domingo, 9 de septiembre de 2012

EL MAESTRO AMIGO



 El maestro amigo en acción
“Un  conocido te ofrece el sofá para que duermas. Un amigo te brinda su cama, se acuesta en el suelo... y no te deja dormir en toda la noche conversando contigo.”
Anónimo
Varias veces he mencionado los nombres de Collado Mendieta, Ríos Torres y Jaramillo Levi como los responsables, pasada la Invasión a Panamá, de la reorganización del mundo literario en la última década del siglo pasado. Pero luego del regreso del territorio canalero a la soberanía del estado panameño, este país se transformo. La literatura también, pasaron a la palestra otras figuras y una de ellas fue y es fundamental para las nuevas voces narrativas.
Hablo del maestro amigo, de la mano extendida que da la bienvenida a los escritores recién nacidos, hablo de Ariel Barría. Pienso que el auge editorial que se ha dado en Panamá no tendría su actual tesitura sin las palabras de aliento de don Ariel.
Sí, porque cuando uno indaga sobre las relaciones entre los escritores del siglo XX panameño encuentra mucha discordia, conflicto, enfrentamiento y franca guerra. Tal vez la actitud del profesor Barría ha determinado, en algo, una actitud entre los noveles escritores; ya que han sido recibidos con cariño, les queda poco espacio para riñas infantiles.
Además de amigo, don Ariel es maestro. En cualquier foro donde se encuentre imparte, esparce e inculca no sólo conocimiento, sino cariño por la literatura panameña. ¿Su técnica? Las analogías: por ejemplo, esta me encantó, en estos días explicó la pérdida de la memoria en los individuos como la negativa de una neurona a dialogar con otra, negación que se concreta con ella, la neurona que no quiere platicar, dándole la espalda a la neurona que desea conversar.
Estas palabras mías nacen del deseo de imitar la camaradería, del anhelo de plasmar por escrito este sentir: la literatura es amistad y la amistad es un fenómeno gratuito y no un negocio.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando empece a leer, "el maestro amigo" no pensaba que se trataba de el.
Tuve que terminar de leerlo para que dejara de aflorar el ramo de lagrimas que nacieron en sus ojos.
Muy lindas palabras. Muchas gracias: Amigo!

David C. Róbinson O. dijo...

Por tus palabras, creo que eres Gloria, sino lo eres, de todas maneras valen estas palabras: la literatura es amistad y la amistad es una realidad entre nosotros (aunque no seas Gloria).

Edilberto González Trejos - Autor dijo...

Eso es verdad, David, muy acertado.
Casi un hermano mayor, en mi caso. Sin exagerar.

Luna Sofía dijo...

jejejejeje me gusta lo de las neuronas y lo del amigo que te da su cama para dormir, eso dice mucho... No conozco al maestro, pero felicidades por tenerte como amigo.

Venus Maritza Hernández dijo...

Hola David: Gratas frases que hablan del interés que debe existir entre escritores. Existe en algunos pero como en todo, hay personas que sólo se centran en ellas mismas, y es lamentable, pues la literatura es inmensa y siempre surgen nuevos literatos, que si bien algunos son noveles otros no tanto, debido a su práctica y lectura durante toda la vida.
La reciprocidad e interés siempre debiera existir, pero el altruismo entre colegas es muy escaso. Nos queda hacer un esfuerzo por no centrarnos sólo en nosotros mismos, si no interactuar entre todos los escritores, con la finalidad de incrementar nuestras visiones y saber contemplar otros panoramas literarios emergidos de otros autores.

Ancel dijo...

Muy ciertas tus palabras David, sin importar a donde te lleven las mareas de la vida, al regresar a la orilla los buenos amigos siempre te esperan brindando por tu regreso, deseosos de escuchar tus anegdotas. Orgulloso siempre estoy de contar con la amistad tuya, de Ariel, Gloria, Songo y todos los que compartimos en comùn el amor por las letras.