domingo, 27 de diciembre de 2020

            


              PANDEMIA, CONOCIMIENTO Y PODER

"Las teorías de la conspiración son los nuevos mitos de la sociedad."

Edilberto González Trejos

¿Por qué una pequeña bala puede matar a un enorme elefante? Porque concentra su fuerza en un punto del organismo del paquidermo. El Sars-Cov-2, en un corto lapso y con una baja mortalidad, hirió de gravedad los ya maltrechos sistemas sanitarios del mundo. También a la educación. Y todo gracias a la desigualdad social derivada del sistema económico imperante.

La pandemia sacó a la luz lo que ya estaba ocurriendo: desigualdad social, corrupción política, desconfianza institucional; también la forma de construir conocimiento y de esbozarlo en un discurso. ¿Será este fenómeno otra forma de generar desigualdad social?  

Aristóteles afirmaba que las mujeres, por ser inferiores, tenían menos dientes que los hombres. Daba argumentos lógicos muy contundentes, pero jamás abrió la boca de una mujer y le contó sus dientes. Kepler construyó un modelo geométrico que explicaba perfectamente el movimiento de los planetas alrededor del sol. Sin embargo, al contrastarlo con las observaciones astronómicas comprobó que no se ajustaba a la realidad, tuvo que ajustarlo, cambiarlo hasta que modelo y observaciones coincidieron. ¿Cuál de los dos procederes nos trajo el actual desarrollo? La ciencia es capaz de auto renovarse. De cambiar sus premisas si los hechos las niegan. Pero hoy la realidad real importa menos que la realidad alterna. Inventar hechos que sustenten la más loca opinión está por encima de observar los mismos hechos y lograr, aunque sea un poco, explicarse la realidad. Hoy hay quienes leen revistas científicas sólo para corroborar su realidad alterna, pues descartan todo artículo que no coincida con su mito. ¿Este fenómeno es otra forma de generar desigualdad social? Por supuesto que sí, quien posea la información veraz, tiene el poder y la riqueza. Despedir a Kepler y recibir a Aristóteles es una forma de dominación.

