Niña leyendo-Iman Maleki
“La literatura es una práctica estética que nos da sentido cuando nosotros la construimos hermosa y libre, como una mulata que camina por la playa con un clavel en el pelo.”
Mario Roberto Morales
En septiembre de 1991 publiqué mi primer libro, fui beneficiado por un equipo de hombres que decidieron acabar con el paradigma que hasta ese momento reinaba en Panamá: publicar es cosa de unos cuantos elegidos. Aunque no siempre trabajaron armoniosamente, Ramón Oviero, Héctor Rodríguez, Pablo Penacho y Enrique Jaramillo Levi levantaron parte de las tinieblas que dejaron sobre el país las tropas invasoras el 20 de diciembre de 1989. Estos señores plantearon soluciones tan simples y efectivas como utilizar unos rollos de papel periódico abandonados en depósitos, realizar talleres literarios para convocar a una nueva generación de escritores, llamar a los escritores jóvenes y no tan jóvenes que ya tenían una trayectoria. Los resultados de sus decisiones fueron determinantes para el devenir editorial literario de la nación panameña.
Otro momento fuerte fue a mediados de la década de los 90, cuando apareció el Círculo de Lectura de la USMA, dirigido por el profesor Ricardo Ríos Torres. Esta organización no tardo mucho en dedicarse a promocionar las publicaciones de un grupo de escritores que más tarde se organizarían en la Editorial Amigos: Neco Endara y Rosa María Brito, entre otros. Luego, de su seno nació una generación de escritores jóvenes que también fueron acogidos y promocionados por el Círculo de lectura de la USMA. Entre ellos, María Gilma Arrocha y Ramón Francisco Jurado. Por último, el Círculo de Lectura de la USMA enfiló casi la totalidad de su potencial a promocionar la obra de su coordinador, el profesor Ricardo Ríos Torres.
Con el nuevo milenio llegó la crisis económica llamada por muchos el “Síndrome Mireya”, refiriéndose a la Presidenta de la República Moscoso. Está provocó que muchas imprentas abandonarán sus impresiones habituales e incursionarán en el negocio de la impresión de libros, lo cual conllevó una baja en los precios y por ende un auge de las auto-publicaciones de los escritores panameños. El mundo literario creció en volumen, pero no necesariamente en calidad.
Es importante mencionar que hay un ejemplo de tenacidad: el señor Henao y la Editorial Portobelo. Y otro de mercadeo exitoso: Rose Marie Tapia. Tengo la impresión de que la incursión de las grandes editoriales ha sido afectada fuertemente por la crisis mundial. Un fenómeno tecnológico, la impresión digital, vino a resolver el problema de almacenamiento, pero no garantiza bajos precios. Otros héroes que hay que mencionar es a la Editorial Nueve Signos, pero hasta ahora, al igual que todas las otras gestiones heroicas y no heroicas, no ha resuelto el principal problema del mundo de las publicaciones literarias. ¿Saben cuál es el principal problema del mundo editorial? No es imprimir el libro, el principal problema del mundo editorial es la distribución del libro. Ya tenemos al niño impreso en papel, ¿y ahora qué hacemos con él? Ese es el gran reto a superar por el próximo siglo.
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