domingo, 19 de mayo de 2013

LOS PATROCINADORES DE LAS CRISIS






Latouche
 
“Todo esta en crisis, hasta la misma crisis.”


José Antonio Córdoba

En río revuelto, ganancia de pescadores, pero en las crisis, los ganadores son los piratas. Cada crisis será seguida cada vez más de cerca de la siguiente. Porque así lo han calculado los filibusteros. Y lo vienen haciendo desde hace 7 mil años. Y lo vienen haciendo a la sombra de los patriarcas. Y los patriarcas, en nombre de las buenas tradiciones, no sólo han acogido a los bucaneros, también los han alimentado, armado, entrenado y ordenado destruir a quien no respete las buenas tradiciones que, por cierto, consisten en enriquecer a patriarcas y corsarios. 

Y las crisis provocadas, para enriquecimiento de los piratas y de los patriarcas, tienen como efecto, como principal resultado, el terrorismo. Cuando pienso en terrorista, me imagino a un barbón con turbante y un chaleco con bombas, me imagino a un suicida que también es un homicida, me imagino a un fanático que desprecia la vida. Pero esos, los barbones con turbantes, no son los más distinguidos terroristas, no, esos no lo son. Ya sé que no lo son. Esos, los barbones con turbantes, únicamente son peones de un juego antiguo y desastroso.

Los más distinguidos terroristas son aquellos que viven sembrando odio y cosechando sus frutos. Son los dueños de la fábrica de bombas, son los que venden las bombas al barbón con turbante, son los que venden servicios de venganza a los parientes de las víctimas de la explosión provocada por el barbón con turbante, son los que cobran por asesinar al hijo mayor del barbón con turbante, son los que le enseñan a odiar al hijo menor del barbón con turbante, son los que le venden bombas al hijo menor del barbón con turbante. Son los que… 
Ya no podemos permitir que se siga acumulando el odio. No podemos seguir siendo cómplices de los verdaderos terroristas: los piratas y sus patrones los patriarcas.

1 comentario:

VICTOR dijo...

David, la ley del más fuerte, también puede ser interpretada como la ley del más pendejo. Esto ha existido siempre, es lucrar sobre la miseria humana. Pero, lo más triste del caso es que aceptamos ser esclavos, no por temor al mayoral, sino por temor a nosotros mismos, a nuestro ser interior. Así que, hacerse el pendejo, es la forma más práctica de ser cobarde.