domingo, 14 de junio de 2020

EL CAUDILLO Y SUS SEGUIDORES



“Hegel observa en alguna parte que todos los grandes acontecimientos y personajes de la historia mundial se producen, por así decirlo, dos veces. Se le olvidó añadir: la primera vez como tragedia, la segunda como farsa.”
Karl Marx
¿Por qué el caudillo tiene seguidores? Pregunta cuya respuesta es esencial en nuestras latitudes, incluso, en nuestros hogares. El poder y los métodos para alcanzarlo y mantenerse en él permean a todos los niveles a todas las sociedades y grupos humanos.
¿Por qué el caudillo tiene seguidores? Primero, porque les da a sus adeptos elementos emocionales para identificarse entre sí y así agruparse en una manada. En la manada liderada por el caudillo. Dentro de ésta satisfacen las necesidades de sentirse seguros, de pertenecer a algo mayor a ellos mismos y de sentirse útiles realizando labores a favor de la causa de la manada, es decir, a favor de los intereses del caudillo. Algo importante a resaltar es que todo miembro de la manada siente que recibe una cuota, aunque sea ínfima, del poder que emana del caudillo. Se siente superior al individuo que no pertenece a su servil gremio.
Aunque sufra directa o indirectamente la violencia del caudillo, un miembro de la manada, al final, se siente halagado porque dejó de ser un nadie y pasó a ser alguien digno de la atención del caudillo, no importa que esta sea patológica.
En la manada hay varios tipos de seguidores. El más peligroso es el violento. Él asume la tarea de vigilar al resto de la manada y obligarlos, si es necesario y siempre es necesario, a dar constantes muestras de lealtad al caudillo. Si por mala suerte algún fiel seguidor olvida dar su periódica manifestación de sometimiento al caudillo, será rápidamente reprimido. En la mente del violento, provocarle dolor a un allegado no solamente es por el bien de la manada, también por el bienestar del reprimido. Su misión es salvarlo de la herejía de no adorar al caudillo. Si ese es el destino de los leales, pobres de los disidentes. Este tipo de seguidor, ante la argumentación lógica y racional responde con la agresión. Mientras más contundente es el argumento contra el caudillo, más cruel e intensa es la réplica violenta.
Otro tipo de seguidor es el masa. Éste no es capaz de iniciativas propias, pero en grupo es impredecible; demasiado fácil puede convertirse en parte de una estampida destructora. Siempre espera las indicaciones del caudillo y de sus voceros, quienes sí son inteligentes y saben cómo alentar a los violentos a cumplir su cometido. El masa frente a la argumentación lógica y racional termina confundido, entonces, o se repite dogmáticamente las consignas del caudillo que siempre son la verdad, o debe ser nuevamente programado por un vocero, que si es capaz de debatir.
El seguidor miedoso procura estar fuera del radar de todo el mundo. Le teme al caudillo, a los disidentes, a la manada y a su propia sombra. El miedo encarnado. Ante la argumentación lógica y racional guarda absoluto silencio. Únicamente le suda fríamente la frente. El caudillo sabe que estos le temen tanto que nunca harán nada en su contra. Para la disidencia los miedosos son seres incomprensibles y para los violentos son sus más propicias víctimas, su principal causa de alegría. Sin embargo, pueden darse situaciones donde el miedoso se convierte en el más violento de todos los violentos.
¿Por qué el caudillo tiene seguidores? Porque asume ciertos comportamientos que mantienen o asustados o alentados o fascinados a sus seguidores. El caudillo frente a la argumentación lógica y racional, no tiene mucho interés en contestar a quien lo interpela, más bien lo que diga o haga va dirigido a la manada. Y la manada sabe que es a ella a quien se dirige. Sea que conteste con la verdad de los hechos o demagógicamente, sea que ordene una represión o un acto de bondad, no importa, siempre le habla a la manada, a la fiel manada. Así la manada deja de ser un conjunto de individuos y se transforma en un individuo tocado por su mesías.
¿Por qué el caudillo tiene seguidores? Porque el caudillo está convencido de que sólo él puede dar respuesta a las necesidades de la manada y convence a la manada de dicho axioma. Y precisamente, por esa cualidad, es merecedor de todos los beneficios que puede obtener de la manada. Ningún privilegio es excesivo. Y también convence a la manada de tal dogma, ella se siente privilegiada por ser la garante de la vida placentera del caudillo.
¿Por qué el caudillo tiene seguidores? Porque se encarga de llenar de incertidumbres la historia, las noticias y las instituciones sociales. Sumerge a la manada en un pantano de inseguridades y se presenta como lo único cierto y firme. Dios en el cielo, el diablo en el infierno y él, el caudillo, en la tierra. ¿Qué mejor orden que ese?
Por último, el éxito del caudillismo, de cualquier caudillismo, consiste en lograr que los seguidores renuncien a ejercer su propio poder a favor de sus intereses y que lo hagan para garantizar los beneficios y privilegios del caudillo. ¿Qué por qué el caudillo tiene seguidores? Porque logra que sus seguidores vean su pequeña cuota de poder magnificada en su persona: la majestad del caudillo.

domingo, 31 de mayo de 2020

LA OTRA PANDEMIA


"Las teorías de la conspiración son los nuevos mitos de la sociedad."
Edilberto González Trejos
¿Por qué una bala puede matar? Porque concentra su fuerza en un área pequeña. Así es el Covid-19, provocó una cantidad de muertos, en tan poco tiempo, que rebasó la capacidad de los servicios sanitarios y, de paso, dejó en evidencia lo tantas veces negado: las ganancias son más importantes que la vida humana. Otros fenómenos también quedaron al descubierto.
Tantas dudas alrededor del SARS-CoV-2 me dice que el rigor científico dejó de ser riguroso. Quizás fue por los protocolos burocráticos, la corrupción, los interese creados, la pérdida de confianza en las instituciones o la prevalencia del pensamiento mágico. El resultado ha sido el asesinato de la verdad. No importa descubrir y comprender la realidad, importa confirmar el prejuicio que se tiene. De allí la proliferación de las teorías de la conspiración.
Las teorías conspirativas, para poder conspirar, elevan a divinidad a los ya poderosos magnates y gobernadores del mundo. ¡Dioses que ahogan a sus subyugados en la impotencia! ¡No hay alternativa a sus dictámenes! Pienso que tal comportamiento es reiterativo en la historia humana. ¿Y si no era un dios griego el violador de las ninfas, sino un monarca déspota? ¿Sería consuelo, para una campesina, pensar que fue Zeus el autor de sus desgracias?
Hoy, conspirativamente hablando, parece que el mundo quedó reducido a someterse a la voluntad de quien salga vencedor del supuesto conflicto entre un multimillonario globalizador (Bill Gates), un gobierno tiránico (el de China) y un presidente  desalmado (Donald Trump). ¿No hay más opciones? ¿O es que sólo nos merecemos o vivir regidos por un orden mundial totalitario o plagados por cientos de sangrientas dictaduras?

