domingo, 27 de marzo de 2011

OBSERVAR, DEDUCIR, COMPROBAR…

El otro espejo (Dece Ereo-Panamá)

“El hombre sabio incluso cuando calla, dice más que el necio cuando habla.”



Tomas Fuller


Ya llevamos varios siglos de ilustración científica. La misma cantidad de siglos de promesas no cumplidas. La principal, el final de la superstición. Pero nada más lejano de la verdad. He conocido colegas biólogos que creen en la versión más tradicional del mal de ojo, no en alguna explicación electromagnética del fenómeno, sino en la que afirma que es la mirada la causante del malestar. Hace unos años escuché que para hacer una gráfica que registre la actividad científica en Panamá, no se podían usar números enteros, había que echar mano de los decimales. Es decir, los porcentajes son tan cercanos a cero que casi no se notan. ¿A qué se debe este fenómeno? Me parece que el pensamiento científico está pasando de moda y está siendo reemplazado por la magia. Quizás lo mágico siempre estuvo subyacente. Tal vez la ciencia no fue más que un parche que se cayó con el aguacero del tiempo. Es muy común escuchar explicaciones que poco tienen que ver con la observación de la realidad. Parece ser que el idealismo filosófico, aquella interpretación del universo que afirma que la realidad es moldeada por el pensamiento, aflora hoy con mucha fuerza. La frase “Quiero pensar que…” hoy día es muy común, como si lo que yo pensase fuese un éter capaz de cambiar la realidad. No niego las potencialidades sicológicas del pensamiento. Si pienso positivamente, tendré una actitud positiva ante la vida. No señalo eso. Me refiero al mero fundamentarse en observar y analizar la realidad circundante, antes de emitir una opinión. Cuando era joven, recuerdo que uno de los personajes del cine y la televisión era Sherlock Holmes, el gran investigador forense. Su método: observar el fenómeno, deducir sus causas y buscar evidencia para comprobar la deducción. Me parece que no se necesita un doctorado en física cuántica para seguir ese método y así abandonar los chismes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Panamá vs actividad científica…tal vez será porque somos un país TAN de consumo, que hasta las “ideas” las estamos importando?? E insisto, el mundo será otro cuando el Black Berry nos diga lo que tenemos que pensar o hacer en un momento determinado (¿Entonces habremos alcanzado el Nirvana? Digo, con esto de las redes sociales, tampoco andamos muy lejos) Ahora bien, ideas hay, pero hay más perezosos. Faltan cojones para ponerlas a rodar (Todos soñamos, todos queremos, todos imaginamos, pero del dicho al hecho…) Yo me preocuparé cuando alguien diga: “Hemos inventado un aparato para que no tengas que ir al baño… así no te separarás del televisor” Definitivamente, la magia de la vida supera a los hechos desde que abrimos los ojos cada mañana (o antes de hacerlo) El pensamiento es apenas el intento por racionalizar dicha magia. Definitivamente que todos y cada uno de nosotros debemos ser responsables de lo que decimos, pero tampoco podemos limitar la libertad de expresión sólo a eruditos, sabios, doctos, genios o enterados del tema. Ahora bien, sería interesante saber cuánto genio no habrá brotado de estupideces dichas por sus colindantes.