sábado, 22 de octubre de 2011

EL FRACASO DE LOS CRUZADOS

“Ya queda poco tiempo y nuestro destino será, si no se promueve un cambio efectivo en la economía mundial, el colapso del capitalismo salvaje que dará paso a la distopía total.”

Pablo Paniagua

Protestar para que nada cambie, a eso a quedado reducida la participación ciudadana en mi patria. ¿Y por qué nada cambia? No es por falta de información, en Panamá si contáramos todas las horas de transmisión que ocupan los noticieros y programas de opinión radiales y televisivos sumarían más de 24 horas. Aquí todo el mundo es politólogo. No es por falta de gente dispuesta, desde hace unos años, no hay semana donde no ocurra un cierre de calles. La gente común y corriente protesta, generalmente, por transporte público colapsado o falta de agua potable. Además, están los  cruzados, aquellos impolutos que sostienen su auto imagen con la protesta suya de cada día. Llevan más de treinta años repitiendo el mismo esquema de protesta, intentando emular la gesta del 9 de octubre de 1979, donde derrumbaron la Reforma Educativa del General Omar Torrijos. La gente común y corriente, luego de recibir alguna respuesta del gobierno de turno, suspenden las acciones y se desconectan de cualquier participación ciudadana, hasta que regrese el problema causa de la protesta inicial. Los cruzados ni siquiera se dan por enterados del fracaso de su protesta. Y cuando admiten no haber logrado sus objetivos, culpan a todo aquel que no se unió a su causa, a todo aquel que no aceptó su liderazgo, por supuesto. Panamá está llena de mitos, desde la Tulivieja, hasta que la Reforma Educativa la derribo aquella huelga docente. ¿Sabías que las instituciones financieras internacionales habían suspendido los préstamos que la sostenían? ¿La Reforma fue derogada o fue abandonada?

“El poder... acaricia y provoca insomnios.”

Ileana Golcher

Los cruzados nacieron con la huelga magisterial de 1979. Durante toda la década de los 80 se batieron en la calle contra los esbirros del narco dictador Manuel Antonio Noriega, pero no fueron ellos quienes lo derrocaron, fueron las tropas estadounidenses el 20 de diciembre de 1989. Con la Nueva República fueron desechados por los políticos profesionales, los que son profesionales a la hora de expoliar el tesoro nacional.

Durante los 90, se consolidó el bipartidismo y los cruzados quedaron fuera de esa división del poder. Los cruzados son obreros y profesionales de las clases media y baja. No son oligarcas. Obvio que los iban a guindar. Pero eso no significó que ellos, los cruzados, abandonarían su causa de ser: protestar. No he dicho ganar, he dicho protestar.

Protesta tras protesta siempre el mismo resultado: desgaste de la capacidad de lucha y resistencia del pueblo panameño. Por ejemplo, durante la huelga contra las Reformas a la Caja del Seguro Social, los cruzados pusieron en la calle la madre de todas las marchas; de punta a punta medía cerca de 3 kilómetros. Sin embargo, las reformas pasaron, según palabras de uno de sus dirigentes, las negociaciones fueron secuestradas por el gobierno. Poner tanta gente en la calle, ¿para qué? ¿Para perder el juego en la mesa? Todos los gobiernos tienen presupuestadas las huelgas docentes y médicas, ya saben que son fáciles de secuestrar. ¿Qué les pasa a los cruzados? ¿Son corruptos? ¿Son estúpidos? Son coyunturalistas, después de causas como derogar la reforma educativa y derrocar al dictador, no han podido ir más allá de la coyuntura. ¿Será que no comprenden que Panamá necesita un proyecto nacional y no una ridícula huelguita?

"No se entiende bien cómo a esos destructores de la idea de lo público les votan aquellos que perderían lo poco que tienen en manos de tales personajes. A no ser que la mente de esos súbditos haya sido manipulada y, en la miserable sordidez de la propia ignorancia, esperen alguna migaja, algún botón del traje que viste el supuesto partido político que les arrastra."
Emilio Lledó

El blanco de la protesta de los cruzados y sus aliados es el gobierno, cualquiera que éste sea. Pero ya los gobiernos les tienen la medida, se adelantan y les ganan la partida, rápidamente en los medios les quitan la razón de ser de la huelga, si el motivo es una ley, dejan de discutir la ley en la Asamblea de Diputados, forman una mesa de negociación, pero como los cruzados saben de protestas no de negociación, al final, el gobierno que sea, se sale con la suya.