domingo, 3 de mayo de 2020

EDUCACIÓN Y CONVIVENCIA CON EL SARS-CoV-2


EDUCACIÓN Y CONVIVENCIA CON EL SARS-CoV-2
“Un hombre sabio puede aprender más de una pregunta absurda que un tonto puede aprender de una respuesta sabia.”
Bruce Lee
En la prehistoria de mi carrera docente fui líder juvenil y, siéndolo, entendí que memorizar no es conocer y que saber diversas dinámicas y técnicas pedagógicas no es lo mismo que ser dinámicamente pedagógico.
Para ser dinámicamente pedagógico, es importante entender que así como yo tengo mi historia, así mismo la tienen los estudiantes. Cuando se presenta alguna situación especial con alguno de ellos, recuerdo que hice cuando estuve en una situación parecida. La tecnología y las redes sociales no han convertido en otra especie a los jóvenes de hoy, siguen con las mismas necesidades que yo tuve. Me parece que así no me la paso descubriendo el agua tibia.
Estoy convencido que educar es motivar a auto-educarse. Nadie te saca de la ignorancia, los buenos docentes te dan pistas para que tú descubras en qué eres ignorante. Ya te toca a ti decidir si te mantienes o no en la oscuridad. El conocimiento pasa por esa decisión. Educar es incitar al estudiante a decidirse por la luz. Es necesario sacarlo de su zona cómoda, desinstalarlo. A veces en Panamá, muchas más veces de las deseadas, hay que educar en contra del oxidado sistema educativo panameño. Éste no funciona a partir de la institucionalidad, si no de la buena o mala voluntad del funcionario a cargo. El SARS-CoV-2 dejó en evidencia esta última falencia.
Otras son: Un niño en primaria fracasa en español y matemáticas, saca buenas notas en religión, deportes y manualidades y pasa. Un joven en secundaria fracasa, rehabilita y lo que no resolvió en 3 trimestres, lo hace en tres semanas. Hay mucho docente instalado en el siglo 20, la administración escolar es poco científica y la corrupción abunda. El resultado: cruel inequidad.
Entonces, ¿qué hacer? Hacer algo por la sensación de estar haciendo algo, es hacer nada. La pandemia nos sorprendió a todos. Y eso hay que asumirlo. Y no se asume improvisando. ¿El  Ministerio de Educación abandonará la política de untar pasta de diente sobre llagas cancerosas?
Esta pandemia me sorprendió. Lo asumo. Algún día regresaremos al salón de clases, a convivir, porque es en la convivencia y en el intercambio donde se aprende. Volveré a retar a los estudiantes, desinstalarlos, desinstalarme. Pero esta vez hay algo diferente: el SARS-CoV-2 nos lastimó, no se puede decir aquí no ha pasado nada. En el nuevo regreso voy a partir desde este punto: estos muchachos vienen con una historia que yo nunca viví a la edad que ellos tienen.

domingo, 12 de abril de 2020

COVID 19: ¿UNA OPORTUNIDAD?



“Las viejas ideas se acentúan con Internet, ya que no por ser más tecnológico el mundo es más igualitario.”
Remedios Zafra

