia entre una compilación o recopilación y una antología es, por un lado, el rigor, y por otro la cantidad de textos o autores seleccionados como propios de un momento histórico, de un género literario o de una cierta manera de escribir. "Semejanza múltiple del cuento en Panamá", por el tiempo que cubre (casi un siglo) y la cantidad de autores vivos representados (95), es eso, y no una antología (por más que se diga que uno "antologa" a los autores incluidos). Por otra parte, acabo de mandar a la imprenta una antología del cuento erótico en Panamá, que consta de 27 autores vivos: "Consumación de Eros". Tienen en común su carácter colectivo. Hace años, viviendo en México, también antologué y compilé literatura mexicana y centroamericana en general.”

E. J. L.

A inicios del siglo 21, gracias a mis madrinas Marissa Montesano y María Trejos, la Editorial Alfaguara me confió la recopilación de 13 cuentos de 13 cuentistas panameños, nacidos entre 1950 y 1970, y que tuviesen por lo menos un libro de cuentos publicados al final del siglo 20. Sé que otros amigos han hecho lo suyo en esa área, recuerdo a Juan A. Gómez, Moisés Pinzón y Ramón Oviero. ¿Y Jaramillo Levi? ¿De cuántas antologías del cuento panameño habrá sido responsable?

“Por lo menos de 12, empezando por "Antología crítica de joven narrativa panameña", la primera, publicada por Federación Editorial Mexicana, en México, en 1971. Y de al menos 8 compilaciones, otras de las cuales serían "Flor y nata. Mujeres cuentistas de Panamá: 1939-2004" (Ed. Géminis, 2004) y "Minificcionario" (Panamá, 2018).” E. J. L.

Sin querer pecar de reiterativo, la pregunta de cajón es la inicial: ¿qué lo habrá motivado a asumir tal misión?

“Hay cuatro actividades literarias que siempre han convivido en mí, desde muy joven: el escritor (cuentista, poeta, ensayista); el promotor cultural; el profesor universitario, director de talleres de cuento e investigador; y el editor. Nunca los había pensado como una "misión", sino más bien como una necesidad de divulgación y catalogación de la literatura nacional que alguien debía acometer después de la labor realizada desde finales del siglo XIX en el Panamá colombiano por Guillemo Andreve; y luego de otra manera por Rodrigo Miró Grimaldo y Ricardo Segura en el siglo XX. Sobre todo, en el cuento. Y esas tareas no las pienso por separado sino como un solo bloque investigativo que requiere divulgarse.”

E. J. L.

Doce antologías o recopilaciones. La primera en 1971 y la última en 2021. 50 años de vida como antologador y, también, recopilador.

“La primera ya la mencioné; la más reciente estoy trabajando en ella ahora mismo, y si los dioses no deciden otra cosa, habrá de salir en unos tres meses: Una antología de cuentistas panameñas vivas que surgen en lo que va del siglo XX; se llamará: "Ofertorio: Secuencias y consecuencias." con unas 40 nuevas cuentistas talentosas que publican su primer libro entre el año 2000 y este 2021, y que, pese a su variedad y talento, poco se conocen.

E. J. L.

Tengo que ser sincero, la misión que Alfaguara y mis madrinas me asignaron puso sobre mi persona, por un tiempo prudencial, los reflectores del mundo literario. Me abrió las puertas de Centroamérica. Ya antes había tenido mis pininos, publiqué textos de los participantes de los talleres literarios que facilité, pero también tengo que confesar que no es fácil el asunto. Para conseguir la obra y el permiso de publicación, increíblemente, hay que desarrollar hábiles dotes diplomáticas. Entonces, para alguien que ya tiene un lugar en la historia de la literatura, la panameña y la de otros lares, debe haber otro tipo de satisfacción.

“Cada proyecto de este tipo que se materializa es una gran satisfacción personal, por el esfuerzo enorme que representa en investigación, lecturas, selección y logro de fondos para la publicación. Por lo que cuando sale al fin el nuevo libro, es un parto sano que se agradece.”

E. J. L.

Las recopilaciones de las que fui responsable pronto, de repente muy pronto, dejaron de circular. ¿Los críticos literarios habrán acudido a ellas? ¿Y a las de Enrique?

“En general sí, pero como sabemos los críticos nacionales son pocos y a ellos casi nadie los lee cuando se atreven a publicar sus juicios de valor. Siempre he tenido buena respuesta de ensayistas como Rodolfo de Gracia, Fredy Villarreal Vergara, Melquiades Villarreal Castillo, Ela Urriola, Ariel Barría Alvarado, Irina de Ardila y Margarita Vásquez Quirós, entre otros. En el exterior sí suele haber una buena respuesta crítica, pero es lenta y demasiado encapsulada en los ámbitos poco comunicativos de las academias; los tres críticos que más se han ocupado de la literatura panameña son Fernando Burgos (chileno; Universidad de Memphis, Tennessee), Ángela Romero Pérez (española; Universidad de Liverpool, Inglaterra) y Aracelo Soní Soto (mexicana; Universidad Autónoma Metropolitana).”

