Latouche
José Antonio Córdoba
En río revuelto,
ganancia de pescadores, pero en las crisis, los ganadores son los piratas. Cada
crisis será seguida cada vez más de cerca de la siguiente. Porque así lo han
calculado los filibusteros. Y lo vienen haciendo desde hace 7 mil años. Y lo
vienen haciendo a la sombra de los patriarcas. Y los patriarcas, en nombre de
las buenas tradiciones, no sólo han acogido a los bucaneros, también los han
alimentado, armado, entrenado y ordenado destruir a quien no respete las buenas
tradiciones que, por cierto, consisten en enriquecer a patriarcas y
corsarios.
Y las crisis
provocadas, para enriquecimiento de los piratas y de los patriarcas, tienen
como efecto, como principal resultado, el terrorismo. Cuando pienso en
terrorista, me imagino a un barbón con turbante y un chaleco con bombas, me
imagino a un suicida que también es un homicida, me imagino a un fanático que
desprecia la vida. Pero esos, los barbones con turbantes, no son los más
distinguidos terroristas, no, esos no lo son. Ya sé que no lo son. Esos, los
barbones con turbantes, únicamente son peones de un juego antiguo y desastroso.
Los más
distinguidos terroristas son aquellos que viven sembrando odio y cosechando sus
frutos. Son los dueños de la fábrica de bombas, son los que venden las bombas
al barbón con turbante, son los que venden servicios de venganza a los
parientes de las víctimas de la explosión provocada por el barbón con turbante,
son los que cobran por asesinar al hijo mayor del barbón con turbante, son los
que le enseñan a odiar al hijo menor del barbón con turbante, son los que le
venden bombas al hijo menor del barbón con turbante. Son los que…
Ya no podemos permitir
que se siga acumulando el odio. No podemos seguir siendo cómplices de los verdaderos terroristas: los
piratas y sus patrones los patriarcas.
1 comentario:
David, la ley del más fuerte, también puede ser interpretada como la ley del más pendejo. Esto ha existido siempre, es lucrar sobre la miseria humana. Pero, lo más triste del caso es que aceptamos ser esclavos, no por temor al mayoral, sino por temor a nosotros mismos, a nuestro ser interior. Así que, hacerse el pendejo, es la forma más práctica de ser cobarde.
Publicar un comentario