Con el Covid-19, el emperador (el sistema sociopolítico y económico que decide nuestro destino) ha quedado desnudo, sin embargo, pareciera que vivimos en un mundo de ciegos, o por lo menos, en un mundo de seres que no saben mirar.
Los acontecimientos indican que el SARS-CoV-2 no nos trata por igual a todos. Una mansión no es una residencia. Una residencia no es una casa. Una casa no es un cuarto. Para la mayoría de la población esto que acabo de exponer es una obviedad que raya en idiotez. El problema estriba en que todos vemos al emperador desnudo, pero muy pocos lo miran.
Miremos a una pareja que habita un caluroso cuarto con sus hijos, el baño es compartido con los habitantes de otros cuartos. En su día a día, procuran no estar todos a la vez dentro del cuarto. Gracias a la cuarentena obligatoria, los adultos no pueden salir a vender tomates en el semáforo y los menores no asisten a la escuela. Sus reservas se agotan. Aumenta el estrés y la preocupación. Cosa parecida ocurre con el resto de los vecinos. Rompen la cuarentena. Igual ocurre en otro punto del espectro social: familias que solamente se soportan en las fotos que cuelgan en redes sociales, con estilos de vida sostenidos por tarjetas de créditos sobregiradas. Y aunque efectivamente viven en cuartos separados, al toparse…estallan. Rompen la cuarentena.
Demasiadas familias hoy se están asfixiando. Y se repite en demasiados puntos del planeta. Los afectados despotrican contra el gobierno y muchos despotrican contra ellos. Todos ven el problema, sin embargo, ¿miran el problema? En este caso, ¿qué sería mirar el problema?
Para comenzar a mirar la crisis hay que entender que ella ya existía antes de la pandemia. Covid-19 ha dejado bastante claro que vivimos, desde hace mucho tiempo, en sociedades con sistemas sanitarios y educativos estropeados a propósito, donde la movilidad social es un espejismo (la clase media sigue siendo asalariada y dependiente). Un virus, una molécula de ARN, así como la bola de boliche, derribó varios supuestos en los que se sostenía nuestra vida. Este coronavirus ha dejado bastante claro que empobrecidos y endeudados comparten el mismo nicho ecológico: ser quienes paguen los platos rotos.
Pasar de ver a mirar es arduo y lo es por la forma mágica que funciona nuestra mente. Para mirar la crisis hay que asumir el pensamiento crítico como sistema operativo mental. Y allí reside la dificultad. Estamos programados para suponer que la crítica es un malestar innecesario.
No hay crítica constructiva o destructiva, o hay o no hay crítica. Crítica es analizar, entender y evaluar la forma en que se organizan las ideas; esa organización determina nuestra interpretación del mundo, es decir, de esa organización personal de conocimientos depende lo que consideremos que es la verdad. Pensamiento crítico es, primero, ajustar las propias ideas y luego enfrentar las ajenas. El pensamiento crítico científico es ajustar las propias ideas a los hechos, las evidencias y las conclusiones obtenidas de las pruebas realizadas.
El pensamiento crítico descubre y comprende la relación natural entre causas, acciones y consecuencias. La magia, por el contrario, asume como causa cualquier ocurrencia aleatoria, por ejemplo, mi equipo favorito perdió el juego porque yo no usé mis calcetines de la buena suerte; si mi vecino, que es partidario del equipo contrario, tampoco usó su suéter de la fortuna, y aun así su equipo ganó, mi pensamiento mágico entrará en contradicción a la hora de explicar el por qué no quedó empate el partido. El pensamiento mágico tarde o temprano concluirá en un absurdo. El pensamiento crítico tarde o temprano aterrizará en una pregunta. En esta crisis, la magia nos empuja a tragar remedios dudosos, la crítica a investigar y confirmar la información.
¿Qué dice la evidencia sobre el día después de la crisis provocada por el Covid-19? Dice   que vamos a seguir mal. El aprieto sanitario agravó el problema económico y sociopolítico. Los porcentajes del desempleo están disparados. Igual la violencia intrafamiliar. Son demasiados años maltratándonos y justificando a quien nos maltrata; eso no va a desaparecer así como así.
Sin embargo, bajo la sombra de este pésimo augurio se oculta una oportunidad. ¡La oportunidad de ponerle fin al maltrato! Quien mire al emperador desnudo, quien mire el sistema sociopolítico y económico responsable de esta crisis, de los efectos inesperados del Covid-19, mirará la oportunidad de vestirse con buena educación, con organizaciones sociales honestas; se vestirá con solidaridad. Para mirar la oportunidad hay que abandonar la magia y desarrollar el pensamiento crítico. Hay que analizar, entender y evaluar la forma en que organizamos nuestras ideas, las que nos dicen que es verdad y que no lo es.
¿Podremos? ¿Podremos hacerlo? ¿Seremos capaces de mirarla a ella, a la oportunidad? ¿O la dejaremos pasar de largo por preferir seguir en la cómoda y descomprometida ignorancia mágica? ¿Seguiremos creyendo vehementemente que el emperador está vestido?

domingo, 15 de marzo de 2020

EN LOS DÍAS DEL COVID-19


“Aunque el rebelde debe actuar porque cree que es lo correcto, también puede actuar reconociendo que podría estar equivocado.”
Albert Camus