Estamos, no únicamente en una época de cambios, sino en un cambio de época. El mundo virtual cada día es más nuestra realidad. ¿Se imaginará Enrique como antologador de una antología del cuento panameño en formato digital?

“No te puedo responder esa pregunta, ya que no sé moverme en absoluto en el mundo digital. En ese sentido, me quedé anclado a la Edad Media. Esa labor tendría que hacerla otra persona.”

E. J. L.

Cincuenta años, doce antologías y cientos de cuentistas publicados. Una marca muy difícil de emular, porque además es una labor realizada en dos siglos y dos milenios diferentes. ¿Es posible que en esa docena de libros falten algunos cuentistas panameños? Claro que es posible. Todo es perfeccionable, porque todo es imperfecto. Nuestras expectativas, generalmente, son ideales y no reales. Pero, también es posible que con esa docena de libros (más el resto de las antologías y recopilaciones del cuento panameño hechas por otras personalidades del mundo literario istmeño), se pueda constituir la Cátedra del Cuento Panameño. ¿Mucho ideal y poca realidad? ¿O ya es tiempo que lo hagamos?

 

domingo, 25 de abril de 2021

TERRAPLANISTAS DEL SIGLO 21

 


“Debemos mantener la mente abierta, pero no tan abierta que se nos caiga el cerebro.”

Carl Sagan

El terraplanismo existe. Sigue siendo un reduccionismo del conocimiento sufrido por gente, con o sin título universitario, que asume ser muy lista ya que puede explicar fenómenos que los expertos no llegan a comprender. Las redes sociales les han dado poder y lo usan.

Los nuevos terraplanistas, a la hora de interpretar lo observado, dudan de lo lógico y evidente. ¿Por qué? Porque fracasan a la hora de ordenar sus pensamientos. ¿Por qué? Porque parten de un punto falible: que son más listos que los demás.

No es gratuito que todo libro de texto incluya la humildad como una de las cualidades del científico, en este caso, ¿qué es ser humilde? Pues tener buenas relaciones con la realidad y eso implica lidiar con el hecho de que somos más ignorantes de lo que queremos admitir.

Otra característica que no puede tener el científico es la ingenuidad. La gran ingenuidad del siglo 21 es pensar que los me gusta de las redes sociales convierten en verdadero cualquier argumento. Es la malicia quien mueve al investigador a dudar y preguntar. Ahora bien, me dirán que aquellos a los que denomino terraplanistas cuestionan el establecido científico. La ciencia es un método, el orden establecido es el capitalismo. Los nuevos terraplanistas se riñen con el método científico, sin cuestionar las estructuras económicas que permiten que las riquezas del comercio tecnológico queden en pocos bolsillos. Son antivacunas, pero votan por los políticos cuya agenda oculta contiene reducir las pensiones de retiro.

Los antiguos terraplanistas vivían con miedos resueltos con otros miedos que reducían sus facultades cognitivas y emotivas. La vida del nuevo terraplanista es un rosario de mitos explicados con otros mitos. Ayer y hoy, horizonte limitado, ¿eterna dominación?  

domingo, 18 de abril de 2021

LOS VIEJOS TERRAPLANISTAS


"El problema de la historia es la historia del problema."

Karl Marx

El terraplanismo, aunque es una visión equivocada del planeta, es una prueba del afán humano por explicarse el cosmos. Sin embargo, además de ser insuficiente, me parece fue un elemento esencial para dominar y explotar a los marginados de siempre.

Para los viejos terraplanistas sus sentidos no podían engañarlos, imposible dudar de ellos. Además, el analfabetismo impedía llenar los hoyos en el conocimiento con las adecuadas lecturas, así que los viejos terraplanistas vivían saturados de mitos. Abismos y monstruos.

La idea del Sol girando alrededor de una Tierra plana los ató, digo yo, a los terrenos de cultivos de sus amos y señores. Vivieron en una sociedad llena de miedos y, digo yo, de nuevo, tales temores eran sosegados con absurdos como el terraplanismo y sus mitos conexos.

Los viejos terraplanistas no cuestionaban, tenían prohibido hacerse preguntas y contestarlas. Sólo debía escuchar y obedecer. Ya en el Cielo tendrían su recompensa que sería eterna. Sus explotadores serían castigados, por siempre, en el infierno.

En resumen, los viejos terraplanistas llevaban vidas llenas de miedos resueltos con otros miedos, todo su derredor estaba orquestado para reducir sus facultades cognitivas y emotivas, y eran tratados como el ganado de carga.

Sin embargo, digo yo, de nuevo, y ya, por último, llegó la ciencia y desaparecieron los pánicos despertados por el abismo del final del horizonte. El terraplanismo desapareció de la esférica superficie de nuestro planeta. Y desapareció para siempre. ¿Verdad?

domingo, 3 de enero de 2021

CHOQUES DE TRENES…Y DE FRENTE

 


“Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante.” 

Ryszard Kapuscinski

Según el diccionario de la RAE una crisis es un cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados. El 2020 tuvo varias crisis muy evidentes, una de ellas: la aparición de múltiples mitos seudocientíficos.

