“La crisis educativa no tiene solución a lo interno del aparato
institucional del MEDUCA, porque es producto de la crisis del Régimen Político,
de la manera en que se organiza el Estado Panameño.”
Tomado de AEVE Noticias
Hace unos meses,
le pedí a Gloria Melania me diera la cifra del costo de educar a un hijo en una
escuela privada. Era alta. No incluyó ni las rifas ni otras colaboraciones que
aparecen a lo largo del año escolar. Tampoco el gasto en tutorías en materias
como matemáticas o física en el que incurren los padres de familia, cada vez
que se acercan los exámenes trimestrales.
Guardando las
proporciones, la educación en una escuela pública también implica sacrificio
financiero. Eso, tal como suena, parece justificar el subsidio otorgado por el
gobierno panameño a todos los estudiantes que cumplan con el requisito mínimo
de la nota de pase. Me refiero a la famosa Beca Universal.
Para el inicio
del año escolar 2017, un canal de televisión local realizó un programa de
opinión con la educación como tema. Allí la profesora Ileana Golcher dijo algo
que no se puede dejar pasar: el Ministerio de Educación de Panamá no tiene una
oficina que realice mediciones y evaluaciones de los procesos llevados adelante
por dicha institución.
Pese a eso, las
autoridades afirman que la deserción escolar ha disminuido y aumentado el fracaso
escolar. Ambos datos son registrados por los docentes al final de cada
trimestre. Sin embargo, falta algo. Si hay una relación entre la disminución de
la deserción escolar y la Beca Universal, ¿lo habrá entre el fracaso escolar y el
subsidio mencionado? ¿Cómo hacen las autoridades sino hay quien recolecte datos
y los analice? ¿Será que para decidir la ruta de la enseñanza panameña el
ministerio de educación utiliza la tabla güija?
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