Una observación es un acto individual, yo observo como el viento mueve las hojas de un árbol. Un hecho es un acto colectivo, también mi familia y vecinos observan como el viento mueve las hojas. Un dato es un acto académico, el hecho del árbol y el viento lo hago parte de un argumento, el viento mueve las hojas del árbol y nos trae fresco o puedo decir que el viento al sacudir al árbol llena el patio de hojas. El mismo hecho para dos argumentos diferentes y contrarios. Los hechos por sí solos no necesariamente construyen conocimiento, los hechos deben ser interpretados e insertados dentro de un construido teórico. Un argumento.
Lo que menos he escuchado y leído durante la crisis provocada por la pandemia del Covid-19 son argumentos. Mucha opinión personal muy alejada de argumentaciones sólidas, por el simple evento de partir, no de hechos, si no de supuestos. Una observación no se convierte en hecho por yo decir con mucha autoridad: es un hecho o está científicamente probado, mi observación se convierte en hecho cuando otros observan independientemente lo mismo que yo estoy observando, subrayo independiente. Un supuesto es una presunción que no necesita verificarse y al que puedo sumarme por razones ideológicas o emocionales.
Precisamente, para evitar ese desliz, el pensador crítico problematiza los hechos para así descartarlos en caso de comprobar que sólo son supuestos. Claro, eso si se quiere esbozar un argumento, si únicamente se desea dar una opinión personal, no es necesario. Tal opinión será una falacia si se disfraza de ciencia. La ciencia parte de los hechos, no de los supuestos. ¿Qué es problematizar? Es hacerse preguntas, muchas preguntas sobre el supuesto hecho. Dudar sobre su veracidad. Luego, si se desea pasar de la crítica a la ciencia, viene el proponer posibles respuestas (hipótesis), buscar información ya existente sobre el tema, escudriñar evidencias y hacer pruebas, redactar conclusiones. Estas conclusiones no son dogmas. Listo.
Me gustaría argumentar sobre algunas opiniones que circulan en las redes sociales y medios de comunicación masivos. La primera de ella dice que el virus fue sintetizado en un laboratorio y liberado adrede para reducir la población mundial. ¿Se fabrican virus en laboratorios? ¡Sí! ¿Puede ocurrir un accidente y un virus letal ser liberado? Definitivamente, sí. Ese no es el punto. Se trata de si su liberación fue adrede y para reducir la población. Esta opinión tiene dos versiones. La primera, el gobierno chino liberó el virus. ¿Por qué lo haría? ¿Qué gana? ¿Por qué Wuhan y no Hong Kong o el Tibet o el mismo Taiwan? Sus dolores de cabeza. Además, Wuhan es conocida como el Chicago de China, yo la  llamaría la Panamá de China por su papel neurálgico en las comunicaciones a lo interno del país. ¿Por qué el Partido Comunista Chino, cuyo gran plan es la Nueva Ruta de la Seda, se pegaría un tiro en el pie infectando una de las ciudades fundamentales para dicho plan? Wuhan está cerca de la presa de Las Tres Gargantas, hidroeléctrica fuente de la energía necesaria para llevar adelante sus planes.
La segunda versión es que se trata de un ataque biológico de potencias extranjeras. En una economía globalizada, ¿quién gana? ¿Trump al regresar puestos de trabajos a EUA? ¿Los capitalistas estadounidenses regresarían al modelo que ellos mismos desmantelaron? ¿La Unión Europea al sacar a China de la carrera por el dominio tecnológico? Entonces, ¿por qué atacar Wuhan y no Shenzen donde se encuentra el cuartel general de Huawei? También se afirma que el virus fue sintetizado y liberado para vender vacunas, resulta que el pronóstico más optimista habla de tener el medicamente para el año que viene, 2021.
Quienes defienden la opinión anterior en sus dos versiones, descartan por completo el origen animal de la pandemia. ¿Existe el curry de murciélago? Sí. ¿Al manipular masivamente murciélagos se puede contaminar otros alimentos, por ejemplo, peces y mariscos? Sí. Vi un video donde un infante chino se metía una y otra vez a la boca un sapo vivo y con el beneplácito de los adultos presentes. Yo lo hago y se me hincha la boca, simple y llanamente, porque mi sistema inmunológico no está preparado para metabolizar las secreciones cutáneas del batracio.
A lo largo de la historia de la humanidad, desde el neolítico hasta la fecha, ésta se ha visto amenazada por grandes pestes provenientes del ganado y de las plagas que conviven con ella. Cerdos y ratas. Así que, ¿por qué extrañarse que una y otra vez aparezca una nueva enfermedad en un pueblo que tiene costumbres milenarias de alimentarse con animales portadores de virus?
¿Este coronavirus está reduciendo la población humana del planeta? No. Y si algún poder planetario tuviese esa intensión, ese poder planetario tiene a su disposición otros agentes patógenos más eficientes. El ébola o el mismo SARS que ya nos demostraron su letalidad. ¿El Covid-19 es para reducir la población de ancianos del mundo? La diabetes y la hipertensión ya lo están haciendo. Y como no se quiere cuestionar los estilos de vida, se grita a los cuatro vientos: los gobiernos mienten sobre las cifras de infectados y muertos por la infección.