Una de las características de la ciencia menos comprendida es que ella no aspira a la verdad final e indiscutible, sino, por el contrario, a someter sus teorías al escrutinio periódico que el desarrollo tecnológico le permita. Durante siglos, las enfermedades fueron explicadas por la acción de los espíritus. Hasta que llegó el microscopio y se descubrieron las bacterias.

Y esta cualidad se convirtió en piedra de tropiezo. Las autoridades responsables de enfrentar sanitariamente la pandemia parecen negarse, aún, a aceptar que el ciudadano común no entiende que hoy se recomiende algo que mañana se des recomiende. Dentro de un instituto de investigación esa podría ser la norma, pero no en el turbulento océano que son las redes sociales.

Ocurrió un choque frontal de ferrocarriles: el de la burocracia y el de la cibercracia. Que la OMS no recomendase el uso de la mascarilla y que después lo hiciese, despertó una marejada mundial de desconfianza y dio pie al tsunami de teorías de la conspiración que estamos sufriendo y que, a saber cuánto, alargará la crisis mundial de salud.

Buscando informar, provocaron confusión. No entendieron la cultura imperante en el ciberespacio: la que, cuando no entiende algo, inventa los hechos para sostener sus mitos. Puesta andar la fábula, ya no hay lugar para la lógica. En las redes sociales, la ficción es defendida por legos y supuestos duchos en ciencias. ¿Por qué? No estoy seguro. ¿Por 5 minutos de fama?

domingo, 27 de diciembre de 2020

            


              PANDEMIA, CONOCIMIENTO Y PODER

"Las teorías de la conspiración son los nuevos mitos de la sociedad."

Edilberto González Trejos

¿Por qué una pequeña bala puede matar a un enorme elefante? Porque concentra su fuerza en un punto del organismo del paquidermo. El Sars-Cov-2, en un corto lapso y con una baja mortalidad, hirió de gravedad los ya maltrechos sistemas sanitarios del mundo. También a la educación. Y todo gracias a la desigualdad social derivada del sistema económico imperante.

La pandemia sacó a la luz lo que ya estaba ocurriendo: desigualdad social, corrupción política, desconfianza institucional; también la forma de construir conocimiento y de esbozarlo en un discurso. ¿Será este fenómeno otra forma de generar desigualdad social?  

Aristóteles afirmaba que las mujeres, por ser inferiores, tenían menos dientes que los hombres. Daba argumentos lógicos muy contundentes, pero jamás abrió la boca de una mujer y le contó sus dientes. Kepler construyó un modelo geométrico que explicaba perfectamente el movimiento de los planetas alrededor del sol. Sin embargo, al contrastarlo con las observaciones astronómicas comprobó que no se ajustaba a la realidad, tuvo que ajustarlo, cambiarlo hasta que modelo y observaciones coincidieron. ¿Cuál de los dos procederes nos trajo el actual desarrollo? La ciencia es capaz de auto renovarse. De cambiar sus premisas si los hechos las niegan. Pero hoy la realidad real importa menos que la realidad alterna. Inventar hechos que sustenten la más loca opinión está por encima de observar los mismos hechos y lograr, aunque sea un poco, explicarse la realidad. Hoy hay quienes leen revistas científicas sólo para corroborar su realidad alterna, pues descartan todo artículo que no coincida con su mito. ¿Este fenómeno es otra forma de generar desigualdad social? Por supuesto que sí, quien posea la información veraz, tiene el poder y la riqueza. Despedir a Kepler y recibir a Aristóteles es una forma de dominación.

