domingo, 19 de noviembre de 2017

GEOFILIA

“Y juntos, todos lucharemos
Contra el odio y la tristeza   
Cantando la canción de triunfo   
A favor de la vida y la esperanza   
En contra del pillaje y de la guerra”
Emérito Rodríguez

Desde el espacio exterior las fronteras entre los países no se pueden observar; las montañas, los valles y los ríos sí se ven. Los montes son impasibles, las fronteras cambian.  Parece lógico, entonces, que el amor a la patria pase por la admiración a los accidentes geográficos del territorio nacional.
El poeta Emérito Rodríguez, en su poemario Canción serena de la discordia inesperada, nos muestra y demuestra como la geofilia, además de la historia en común, creo  los nexos que hicieron posible la existencia de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Por supuesto que antes estuvieron los zares, los rus y los eslavos; pero la URSS añadió un nuevo sueño universal. Si se convirtió en pesadilla es tema de otro artículo, pero es innegable que miles creyeron en la utopía de la revolución. Otra razón para la unión.
Pero llegó el momento en que a los pueblos soviéticos ni la geofilia, ni la historia, ni el sueño universal le fueron suficientes para mantener la unidad. Las diferencias pesaron más. Y el odio creció entre los hombres y mujeres que antes marchaban bajo una misma bandera, la guerra no tardó en asolar los campos.

Emérito cierra el libro con una fuerte denuncia contra el fascismo que hoy renace en los continentes. Muchos no creen que tal fenómeno esté ocurriendo, niegan y reniegan de toda la evidencia que nos muestra que tan infame se está volviendo nuestra vida. Hasta allí no llega el poeta, anuncia el día de la esperanza, cuando enfrentemos al odio y frenemos su avance.  Emérito canta al triunfo a favor de la vida. Y hoy es el día de amarla, a ella, la vida.

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