viernes, 2 de noviembre de 2007

DEFENDIENDO LAS INSTITUCIONES: ¿CUÁLES?



La característica primordial de la civilización es su fundamento institucional. Y la más importante de todas las instituciones es la ley. Gracias a ella bajamos de los árboles, abandonamos las cavernas y dejamos de cazarnos en las llanuras. Las reglas son acuerdos y los acuerdos, si queremos vivir en comunidad, hay que respetarlos.Semanas atrás en el premio Ricardo Miró, la más prestigiosa institución en el campo literario que tiene la república de Panamá, se dio otra bochornosa situación. El Miró consta de cinco secciones. Uno de los fallos fue dado de mala gana, otro declarado desierto y un tercero fue impugnado. Con respecto a los dos primeros, fallos antagónicos y que aún así se aplauden entre sí, me pregunto: ¿por qué premiar una obra en la que no se cree? Pareciera que fuese más honesto declarar desierto, que premiar y luego desconfiar de la obra laureada. Sin embargo, declarar desierto ¿no es la estrategia de siempre: protestar por todo para que nada cambie? ¿Hay seguimiento a esta acción? Del fallo impugnado, tengo entendido que se tomó tal determinación por incumplimiento de las bases del concurso y que al respecto, mucho antes de los acontecimientos, hubo una consulta verbal de la parte afectada. ¿Cuándo los ciudadanos panameños vamos a entender que toda consulta con el estado debe hacerse por escrito y que debemos exigir que se nos conteste de igual manera?También es llamativo que, siendo las bases del concurso bastante claras, el Instituto Nacional de Cultura no haya decidido actuar hasta el tercer día. ¿Qué? ¿Estaban esperando a ver quien lanzaba la mayor amenaza? ¿Apostando la honra del concurso y de los poetas participantes en un juego de pulsos y muñequeos? ¿Qué esperaba asesoría legal del INAC para actuar rápidamente e impedir que este caso se convirtiese en un escándalo de primera plana? ¿La señal de alguien para hacer cumplir la ley? O sea, que si la señal hubiese sido otra, ¿no se cumplen las bases del concurso?

3 comentarios:

Unknown dijo...

Acertado discurso. Todos cayeron en el pecado de la patria infantil: a veces se cumplen las reglas, a veces no.
Muchas salidas existieron.
1. La autora debió retirarse del concurso desde mucho antes, dada la relación existente.
2. El INAC debió escuchar (aunque en Panamá las palabras se las lleva el viento)y verificar e inmeditamente aplicar la Ley, sin revoleteos impertinentes.
3. A los periodistas ser más respetuosos cuando se dirigen a las personas. Ofendieron, a mi juicio, a la ganadora.
En cuanto al concurso de Teatro, Es desagradable que un jurado se exprese así de una obra que acepta como ganadora.
Sobre los jurados.
¿Cómo se escogen? ¿Cómo verifican si son lectores con conocimiento del idioma, conocimiento de la técnica y bibliografía del género.
Gracias por tu escrito es un llamado al areflexión.

Henry A. Petrie dijo...

Soy nicaragüense y he dado seguimiento al Miró desde hace algunos años, valorándolo como uno de los premios nacionales más pretigiosos de Centro América. Insto, tanto a funcionarios del INAC como a la comunidad de escritores, cuidarlo para beneficio de la literatura panameña. Que no suceda lo que aquí, Nicaragua, donde el Premio Nacional Rubén Darío es casi un fantasma. Mi abrazo centroamericanista.

Edilberto González Trejos - Autor dijo...

He leído con detenimiento y concuerdo en varios puntos contigo David.
En mi blog subí unas reflexiones llamadas "De lo real, lo formal, lo legal y lo justo."
Saludos