domingo, 6 de noviembre de 2016

DOÑA MASE

“La felicidad es cuando lo que tú piensas, lo que tú dices, y lo que tú haces, están en armonía.”
Gandhi
La historia está llena de nombres de hombres y mujeres que con sus sueños y acciones cambiaron la dirección de los acontecimientos. La lista es larga, pero más largo debe ser el listado de los hombres y mujeres que trabajaron e hicieron posibles los cambios que anhelaron los próceres y las ilustres de la humanidad. Hombres y mujeres que trabajaron, trabajan y seguirán trabajando en silencio y sin exigir aplausos. Igual debe ocurrir en la Iglesia Católica.
¿Podría la Iglesia haber conquistado al Imperio Romano sin todos los hombres de fe y todas las mujeres devotas que derramaron su sangre en nombre del crucificado? Lo dudo. ¿Podría fundarse una parroquia en Panamá sin el trabajo de tanto laico comprometido? Lo dudo. Igual debió ocurrir en la parroquia Santa María del Camino de la Ciudad Radial. Allí una decena de mujeres caminaron las calles de ese complicado barrio. Hoy es meritorio mencionar el nombre de una de ellas; el de una mujer que aceptó la misión de construir una comunidad católica en un residencial que abunda en iglesias de otras denominaciones cristianas. Doña Mase dio su aporte para construir, casi de la nada y sin esperar títulos y envestiduras, una nueva comunidad que, de una u otra forma, promueve una vida diferente al delito en la Ciudad Radial.
Mase ya no está entre nosotros. Ella es hoy un llamado de atención a la actual feligresía radialeña, a que transite los caminos que ella recorrió llevando la Buena Nueva y que al final del día se haga la siguiente pregunta: ¿Estoy a la altura de quienes fundaron mi parroquia?
La última vez que la vi fue temprano en la mañana, se dirigía muy lentamente a rezar el  rosario. Hablamos y a mi pregunta de como le iba me contestó que ahí, peleando, peleando. Hice otra pregunta, ¿y se va a rendir? Y me respondió, no muchacho, no me voy a rendir.

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