domingo, 31 de mayo de 2020

LA OTRA PANDEMIA


"Las teorías de la conspiración son los nuevos mitos de la sociedad."
Edilberto González Trejos
¿Por qué una bala puede matar? Porque concentra su fuerza en un área pequeña. Así es el Covid-19, provocó una cantidad de muertos, en tan poco tiempo, que rebasó la capacidad de los servicios sanitarios y, de paso, dejó en evidencia lo tantas veces negado: las ganancias son más importantes que la vida humana. Otros fenómenos también quedaron al descubierto.
Tantas dudas alrededor del SARS-CoV-2 me dice que el rigor científico dejó de ser riguroso. Quizás fue por los protocolos burocráticos, la corrupción, los interese creados, la pérdida de confianza en las instituciones o la prevalencia del pensamiento mágico. El resultado ha sido el asesinato de la verdad. No importa descubrir y comprender la realidad, importa confirmar el prejuicio que se tiene. De allí la proliferación de las teorías de la conspiración.
Las teorías conspirativas, para poder conspirar, elevan a divinidad a los ya poderosos magnates y gobernadores del mundo. ¡Dioses que ahogan a sus subyugados en la impotencia! ¡No hay alternativa a sus dictámenes! Pienso que tal comportamiento es reiterativo en la historia humana. ¿Y si no era un dios griego el violador de las ninfas, sino un monarca déspota? ¿Sería consuelo, para una campesina, pensar que fue Zeus el autor de sus desgracias?
Hoy, conspirativamente hablando, parece que el mundo quedó reducido a someterse a la voluntad de quien salga vencedor del supuesto conflicto entre un multimillonario globalizador (Bill Gates), un gobierno tiránico (el de China) y un presidente  desalmado (Donald Trump). ¿No hay más opciones? ¿O es que sólo nos merecemos o vivir regidos por un orden mundial totalitario o plagados por cientos de sangrientas dictaduras?

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