domingo, 14 de junio de 2020

EL CAUDILLO Y SUS SEGUIDORES



“Hegel observa en alguna parte que todos los grandes acontecimientos y personajes de la historia mundial se producen, por así decirlo, dos veces. Se le olvidó añadir: la primera vez como tragedia, la segunda como farsa.”
Karl Marx
¿Por qué el caudillo tiene seguidores? Pregunta cuya respuesta es esencial en nuestras latitudes, incluso, en nuestros hogares. El poder y los métodos para alcanzarlo y mantenerse en él permean a todos los niveles a todas las sociedades y grupos humanos.
¿Por qué el caudillo tiene seguidores? Primero, porque les da a sus adeptos elementos emocionales para identificarse entre sí y así agruparse en una manada. En la manada liderada por el caudillo. Dentro de ésta satisfacen las necesidades de sentirse seguros, de pertenecer a algo mayor a ellos mismos y de sentirse útiles realizando labores a favor de la causa de la manada, es decir, a favor de los intereses del caudillo. Algo importante a resaltar es que todo miembro de la manada siente que recibe una cuota, aunque sea ínfima, del poder que emana del caudillo. Se siente superior al individuo que no pertenece a su servil gremio.
Aunque sufra directa o indirectamente la violencia del caudillo, un miembro de la manada, al final, se siente halagado porque dejó de ser un nadie y pasó a ser alguien digno de la atención del caudillo, no importa que esta sea patológica.
En la manada hay varios tipos de seguidores. El más peligroso es el violento. Él asume la tarea de vigilar al resto de la manada y obligarlos, si es necesario y siempre es necesario, a dar constantes muestras de lealtad al caudillo. Si por mala suerte algún fiel seguidor olvida dar su periódica manifestación de sometimiento al caudillo, será rápidamente reprimido. En la mente del violento, provocarle dolor a un allegado no solamente es por el bien de la manada, también por el bienestar del reprimido. Su misión es salvarlo de la herejía de no adorar al caudillo. Si ese es el destino de los leales, pobres de los disidentes. Este tipo de seguidor, ante la argumentación lógica y racional responde con la agresión. Mientras más contundente es el argumento contra el caudillo, más cruel e intensa es la réplica violenta.
Otro tipo de seguidor es el masa. Éste no es capaz de iniciativas propias, pero en grupo es impredecible; demasiado fácil puede convertirse en parte de una estampida destructora. Siempre espera las indicaciones del caudillo y de sus voceros, quienes sí son inteligentes y saben cómo alentar a los violentos a cumplir su cometido. El masa frente a la argumentación lógica y racional termina confundido, entonces, o se repite dogmáticamente las consignas del caudillo que siempre son la verdad, o debe ser nuevamente programado por un vocero, que si es capaz de debatir.
El seguidor miedoso procura estar fuera del radar de todo el mundo. Le teme al caudillo, a los disidentes, a la manada y a su propia sombra. El miedo encarnado. Ante la argumentación lógica y racional guarda absoluto silencio. Únicamente le suda fríamente la frente. El caudillo sabe que estos le temen tanto que nunca harán nada en su contra. Para la disidencia los miedosos son seres incomprensibles y para los violentos son sus más propicias víctimas, su principal causa de alegría. Sin embargo, pueden darse situaciones donde el miedoso se convierte en el más violento de todos los violentos.
¿Por qué el caudillo tiene seguidores? Porque asume ciertos comportamientos que mantienen o asustados o alentados o fascinados a sus seguidores. El caudillo frente a la argumentación lógica y racional, no tiene mucho interés en contestar a quien lo interpela, más bien lo que diga o haga va dirigido a la manada. Y la manada sabe que es a ella a quien se dirige. Sea que conteste con la verdad de los hechos o demagógicamente, sea que ordene una represión o un acto de bondad, no importa, siempre le habla a la manada, a la fiel manada. Así la manada deja de ser un conjunto de individuos y se transforma en un individuo tocado por su mesías.
¿Por qué el caudillo tiene seguidores? Porque el caudillo está convencido de que sólo él puede dar respuesta a las necesidades de la manada y convence a la manada de dicho axioma. Y precisamente, por esa cualidad, es merecedor de todos los beneficios que puede obtener de la manada. Ningún privilegio es excesivo. Y también convence a la manada de tal dogma, ella se siente privilegiada por ser la garante de la vida placentera del caudillo.
¿Por qué el caudillo tiene seguidores? Porque se encarga de llenar de incertidumbres la historia, las noticias y las instituciones sociales. Sumerge a la manada en un pantano de inseguridades y se presenta como lo único cierto y firme. Dios en el cielo, el diablo en el infierno y él, el caudillo, en la tierra. ¿Qué mejor orden que ese?
Por último, el éxito del caudillismo, de cualquier caudillismo, consiste en lograr que los seguidores renuncien a ejercer su propio poder a favor de sus intereses y que lo hagan para garantizar los beneficios y privilegios del caudillo. ¿Qué por qué el caudillo tiene seguidores? Porque logra que sus seguidores vean su pequeña cuota de poder magnificada en su persona: la majestad del caudillo.

domingo, 31 de mayo de 2020

LA OTRA PANDEMIA


"Las teorías de la conspiración son los nuevos mitos de la sociedad."
Edilberto González Trejos
¿Por qué una bala puede matar? Porque concentra su fuerza en un área pequeña. Así es el Covid-19, provocó una cantidad de muertos, en tan poco tiempo, que rebasó la capacidad de los servicios sanitarios y, de paso, dejó en evidencia lo tantas veces negado: las ganancias son más importantes que la vida humana. Otros fenómenos también quedaron al descubierto.
Tantas dudas alrededor del SARS-CoV-2 me dice que el rigor científico dejó de ser riguroso. Quizás fue por los protocolos burocráticos, la corrupción, los interese creados, la pérdida de confianza en las instituciones o la prevalencia del pensamiento mágico. El resultado ha sido el asesinato de la verdad. No importa descubrir y comprender la realidad, importa confirmar el prejuicio que se tiene. De allí la proliferación de las teorías de la conspiración.
Las teorías conspirativas, para poder conspirar, elevan a divinidad a los ya poderosos magnates y gobernadores del mundo. ¡Dioses que ahogan a sus subyugados en la impotencia! ¡No hay alternativa a sus dictámenes! Pienso que tal comportamiento es reiterativo en la historia humana. ¿Y si no era un dios griego el violador de las ninfas, sino un monarca déspota? ¿Sería consuelo, para una campesina, pensar que fue Zeus el autor de sus desgracias?
Hoy, conspirativamente hablando, parece que el mundo quedó reducido a someterse a la voluntad de quien salga vencedor del supuesto conflicto entre un multimillonario globalizador (Bill Gates), un gobierno tiránico (el de China) y un presidente  desalmado (Donald Trump). ¿No hay más opciones? ¿O es que sólo nos merecemos o vivir regidos por un orden mundial totalitario o plagados por cientos de sangrientas dictaduras?

