EL FRITONGO Y LAS HEURÍSTICAS
Por miguel ángel chinchilla
(escritor salvadoreño)
Recientemente Ediciones 400 Elefantes de Nicaragua, acaba de publicar dos libros de dos escritores centroamericanos amigos míos y miembros de ADECA (Asociación de Escritoras y Escritores de Centro América).
Se trata de la novela “Fritongo Morongo” del nicaragüense Henry Petrie; y de la compilación de cien artículos periodísticos titulada “Heurísticas” del panameño David Robinson.
Fritongo Morongo es un breve relato novelístico de 136 páginas, cuya locación la encontramos en el famoso Mercado Oriental de Managua, con fama de ser el más grande de Centro América,
Fritongo Morongo es un negro panzón y nalgón que un día aparece muerto y luego su cadáver desaparece misteriosamente, crimen supuesto por el cual es condenado injustamente el yerbero Nayo Cleonte, locatario del susodicho mercado.
De acuerdo con lo popular del título y el ambiente de la historia, los nombres de los personajes se convierten más bien en apodos: Camiona, Parranda, Palíndroma, Candela, Raíces, etc.
Al final, el mentado Fritongo resulta que no estaba muerto sino que andaba de parranda, luego de que el autor nos presenta una serie de intríngulis y nudos que va atando y desatando con bastante solvencia.
Debo confesar que antes de leer este libro de Petrie, sólo por el título me había forjado algunas expectativas que no se cumplieron a cabalidad. Primeramente el nivel de la paralectura se me cayó con la portada del libro, que no refleja estéticamente toda la carga popular contenida en la historia; y luego algo más serio en el nivel gramatical como es la sintaxis, que satura de baches la narración con formas inadecuadas que le restan fluidez al discurso, verbigracia: “por eso los repartió con pan Jesús a la multitud” en lugar de escribir “Por eso Jesús, los repartió con pan a la multitud” (pag.28); “que hizo apareciera” en lugar de decir “que hizo aparecer” (pag.54); “como si a su puerta llegaba” en lugar de “ como si a su puerta llegara” (pag.56); “y tantas cosas pudo dejando muertas” (pag.63); “Palíndroma pidiéndole auxilio pero no estaba para eso” en lugar de decir “Palíndroma pidiéndole auxilio aunque no estaba para eso” (pag.64).
Heurísticas por su lado es una compilación de cien artículos o notas periodísticas escritas con la brevedad de una columna, en las cuales David Robinson va señalando con buena ironía los vicios y aberraciones de la sociedad panameña, con comentarios críticos sobre asuntos filosóficos de interés (digamos) universal. Temas como el machismo, la ecología, la discriminación, las religiones, la felicidad, la identidad, los imperios, la poesía, el autoritarismo, el fútbol, el beisbol, la educación, la lectura, la familia, la política y la utopía; desfilan frente al lector con un tratamiento ligero que hoy se conoce como Light. Aunque de repente, David Robinson, este panameño con alma de niño y casi dos metros de estatura, nos sorprende escribiendo sobre la muerte de su madre a quien llama con amor de hijo la Leona de las Orquídeas.
Son cien cibertículos, así como el mismo los llama, cada uno precedido por un epígrafe. En el centésimo texto, el autor nos habla de cómo nacieron estas notas, con un comentario sobre la película “el sastre de Panamá” que “para mí –dice David- fue un verdadero desastre”. Curiosamente dicha nota no viene incluida en este libro de 202 páginas.
Sobre el título “Heurísticas”, demasiado poético o demasiado epistemológico (según se vea) para la ligereza de los textos, el autor responsabiliza a Eduardo Soto “a quien se le ocurrió crear la columna en este diario” (¿cuál diario?) “El nombre se le debe a Ricardo Quiel”, acota David.
Qué bueno entonces que Ediciones 400 Elefantes, aparte de su tradicional revista, esté publicando hoy día a diversos autores del istmo en diferentes géneros; personalmente pienso que el género periodístico elevado a la categoría de literatura se hace pertinente promoverlo, sobre todo el periodismo cultural que tanta falta nos hace en la consolidación de criterios, gustos y regustos.
Otros títulos publicados por 400 Elefantes, son: ¿para qué tanto cuento? de Juan sobalvarro; los días heridos de Leticia Luna; Cruce de poesía Nicaragua-El Salvador; Poesía de fin de siglo Nicaragua-Costa Rica; Novísima poesía nicaragüense del tercer milenio, y; la escritura vigilante de Ezequiel D’León Masis. ¡Abur!
