"Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quien es el otro."
Tito Macio Plauto
El sistema
colectivo de transporte urbano de la ciudad de Panamá que fue conocido como
diablos rojos fue reemplazado por los metrobuses. Las unidades del nuevo
sistema tienen sus ventajas, es cierto, por ejemplo, poseen aire acondicionado,
que en un país tropical no es poca cosa. Pero el servicio en general es
simplemente demoníaco. Hay que rezar bastante pidiendo que llegue el bus de
nuestra ruta y si no se está dispuesto a gastar en taxi, es mejor desistir de
las visitas a familiares y amigos en domingos o días de fiesta. Y como para
rematar, los tranques no hacen más que recordar que el infierno sí existe.
En Panamá todos
coincidimos en algo: la educación está en crisis. Sin embargo, docentes,
estudiantes y padres de familia ya no tienen la capacidad de dialogar, por lo
tanto es harto difícil acordar cual ruta
seguir. Y para contra rematar, las autoridades son campeonas improvisando; un funcionario
lee hoy en Internet una innovación aplicada en Katmandú y corre a imponerla, y gasta
tiempo y recurso en dicha imposición hasta que otro funcionario lee otra estrategia
valida para Kampala y así se repite el ciclo de la confusión. Y como todo el mundo
está confundido, es imposible dialogar. ¿Será que todo es adrede para allanarle
el camino a la corrupción?
¿Y la
inseguridad ciudadana? Ya no sólo se teme a la delincuencia común y al crimen
organizado, ya no sólo se teme al abuso policial, ahora hay que cuidarse de
cualquier ciudadano. Cualquiera tiene un arma de fuego y está dispuesto a
usarla y se puede convertir en una bomba neurótica. Cualquier roce se puede
convertir en un incidente que lamentar.
Dadas así las
cosas y a sabiendas que hay muchas otras cosas detestables que por espacio y
por mi salud hepática no he mencionado, ¿cómo dudar de que los diablos andan
sueltos?
1 comentario:
Lo de la educación, David, es un asunto de los tri-amigos. La amiga corrupción, la amiga mediocridad y, desde luego el amigo mayor: El Ego. Los diablos rojos existen, y no es cuento…hasta se reproducen (me refiero a los busitos piratas) Hablas de crimen organizado???...en Panamá el crimen siempre ha estado organizado. Tanto así que pudiéramos decir que las organizaciones han pasado a ser criminales…Pero dejemos que el loco siga dándose chapuzones en el río, que este país, la gente de este país está acostumbrada a rodar como sea, con o sin diablos. El infierno no es demasiado malo, ni el cielo demasiado bueno para los panameños. Este pueblo está hecho de oro y plomo, de un lado y otro, girando siempre lentamente sobre el eje de sus conveniencias.
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