domingo, 3 de mayo de 2020

EDUCACIÓN Y CONVIVENCIA CON EL SARS-CoV-2


EDUCACIÓN Y CONVIVENCIA CON EL SARS-CoV-2
“Un hombre sabio puede aprender más de una pregunta absurda que un tonto puede aprender de una respuesta sabia.”
Bruce Lee
En la prehistoria de mi carrera docente fui líder juvenil y, siéndolo, entendí que memorizar no es conocer y que saber diversas dinámicas y técnicas pedagógicas no es lo mismo que ser dinámicamente pedagógico.
Para ser dinámicamente pedagógico, es importante entender que así como yo tengo mi historia, así mismo la tienen los estudiantes. Cuando se presenta alguna situación especial con alguno de ellos, recuerdo que hice cuando estuve en una situación parecida. La tecnología y las redes sociales no han convertido en otra especie a los jóvenes de hoy, siguen con las mismas necesidades que yo tuve. Me parece que así no me la paso descubriendo el agua tibia.
Estoy convencido que educar es motivar a auto-educarse. Nadie te saca de la ignorancia, los buenos docentes te dan pistas para que tú descubras en qué eres ignorante. Ya te toca a ti decidir si te mantienes o no en la oscuridad. El conocimiento pasa por esa decisión. Educar es incitar al estudiante a decidirse por la luz. Es necesario sacarlo de su zona cómoda, desinstalarlo. A veces en Panamá, muchas más veces de las deseadas, hay que educar en contra del oxidado sistema educativo panameño. Éste no funciona a partir de la institucionalidad, si no de la buena o mala voluntad del funcionario a cargo. El SARS-CoV-2 dejó en evidencia esta última falencia.
Otras son: Un niño en primaria fracasa en español y matemáticas, saca buenas notas en religión, deportes y manualidades y pasa. Un joven en secundaria fracasa, rehabilita y lo que no resolvió en 3 trimestres, lo hace en tres semanas. Hay mucho docente instalado en el siglo 20, la administración escolar es poco científica y la corrupción abunda. El resultado: cruel inequidad.
Entonces, ¿qué hacer? Hacer algo por la sensación de estar haciendo algo, es hacer nada. La pandemia nos sorprendió a todos. Y eso hay que asumirlo. Y no se asume improvisando. ¿El  Ministerio de Educación abandonará la política de untar pasta de diente sobre llagas cancerosas?
Esta pandemia me sorprendió. Lo asumo. Algún día regresaremos al salón de clases, a convivir, porque es en la convivencia y en el intercambio donde se aprende. Volveré a retar a los estudiantes, desinstalarlos, desinstalarme. Pero esta vez hay algo diferente: el SARS-CoV-2 nos lastimó, no se puede decir aquí no ha pasado nada. En el nuevo regreso voy a partir desde este punto: estos muchachos vienen con una historia que yo nunca viví a la edad que ellos tienen.

domingo, 12 de abril de 2020

COVID 19: ¿UNA OPORTUNIDAD?



“Las viejas ideas se acentúan con Internet, ya que no por ser más tecnológico el mundo es más igualitario.”
Remedios Zafra