Al 11 de marzo de 2020 los infectados alrededor del mundo eran 121 560, los fallecidos 4 370. La población mundial en octubre del 2019 era alrededor de 7 mil 700 millones. De acuerdo a estas cifras, el porcentaje de infectados a nivel mundial es: de infectados 0.002% y de fallecidos 0.00006%. Para ser un virus que se transmite tan rápido (ya es una pandemia) su letalidad es muy baja. Para llegar al 2% de la población mundial infectada hay que multiplicar por mil las cifras oficiales y ni así se llega al 1% de fallecidos. Quizás el tiránico gobierno chino tenga la capacidad de ocultar millones de infectados y muertos, el resto del mundo no la tiene.
En Panamá, según entiendo, esto son los hechos: en febrero el virus entró a la nación y comenzó a difundirse (carnavales de por medio). El profesor Norato González muere el domingo 8 de marzo. El lunes 9 de marzo el gobierno anuncia que el primer caso detectado era una panameña viajante proveniente de España. La crisis estalla el martes 10 de marzo. Entre el miércoles 11 y el jueves 12 de marzo la población se lanza histérica a comprar alcohol, gel alcoholado, cloro y otros implementos de limpieza. Jabón de baño, no. El viernes 13 de marzo de 2020 las autoridades explican cómo fue la infección del docente fallecido: el 14 de febrero un profesor que viajó por Europa fue a darle el pésame al profesor Norato (por el fallecimiento de su madre), al lunes siguiente este docente viajero se sumó a la semana de organización del colegio Beckman, asistiendo el viernes 21 de febrero al consejo de profesores. Los tiempos de infección, incubación y enfermedad cuadran. Lo que no cuadra y provoca malestar es la forma confusa con la que inicialmente se manejaron las primeras informaciones.
¿Es posible que el gobierno y sus autoridades hayan ocultado información? Sí es posible. ¿Por mala fe? Por negligencia. En Panamá vamos por la vida totalmente convencidos de que Dios es panameño y de que nada desastroso puede ocurrirnos. Vemos las señales de peligro y nos decimos: no pasa nada. A eso sumémosles, la ignorancia de los protocolos que había que seguir en este caso y la modalidad carnaval que había en la mente de los funcionarios tanto de migración como de salud. El 30 de enero regresé al país proveniente de Nicaragua, vi a muchos funcionarios con mascarillas tapabocas, pero a nadie tomando temperaturas, cosa que sí me hicieron cuando llegué a Nicaragua proveniente de Guatemala.
¿Es posible que el profesor viajante sintiera síntomas de resfriado y que guardara silencio? Sí es posible. ¿Por mala fe? Porque no hizo la relación síntomas y gira por Europa. La misma que no hicieron las autoridades migratorias que lo reciberon. A eso hay que añadir que los panameños sufrimos del síndrome de Súperman: eso no es conmigo y a mí nada me va a pasar.
¿Es posible que Panamá enfrente esta crisis y salga exitosa de ella? Sí es posible. ¿Por puro milagro? Porque estamos asustados. Adiós modalidad carnaval, bienvenido pánico. Ahora estamos sintonizados con lo que ocurre en el país y en el mundo. Ahora estamos exagerando las medidas higiénicas y estamos dispuestos a hacer lo que tengamos que hacer para no ser contagiados. En Panamá aprendemos a la mala. La lenta propagación del coronavirus en nuestro territorio prueba que suspender las clases, los eventos religiosos, los deportivos y los festivos; el llamado a trabajar desde casa y otras medidas similares funcionan.
El virus fallece a altas temperaturas y estos últimos días más soleados no han podido ser. Somos una población mestiza y joven, nuestra diversidad genética y juventud podrían jugar a nuestro favor. Pero también somos idiotas, estamos en cuarentena, no en vacaciones; las filas de autos rumbo al interior son largas. ¿Estamos contribuyendo a que una supuesta enfermedad capitalina se convierta en una definitiva enfermedad nacional? Por supuesto que sí. Si nuestros abuelitos comienzan a fallecer, no culpemos al gobierno; nosotros los asesinamos.
Frente al Covid-19 la indisciplina es mortal, sólo así logro explicarme el caso italiano. Lavarme las manos, no tocarme la cara, ejercicios respiratorios y ajustar mi estilo de vida a patrones saludables con férrea severidad y sin excusas. Porque las excusas también son mortales.
Lástima que tuvimos que acudir al miedo para tomar estas medidas tan necesarias, lástima que tengamos que mantenernos miedosos a punta de teorías de la conspiración, paranoia y argumentos pseudocientíficos para cuidarnos. La pandemia es de pánico, la pandemia es de estupidez, y todo para no cuestionar nuestra cultura suicida.
Lamentablemente, en estos días del Covid-19, además de los hombres y mujeres que han perdido la vida, las grandes víctimas son la serenidad y la razón.