Por miguel ángel chinchilla
(escritor salvadoreño)
Recientemente Ediciones 400 Elefantes de Nicaragua, acaba de publicar dos libros de dos escritores centroamericanos amigos míos y miembros de ADECA (Asociación de Escritoras y Escritores de Centro América).
Se trata de la novela “Fritongo Morongo” del nicaragüense Henry Petrie; y de la compilación de cien artículos periodísticos titulada “Heurísticas” del panameño David Robinson.
Fritongo Morongo es un breve relato novelístico de 136 páginas, cuya locación la encontramos en el famoso Mercado Oriental de Managua, con fama de ser el más grande de Centro América,
Fritongo Morongo es un negro panzón y nalgón que un día aparece muerto y luego su cadáver desaparece misteriosamente, crimen supuesto por el cual es condenado injustamente el yerbero Nayo Cleonte, locatario del susodicho mercado.
De acuerdo con lo popular del título y el ambiente de la historia, los nombres de los personajes se convierten más bien en apodos: Camiona, Parranda, Palíndroma, Candela, Raíces, etc.
Al final, el mentado Fritongo resulta que no estaba muerto sino que andaba de parranda, luego de que el autor nos presenta una serie de intríngulis y nudos que va atando y desatando con bastante solvencia.
Debo confesar que antes de leer este libro de Petrie, sólo por el título me había forjado algunas expectativas que no se cumplieron a cabalidad. Primeramente el nivel de la paralectura se me cayó con la portada del libro, que no refleja estéticamente toda la carga popular contenida en la historia; y luego algo más serio en el nivel gramatical como es la sintaxis, que satura de baches la narración con formas inadecuadas que le restan fluidez al discurso, verbigracia: “por eso los repartió con pan Jesús a la multitud” en lugar de escribir “Por eso Jesús, los repartió con pan a la multitud” (pag.28); “que hizo apareciera” en lugar de decir “que hizo aparecer” (pag.54); “como si a su puerta llegaba” en lugar de “ como si a su puerta llegara” (pag.56); “y tantas cosas pudo dejando muertas” (pag.63); “Palíndroma pidiéndole auxilio pero no estaba para eso” en lugar de decir “Palíndroma pidiéndole auxilio aunque no estaba para eso” (pag.64).
Heurísticas por su lado es una compilación de cien artículos o notas periodísticas escritas con la brevedad de una columna, en las cuales David Robinson va señalando con buena ironía los vicios y aberraciones de la sociedad panameña, con comentarios críticos sobre asuntos filosóficos de interés (digamos) universal. Temas como el machismo, la ecología, la discriminación, las religiones, la felicidad, la identidad, los imperios, la poesía, el autoritarismo, el fútbol, el beisbol, la educación, la lectura, la familia, la política y la utopía; desfilan frente al lector con un tratamiento ligero que hoy se conoce como Light. Aunque de repente, David Robinson, este panameño con alma de niño y casi dos metros de estatura, nos sorprende escribiendo sobre la muerte de su madre a quien llama con amor de hijo la Leona de las Orquídeas.
Son cien cibertículos, así como el mismo los llama, cada uno precedido por un epígrafe. En el centésimo texto, el autor nos habla de cómo nacieron estas notas, con un comentario sobre la película “el sastre de Panamá” que “para mí –dice David- fue un verdadero desastre”. Curiosamente dicha nota no viene incluida en este libro de 202 páginas.
Sobre el título “Heurísticas”, demasiado poético o demasiado epistemológico (según se vea) para la ligereza de los textos, el autor responsabiliza a Eduardo Soto “a quien se le ocurrió crear la columna en este diario” (¿cuál diario?) “El nombre se le debe a Ricardo Quiel”, acota David.
Qué bueno entonces que Ediciones 400 Elefantes, aparte de su tradicional revista, esté publicando hoy día a diversos autores del istmo en diferentes géneros; personalmente pienso que el género periodístico elevado a la categoría de literatura se hace pertinente promoverlo, sobre todo el periodismo cultural que tanta falta nos hace en la consolidación de criterios, gustos y regustos.
Otros títulos publicados por 400 Elefantes, son: ¿para qué tanto cuento? de Juan sobalvarro; los días heridos de Leticia Luna; Cruce de poesía Nicaragua-El Salvador; Poesía de fin de siglo Nicaragua-Costa Rica; Novísima poesía nicaragüense del tercer milenio, y; la escritura vigilante de Ezequiel D’León Masis. ¡Abur!
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