Con el Covid-19, el emperador (el sistema sociopolítico y económico que decide nuestro destino) ha quedado desnudo, sin embargo, pareciera que vivimos en un mundo de ciegos, o por lo menos, en un mundo de seres que no saben mirar.
Los acontecimientos indican que el SARS-CoV-2 no nos trata por igual a todos. Una mansión no es una residencia. Una residencia no es una casa. Una casa no es un cuarto. Para la mayoría de la población esto que acabo de exponer es una obviedad que raya en idiotez. El problema estriba en que todos vemos al emperador desnudo, pero muy pocos lo miran.
Miremos a una pareja que habita un caluroso cuarto con sus hijos, el baño es compartido con los habitantes de otros cuartos. En su día a día, procuran no estar todos a la vez dentro del cuarto. Gracias a la cuarentena obligatoria, los adultos no pueden salir a vender tomates en el semáforo y los menores no asisten a la escuela. Sus reservas se agotan. Aumenta el estrés y la preocupación. Cosa parecida ocurre con el resto de los vecinos. Rompen la cuarentena. Igual ocurre en otro punto del espectro social: familias que solamente se soportan en las fotos que cuelgan en redes sociales, con estilos de vida sostenidos por tarjetas de créditos sobregiradas. Y aunque efectivamente viven en cuartos separados, al toparse…estallan. Rompen la cuarentena.
Demasiadas familias hoy se están asfixiando. Y se repite en demasiados puntos del planeta. Los afectados despotrican contra el gobierno y muchos despotrican contra ellos. Todos ven el problema, sin embargo, ¿miran el problema? En este caso, ¿qué sería mirar el problema?
Para comenzar a mirar la crisis hay que entender que ella ya existía antes de la pandemia. Covid-19 ha dejado bastante claro que vivimos, desde hace mucho tiempo, en sociedades con sistemas sanitarios y educativos estropeados a propósito, donde la movilidad social es un espejismo (la clase media sigue siendo asalariada y dependiente). Un virus, una molécula de ARN, así como la bola de boliche, derribó varios supuestos en los que se sostenía nuestra vida. Este coronavirus ha dejado bastante claro que empobrecidos y endeudados comparten el mismo nicho ecológico: ser quienes paguen los platos rotos.
Pasar de ver a mirar es arduo y lo es por la forma mágica que funciona nuestra mente. Para mirar la crisis hay que asumir el pensamiento crítico como sistema operativo mental. Y allí reside la dificultad. Estamos programados para suponer que la crítica es un malestar innecesario.
No hay crítica constructiva o destructiva, o hay o no hay crítica. Crítica es analizar, entender y evaluar la forma en que se organizan las ideas; esa organización determina nuestra interpretación del mundo, es decir, de esa organización personal de conocimientos depende lo que consideremos que es la verdad. Pensamiento crítico es, primero, ajustar las propias ideas y luego enfrentar las ajenas. El pensamiento crítico científico es ajustar las propias ideas a los hechos, las evidencias y las conclusiones obtenidas de las pruebas realizadas.
El pensamiento crítico descubre y comprende la relación natural entre causas, acciones y consecuencias. La magia, por el contrario, asume como causa cualquier ocurrencia aleatoria, por ejemplo, mi equipo favorito perdió el juego porque yo no usé mis calcetines de la buena suerte; si mi vecino, que es partidario del equipo contrario, tampoco usó su suéter de la fortuna, y aun así su equipo ganó, mi pensamiento mágico entrará en contradicción a la hora de explicar el por qué no quedó empate el partido. El pensamiento mágico tarde o temprano concluirá en un absurdo. El pensamiento crítico tarde o temprano aterrizará en una pregunta. En esta crisis, la magia nos empuja a tragar remedios dudosos, la crítica a investigar y confirmar la información.
¿Qué dice la evidencia sobre el día después de la crisis provocada por el Covid-19? Dice   que vamos a seguir mal. El aprieto sanitario agravó el problema económico y sociopolítico. Los porcentajes del desempleo están disparados. Igual la violencia intrafamiliar. Son demasiados años maltratándonos y justificando a quien nos maltrata; eso no va a desaparecer así como así.
Sin embargo, bajo la sombra de este pésimo augurio se oculta una oportunidad. ¡La oportunidad de ponerle fin al maltrato! Quien mire al emperador desnudo, quien mire el sistema sociopolítico y económico responsable de esta crisis, de los efectos inesperados del Covid-19, mirará la oportunidad de vestirse con buena educación, con organizaciones sociales honestas; se vestirá con solidaridad. Para mirar la oportunidad hay que abandonar la magia y desarrollar el pensamiento crítico. Hay que analizar, entender y evaluar la forma en que organizamos nuestras ideas, las que nos dicen que es verdad y que no lo es.
¿Podremos? ¿Podremos hacerlo? ¿Seremos capaces de mirarla a ella, a la oportunidad? ¿O la dejaremos pasar de largo por preferir seguir en la cómoda y descomprometida ignorancia mágica? ¿Seguiremos creyendo vehementemente que el emperador está vestido?

domingo, 15 de marzo de 2020

EN LOS DÍAS DEL COVID-19


“Aunque el rebelde debe actuar porque cree que es lo correcto, también puede actuar reconociendo que podría estar equivocado.”
Albert Camus