domingo, 1 de marzo de 2020

NO APAGUES LA LUZ


“El erotismo es lo que más se opone a la reducción del hombre a cosa.”
George Bataille

El analfabetismo en educación en sexualidad ¿tiene víctimas? ¿A qué edad debe comenzar la educación en sexualidad? ¿Con la educación en sexualidad: se podría reducir el abuso infantil? ¿Facilitar las denuncias de abuso infantil? ¿Ayudar al niño a lidiar con la culpa? La educación en sexualidad, ¿evitaría que el niño abusado se convierta en alguien que identifica el sexo con la violencia y que sólo se excite agrediendo a su pareja en una eterna venganza contra su agresor? ¿Evitaría que la niña se convierta en una mujer confundida que identifica el cariño con los malos tratos y así buscará hombres que la agredan tratando de compensar eternamente el cariño que nunca recibió de su agresor?
¿Será que sí, repito, sí recibimos educación sexual? ¿Será que las supuestas canciones románticas son una forma de educación sexual? ¿Y las telenovelas? ¿Será que la televisión y las redes sociales son quienes nos enseñan a como ser hombres y mujeres?
¿Existe la ideología de género? ¿Y el machismo será la verdadera ideología de género? ¿O será el patriarcado? ¿Y será, precisamente, que el patriarcado y el machismo por ser ideologías de género se oponen furiosamente a la educación en sexualidad? ¿Será por qué el objetivo del patriarcado es la posesión de la propiedad y el de la educación en sexualidad es la felicidad de los individuos? ¿Será que a las personas felices no le interesa que los patriarcas concentren poder y riqueza? ¿Y será este último detalle es el detalle del conflicto?
¿Será que ya llegó el tiempo de encender las luces y dejarlas encendidas?

domingo, 9 de febrero de 2020

POESÍA, POETAS Y ¿FAMA?


“¿Dónde está lo que quiero decir? ¿Dónde está lo que debo decir?”
Clarice Lispector  

