domingo, 25 de diciembre de 2011

NOCHE DE PAZ ¿O DE ANGUSTIA?


El ídolo de las angustías

“Mentira: no es una noche de paz y amor, sino todo lo contrario. Es la ocasión solemne de la gente que no se quiere.”
Gabriel García Márquez

Ropa y zapatos nuevos. Peinados y maquillajes. La casa recién pintada. Nacimiento, arbolito y foquitos. Muebles renovados. Juguetes para los niños aunque se hayan portado mal. Regalos hasta para aquellos que nos caen mal. Pavo, jamón, nueces, tamales, ensalada de pollo, arroz con guandú caro. Fuegos artificiales. Licor y música estridente en el recién estrenado sistema de sonido. Gastos y crédito. Deudas. Tranques y estrés. Depresión. ¿Qué falta?

No hay esquina donde uno no se tope con el viejo barrigón símbolo de la coca cola. Con tanta imitación de nieve los comercios y hogares parecen sucursales del polo norte. ¿Qué falta? ¿Será la paz? ¡No! ¡Imposible! Las iglesias están abarrotadas en la Noche Buena y en Navidad. Eso debe significar algo, ¿no? Pues, a pesar de tanto rezo y  villancico, la paz está ausente.

No practico ninguna religión. A ratos hasta soy un furibundo anticlericalista. Sería una gran hipocresía de mi parte hablarles a los cristianos del significado de la Natividad. Pero hay un punto que sí me atrevo a mencionar, hay algo que no está bien, sino, ¿por qué tanta desesperación y deseo de aturdirse en la Noche Buena?

Escuchando a mi amigo Alejandro Carrasquilla, comprendí que hay una relación entre el número de suicidios navideños a nivel mundial y el gigantesco consumo de alcohol en Panamá. ¿Cómo será el asunto con las drogas ilegales? Debe ser horrible. La Noche Buena está llena de ruido e intentos de apagar el interruptor del dolor. Pero la angustia sigue allí. Sigue el temor al silencio, el temor de estar con nosotros mismos, el temor de confrontarnos. Tendríamos que admitir que no estamos en paz con nosotros mismos. ¡Qué nos hemos declarado la guerra!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

me pegaste con eso que nos hemos declarado la guerra... sabrás que sí, que eso explica de manera sencilla y categórica tantas cosas idiotas...
nos declaramos la guerra a todo lo bueno que tenemos, nos boycoteamos como especie, como humanidad, los unos a los otros a golpes de consumismo, con misiles de superficilidad, con mucho mucho ruido y reality show con tal de no ver, de no pensar
coño es que duele...
y uno que lo que hace es levantar muros y fosas para defender sus castillos en el aire. uno borda y ata y teje con el lado bueno de cada uno con el que le toca caminar...será para defender lo bueno, o para no ver la guerra?

en esta época, está toda la hipocrecía tan a flor de calle...

Unknown dijo...

Adriana, gracias por tus palabras...

Anónimo dijo...

Estimado David, cuantas verdades hay en tus letras, pero no siempre seremos así, como van las cosas, vamos para peor.
Pero como no hay que ser tan negativo, quizás, el cambio de era Maya, nos eleve en alas de Quetzalcóatl a tiempos mejores.
Un abrazote, Chente.

Betty Pombo dijo...

Estamos cercados por todo esto que has descrito, estamos idiotizados, no pensamos, mejor huimos de nosotros mismos, de nuestro mundo de recuerdos, experiencias dolorosas desde la infancia. Una carencia total de amor, cambiado por lo artificial, por lo insustancial, por el materialismo y las grandes y pequenas distracciones.

Si pensaramos libremente, no estariamos hasta el cuello en deudas, ni celebrariamos esta fiesta con tanto derroche, sacando de donde no hay.

Como no vamos a quedar indiferentes o a cruzarnos de brazos ante tanta locura los que creemos que estamos menos enfermos (que tambien lo estamos) al contemplar la cruda realidad?

En estos dias envie un mensaje navideno muy apegado a la realidad que me circunda por dentro y por fuera, imaginate, no era nada dulce, nada que recreara la vista de los que estan enajenados, entonces ocurrio lo que sospeche... Alguien, de los 50 contactos se sintio ofendido, dijo que le parecio grosero. Otro tambien me pregunto que me sucedia, si la estaba pasando mal, jajaja. Supongo que muchos lo interpretaron igual, pues no dijeron ni esta boca es mia. Solo tres personas aceptaron que la reflexion fue profunda y que todo era un problema de actitud.

Este escrito y el del fin y el comienzo me parecen muy acertados. Me encanta cuando escribes con sencillez.

Saludos.