Una observación es un acto individual, yo observo como el viento mueve las hojas de un árbol. Un hecho es un acto colectivo, también mi familia y vecinos observan como el viento mueve las hojas. Un dato es un acto académico, el hecho del árbol y el viento lo hago parte de un argumento, el viento mueve las hojas del árbol y nos trae fresco o puedo decir que el viento al sacudir al árbol llena el patio de hojas. El mismo hecho para dos argumentos diferentes y contrarios. Los hechos por sí solos no necesariamente construyen conocimiento, los hechos deben ser interpretados e insertados dentro de un construido teórico. Un argumento.
Lo que menos he escuchado y leído durante la crisis provocada por la pandemia del Covid-19 son argumentos. Mucha opinión personal muy alejada de argumentaciones sólidas, por el simple evento de partir, no de hechos, si no de supuestos. Una observación no se convierte en hecho por yo decir con mucha autoridad: es un hecho o está científicamente probado, mi observación se convierte en hecho cuando otros observan independientemente lo mismo que yo estoy observando, subrayo independiente. Un supuesto es una presunción que no necesita verificarse y al que puedo sumarme por razones ideológicas o emocionales.
Precisamente, para evitar ese desliz, el pensador crítico problematiza los hechos para así descartarlos en caso de comprobar que sólo son supuestos. Claro, eso si se quiere esbozar un argumento, si únicamente se desea dar una opinión personal, no es necesario. Tal opinión será una falacia si se disfraza de ciencia. La ciencia parte de los hechos, no de los supuestos. ¿Qué es problematizar? Es hacerse preguntas, muchas preguntas sobre el supuesto hecho. Dudar sobre su veracidad. Luego, si se desea pasar de la crítica a la ciencia, viene el proponer posibles respuestas (hipótesis), buscar información ya existente sobre el tema, escudriñar evidencias y hacer pruebas, redactar conclusiones. Estas conclusiones no son dogmas. Listo.
Me gustaría argumentar sobre algunas opiniones que circulan en las redes sociales y medios de comunicación masivos. La primera de ella dice que el virus fue sintetizado en un laboratorio y liberado adrede para reducir la población mundial. ¿Se fabrican virus en laboratorios? ¡Sí! ¿Puede ocurrir un accidente y un virus letal ser liberado? Definitivamente, sí. Ese no es el punto. Se trata de si su liberación fue adrede y para reducir la población. Esta opinión tiene dos versiones. La primera, el gobierno chino liberó el virus. ¿Por qué lo haría? ¿Qué gana? ¿Por qué Wuhan y no Hong Kong o el Tibet o el mismo Taiwan? Sus dolores de cabeza. Además, Wuhan es conocida como el Chicago de China, yo la  llamaría la Panamá de China por su papel neurálgico en las comunicaciones a lo interno del país. ¿Por qué el Partido Comunista Chino, cuyo gran plan es la Nueva Ruta de la Seda, se pegaría un tiro en el pie infectando una de las ciudades fundamentales para dicho plan? Wuhan está cerca de la presa de Las Tres Gargantas, hidroeléctrica fuente de la energía necesaria para llevar adelante sus planes.
La segunda versión es que se trata de un ataque biológico de potencias extranjeras. En una economía globalizada, ¿quién gana? ¿Trump al regresar puestos de trabajos a EUA? ¿Los capitalistas estadounidenses regresarían al modelo que ellos mismos desmantelaron? ¿La Unión Europea al sacar a China de la carrera por el dominio tecnológico? Entonces, ¿por qué atacar Wuhan y no Shenzen donde se encuentra el cuartel general de Huawei? También se afirma que el virus fue sintetizado y liberado para vender vacunas, resulta que el pronóstico más optimista habla de tener el medicamente para el año que viene, 2021.
Quienes defienden la opinión anterior en sus dos versiones, descartan por completo el origen animal de la pandemia. ¿Existe el curry de murciélago? Sí. ¿Al manipular masivamente murciélagos se puede contaminar otros alimentos, por ejemplo, peces y mariscos? Sí. Vi un video donde un infante chino se metía una y otra vez a la boca un sapo vivo y con el beneplácito de los adultos presentes. Yo lo hago y se me hincha la boca, simple y llanamente, porque mi sistema inmunológico no está preparado para metabolizar las secreciones cutáneas del batracio.
A lo largo de la historia de la humanidad, desde el neolítico hasta la fecha, ésta se ha visto amenazada por grandes pestes provenientes del ganado y de las plagas que conviven con ella. Cerdos y ratas. Así que, ¿por qué extrañarse que una y otra vez aparezca una nueva enfermedad en un pueblo que tiene costumbres milenarias de alimentarse con animales portadores de virus?
¿Este coronavirus está reduciendo la población humana del planeta? No. Y si algún poder planetario tuviese esa intensión, ese poder planetario tiene a su disposición otros agentes patógenos más eficientes. El ébola o el mismo SARS que ya nos demostraron su letalidad. ¿El Covid-19 es para reducir la población de ancianos del mundo? La diabetes y la hipertensión ya lo están haciendo. Y como no se quiere cuestionar los estilos de vida, se grita a los cuatro vientos: los gobiernos mienten sobre las cifras de infectados y muertos por la infección.
Al 11 de marzo de 2020 los infectados alrededor del mundo eran 121 560, los fallecidos 4 370. La población mundial en octubre del 2019 era alrededor de 7 mil 700 millones. De acuerdo a estas cifras, el porcentaje de infectados a nivel mundial es: de infectados 0.002% y de fallecidos 0.00006%. Para ser un virus que se transmite tan rápido (ya es una pandemia) su letalidad es muy baja. Para llegar al 2% de la población mundial infectada hay que multiplicar por mil las cifras oficiales y ni así se llega al 1% de fallecidos. Quizás el tiránico gobierno chino tenga la capacidad de ocultar millones de infectados y muertos, el resto del mundo no la tiene.
En Panamá, según entiendo, esto son los hechos: en febrero el virus entró a la nación y comenzó a difundirse (carnavales de por medio). El profesor Norato González muere el domingo 8 de marzo. El lunes 9 de marzo el gobierno anuncia que el primer caso detectado era una panameña viajante proveniente de España. La crisis estalla el martes 10 de marzo. Entre el miércoles 11 y el jueves 12 de marzo la población se lanza histérica a comprar alcohol, gel alcoholado, cloro y otros implementos de limpieza. Jabón de baño, no. El viernes 13 de marzo de 2020 las autoridades explican cómo fue la infección del docente fallecido: el 14 de febrero un profesor que viajó por Europa fue a darle el pésame al profesor Norato (por el fallecimiento de su madre), al lunes siguiente este docente viajero se sumó a la semana de organización del colegio Beckman, asistiendo el viernes 21 de febrero al consejo de profesores. Los tiempos de infección, incubación y enfermedad cuadran. Lo que no cuadra y provoca malestar es la forma confusa con la que inicialmente se manejaron las primeras informaciones.
¿Es posible que el gobierno y sus autoridades hayan ocultado información? Sí es posible. ¿Por mala fe? Por negligencia. En Panamá vamos por la vida totalmente convencidos de que Dios es panameño y de que nada desastroso puede ocurrirnos. Vemos las señales de peligro y nos decimos: no pasa nada. A eso sumémosles, la ignorancia de los protocolos que había que seguir en este caso y la modalidad carnaval que había en la mente de los funcionarios tanto de migración como de salud. El 30 de enero regresé al país proveniente de Nicaragua, vi a muchos funcionarios con mascarillas tapabocas, pero a nadie tomando temperaturas, cosa que sí me hicieron cuando llegué a Nicaragua proveniente de Guatemala.
¿Es posible que el profesor viajante sintiera síntomas de resfriado y que guardara silencio? Sí es posible. ¿Por mala fe? Porque no hizo la relación síntomas y gira por Europa. La misma que no hicieron las autoridades migratorias que lo reciberon. A eso hay que añadir que los panameños sufrimos del síndrome de Súperman: eso no es conmigo y a mí nada me va a pasar.
¿Es posible que Panamá enfrente esta crisis y salga exitosa de ella? Sí es posible. ¿Por puro milagro? Porque estamos asustados. Adiós modalidad carnaval, bienvenido pánico. Ahora estamos sintonizados con lo que ocurre en el país y en el mundo. Ahora estamos exagerando las medidas higiénicas y estamos dispuestos a hacer lo que tengamos que hacer para no ser contagiados. En Panamá aprendemos a la mala. La lenta propagación del coronavirus en nuestro territorio prueba que suspender las clases, los eventos religiosos, los deportivos y los festivos; el llamado a trabajar desde casa y otras medidas similares funcionan.
El virus fallece a altas temperaturas y estos últimos días más soleados no han podido ser. Somos una población mestiza y joven, nuestra diversidad genética y juventud podrían jugar a nuestro favor. Pero también somos idiotas, estamos en cuarentena, no en vacaciones; las filas de autos rumbo al interior son largas. ¿Estamos contribuyendo a que una supuesta enfermedad capitalina se convierta en una definitiva enfermedad nacional? Por supuesto que sí. Si nuestros abuelitos comienzan a fallecer, no culpemos al gobierno; nosotros los asesinamos.
Frente al Covid-19 la indisciplina es mortal, sólo así logro explicarme el caso italiano. Lavarme las manos, no tocarme la cara, ejercicios respiratorios y ajustar mi estilo de vida a patrones saludables con férrea severidad y sin excusas. Porque las excusas también son mortales.
Lástima que tuvimos que acudir al miedo para tomar estas medidas tan necesarias, lástima que tengamos que mantenernos miedosos a punta de teorías de la conspiración, paranoia y argumentos pseudocientíficos para cuidarnos. La pandemia es de pánico, la pandemia es de estupidez, y todo para no cuestionar nuestra cultura suicida.
Lamentablemente, en estos días del Covid-19, además de los hombres y mujeres que han perdido la vida, las grandes víctimas son la serenidad y la razón.