¿Quieren ser famosos? ¿Exitosos en redes sociales? Pues basta con irse a la entrada del Puente Centenario y esperar que ocurra un accidente de tránsito, nunca falta uno en ese punto; con suerte habrá un par de fallecidos y con mucha más suerte, uno de los cadáveres será de una embarazada. ¿Les parece buena idea? ¿No? Entonces, permítanme hacerles otra propuesta.
En los últimos siglos consideramos a los científicos como las personas más sabias. Pero antes fueron los filósofos y antes los sacerdotes. Sin embargo, ¿saben quiénes fueron los primeros sabios del género humano? Los artistas. Así fue en el inicio de la humanidad.
Los primeros cazadores y recolectores se reunieron alrededor de las fogatas a contarse historias, pintaron las cuevas y también danzaron bajo el cielo estrellado. Así resumieron su día a día y expresaron sus fantasías. Así comenzaron a explicarse el mundo, su mundo.
Ellos, por su corto desarrollo tecnológico, se demoraban en terminar sus obras, pero, gracias a esa limitación, tenían el tiempo suficiente para insertarlas en la vida de su clan; esas obras terminaban dándoles identidad y sentido de pertenencia. Y esa es la gran diferencia entre ese mundo primitivo y el de las redes sociales.
Durante milenios la obra era la vista, ahora es el obrador. El obrador, al que no me atrevo a llamar artista, usa la obra como excusa para ser visto y, por tanto, existir. La calidad de la obra no importa, lo importante es su frecuencia. La obra prolifera sin explicar el mundo. Y así, existir es recibir los anhelados me gusta. Kimberly Noel Kardashian West es el epítome de ese canon y el selfi la obra perfecta. Resumen total del paradigma: ser visto es existir.
El paradigma contrario, y el tradicional, por cierto, es que sea la obra quien de la cara por el artista. Que la obra sea la vista y que, por ella, al final, sea aplaudido el artista.
Y eso, estimados, sólo se logra, a la antigua, con intenso trabajo. La fórmula para crear una obra que valga la pena ser vista es, en el caso de la poesía, la de siempre: leer, leer, leer, leer, leer, leer, leer, leer, leer, leer, escribir, tachar, tachar, tachar, tachar, tachar, tachar, tachar, tachar, tachar, tachar. Hay que convivir con otros que tengan el mismo interés. Que también se dediquen a leer, leer, leer, leer, leer, leer, leer, leer, leer, leer, escribir, tachar, tachar, tachar, tachar, tachar, tachar, tachar, tachar, tachar, tachar. Y juntos leer, leer, leer, leer, leer, leer, leer, leer, leer, leer, escribir, tachar, tachar, tachar, tachar, tachar, tachar, tachar, tachar, tachar, tachar.
En resumidas cuentas, no porque las redes sociales faciliten la publicación, significa que las Kardashianadas tengan algún valor estético; no es la inmediatez quien da valor a una publicación, es que le sirva al lector para explicarse el mundo. Y eso toma su tiempo.
Transformarse de obrador a artista, de escribidor a poeta, toma su tiempo. Tiempo para contestar una pregunta como esta: ¿Qué convierte en poeta a alguien que escribe versos? Porque no basta escribir versos para ser poeta.
Tampoco asistir a un taller literario. Las razones para asistir a un taller de creación poética que tiene la fortuna de culminar en una publicación pueden ser muchas y variadas. Curiosidad, matar el ocio, buscar amistades, inquietudes artísticas, apasionado compromiso con la poesía. Asistir a un taller no me convierte en poeta. Es más, he conocido casos donde con solamente ver su nombre impreso en un libro le basta al tallerista para satisfacer sus auténticas necesidades.
¿Qué convierte en poeta a alguien que escribe versos? ¿Basta expresar los propios sentimientos y pensamientos? No. No basta. En este caso estaríamos hablando de terapia ocupacional. A lo sumo de versos que serán leídos una sola vez, versos que no logran ni lograran engancharse a la vida del lector. ¿Puede haber mayor homenaje que éste: caminar por los pasillos de una feria del libro y toparse con un lector que dice: sus versos los tengo en mi mesita de noche, son mi libro de cabecera?
¿Qué convierte en poeta a alguien que escribe versos? Muchas cosas. Pero unas cuantas son esenciales, entre ellas: leer, escribir y tachar; sobre todo leer y tachar. Hay una cuarta: buscar. ¿Buscar qué? Una verdad. ¿Dónde? En el interior de quien escribe. El poeta busca en su interior las palabras con las cuales va a construir una verdad que el lector asumirá como propia.
Esa verdad en versos le sirve al lector para organizar sus emociones. Esa verdad nunca le perteneció al poeta, siempre fue del lector. ¿Quién es poeta? Aquel que asume, como su gran verdad, que la poesía siempre se trata del otro.
Para llegar a ese convencimiento hay que caminar, y caminar toma tiempo. Un seminario sirve para arrancar, también tener amigos con los propios intereses, amigos que se acompañan, se critican, se pelean, se reconcilian, se acompañan; sin embargo, tarde o temprano hay que enfrentar y asumir la lectura de la propia alma y que los poemas fruto de tal lectura le permitan al lector leer su propia alma. Así un escribidor de versos aprende a ser poeta.