Eso pasa por andar saltando de coyuntura en coyuntura. Los cruzados están ciegos a lo que ocurre en el país. Los pésimos gobiernos panameños no son más que reflejo de la mediocre y dogmática sociedad panameña. Aquí, en Panamá, no va a pasar mucho tiempo para que alguien se levante y, en nombre de su fe, pida se eliminen las clases de evolución biológica. Falta poco, muy poco, para que madres de familia preocupadas por el ejemplo dado a sus niñas, soliciten que las menores embarazadas sean retiradas de la educación regular y enviadas a quien sabe donde. La intolerancia está en pleno crecimiento, ¿será que también el fascismo?

Insistir en protestas inconexas, realizadas por gremios antidemocráticos, donde sus líderes son eternos porque sólo ellos son capaces de concretar la supuesta agenda secreta de gobierno que poseen; seguir por esa ruta, es caminar al suicidio. ¿No les llama la atención que el sindicato que protesta por excelencia no ha logrado inscribir un partido político? ¿Por qué será? ¿Será por que tienen responsabilidad en la destrucción del tejido social de la nación panameña?
 
“Ahora nos queda a los ciudadanos recuperar la política, al gobierno y al Estado. Esa es la única puerta que nos queda abierta para que dejemos de ser simples consumidores para transformarnos en ciudadanos que administran su destino y gestionan su esperanza.

Rodrigo Noriega

Orgánico significa que un cuerpo está dispuesto a vivir. ¿Por qué las protestas en Panamá no triunfan? Porque no son realizadas pensando en y desde el cuerpo de la nación panameña, sino son movidas por el narcisismo de unos cuantos sedientos de protagonismo, a quienes lo único que les importa es decir: Yo Protesté. Para nada les interesa poder decir: Panamá ganó. Es que para que gane Panamá hay que hacer el trabajo, hay que convertirla en cuerpo orgánico.

Lo orgánico tiene poder. La única huelga que hasta ahora le ha doblado el brazo al gobierno de Martinelli fue llevada adelante por los Gnobe Bugles en contra de la Ley Chorizo. ¿Por qué pudieron? Porque son un cuerpo. Al mismo tiempo la capital se quedó 70 días sin agua y nadie pudo encausar el descontento hacia una protesta eficiente. ¿Por qué no pudimos? Porque no somos orgánicos. En la Comarca Gnobe Buglé las elecciones para cacique general las ganó una mujer. ¿Por qué? Porque allá mujer vota mujer. Ellas son orgánicas. ¿Y acá? ¿Cómo son acá?
Después de recuperado el Canal el resto de los panameños nos quedamos sin proyecto, incluyendo los seguidores de Omar Torrijos que parecen estar sólo preocupados porque su partido gane las siguientes elecciones para gobernar igualitos a sus adversarios políticos. En 1999, luego de la ceremonia de regreso del territorio canalero a soberanía panameña, Rubén Darío Sousa, dirigente comunista del Partido del Pueblo, dijo: La consigna un solo territorio, una sola bandera ha sido cumplida. Ahora nos toca democratizar el país. Pero sin demócratas no hay democracia. ¿Qué te parece esta consigna: dentro de lo orgánico todo, fuera de lo orgánico nada?

1 comentario:

JLRodríguezPittí dijo...

La democracia es un deber, no un derecho. La gente lo olvida (o ni siquiera lo sabe). Los avivatos de un par de partidos sí lo entienden y cumplen su deber, pero con el objetivo de beneficiarce. Y lo hacen, usando tu palabra, organicamente. Aprovechando el sistema. Jugando con sus reglas mientras los demás creen que vivir en democracia es sólo esperar las próximas elecciones y seleccionar entre uno de dos o tres. Y unos cuantos, muy pocos, o encaramarse a un pedestal y gritar o parase en pose. Muy bueno tu artículo. Es triste lo que vive Panamá, pero culpa de todos.