domingo, 1 de marzo de 2020

NO APAGUES LA LUZ


“El erotismo es lo que más se opone a la reducción del hombre a cosa.”
George Bataille

El analfabetismo en educación en sexualidad ¿tiene víctimas? ¿A qué edad debe comenzar la educación en sexualidad? ¿Con la educación en sexualidad: se podría reducir el abuso infantil? ¿Facilitar las denuncias de abuso infantil? ¿Ayudar al niño a lidiar con la culpa? La educación en sexualidad, ¿evitaría que el niño abusado se convierta en alguien que identifica el sexo con la violencia y que sólo se excite agrediendo a su pareja en una eterna venganza contra su agresor? ¿Evitaría que la niña se convierta en una mujer confundida que identifica el cariño con los malos tratos y así buscará hombres que la agredan tratando de compensar eternamente el cariño que nunca recibió de su agresor?
¿Será que sí, repito, sí recibimos educación sexual? ¿Será que las supuestas canciones románticas son una forma de educación sexual? ¿Y las telenovelas? ¿Será que la televisión y las redes sociales son quienes nos enseñan a como ser hombres y mujeres?
¿Existe la ideología de género? ¿Y el machismo será la verdadera ideología de género? ¿O será el patriarcado? ¿Y será, precisamente, que el patriarcado y el machismo por ser ideologías de género se oponen furiosamente a la educación en sexualidad? ¿Será por qué el objetivo del patriarcado es la posesión de la propiedad y el de la educación en sexualidad es la felicidad de los individuos? ¿Será que a las personas felices no le interesa que los patriarcas concentren poder y riqueza? ¿Y será este último detalle es el detalle del conflicto?
¿Será que ya llegó el tiempo de encender las luces y dejarlas encendidas?