sábado, 24 de septiembre de 2011

MIS AMADOS TERCOS

La tarea esencial (Dece Ereo-Panamá)

“No es la moda de llamarnos tercos, sino el instinto de conservar el nosotros de la sangre y del esperma.”
Diana Morán

Filipo II de Macedonia conquistó la Grecia Antigua, Aristóteles conquistó la mente y el espíritu de Alejandro y éste conquistó el mundo hasta entonces conocido por los  griegos. Por eso hoy en día, en cualquier punto del planeta podemos hallar un ateneo de ciencias o de literatura.

¿Cuál de las tres conquistas fue la más importante? No es fácil contestar. Sin embargo, el imperio creado por Alejandro Magno desapareció, no así las enseñanzas de Aristóteles.

La conquista planetaria realizada por las huestes neo liberales es una realidad, sería tonto afirmar lo contrario. Hoy en día es más que evidente que esa conquista no sólo es territorial, sino  que incluye la mente y el espíritu de las gentes. El consumismo es el credo religioso del siglo 21.

Para fortuna de la humanidad, hay quienes resisten dicha ocupación mental, quienes combaten dicho coloniaje espiritual. Para fortuna de la humanidad hay quienes creen que otro mundo es posible, que aún podemos buscar y encontrar lo humano.

En Panamá hay mucho educador, artista y promotor cultural preocupado por la situación y haciendo algo al respecto. Pero la bandera disgregadora de la bestial inhumanidad flamea con fuertes vientos y serán necesarios muchos años de lucha para derrotar al huracán. Pero es posible vencerlo. Recientemente un grupo de poetas empezó la parte del combate que les corresponde, mejor dicho, comenzaron el año pasado. Me refiero al equipo organizador del Festival Internacional de Poesía Ars Amandi. El plan de guerra de estos amados tercos se resume en su lema: En busca de lo humano. Porque al final de eso se trata, de no olvidar que es lo importante, de que la gente es lo importante.

domingo, 18 de septiembre de 2011

LA RUTA DEL ARROZ


Verano en blanco (Dece Ereo-Panamá)

“Lo importante es ir sin prisa, pero sin pausa.”
Adriano Corrales

La verdad es que no veo mega soluciones que nos resuelvan la giga crisis en la que estamos sumergidos. Pienso que así como estamos, en zozobra y angustia, con hambre y enfermos, en guerra y muerte, bien podemos pasarnos los próximos 200 años. ¿Será lo mismo a niveles más humildes? ¿El individuo, la familia o el barrio pueden hacer algo? ¡Sí! ¿Qué? ¡Sobrevivir! En estos tiempos estamos obligados a no rendirnos.

En los últimos diez años, durante mis vacaciones de verano, he estado viajando por Centro América, atestiguando que a nivel micro hay mucha gente resistiendo el huracán económico que nos atormenta. Poetas, pintores, teatreros, bailarines, armados con su quehacer cultural, se han lanzado al ruedo y le han declarado la guerra a la deshumanización. A estos viajes se me ocurrió llamarlos la Ruta del maíz.

En Panamá también hay mucho artista y promotor cultural que no sólo está preocupado por la situación, sino que están haciendo algo al respecto. Por supuesto, la mayor cantidad de actividad culturosa se da en la ciudad capital, pero en el interior está ocurriendo algo y ese algo es un algo interesante. La periferia de la metrópoli canalera está ávida de eventos culturales artísticos. Y los interioranos están comenzando a hacer algo al respecto.

Por invitación de amigos de Coclé, Veraguas y Chiriquí, retomé la Ruta del arroz, la del interior de Panamá y resultó ser una buena decisión. En medio de la crisis algo maravilloso está pasando. Pienso que ese algo es que la mejor editorial no es una empresa transnacional, la mejor editorial es la gente y más cuando te preguntan: ¿Y usted aprende algo cuando escribe?

domingo, 4 de septiembre de 2011

NUESTRA CIVILIZADA CIVILIZACIÓN


Las garras civilizadas (Dece Ereo)

“Se comieron a los caníbales.”
Jorge Luís Borges                          

Una amiga me preguntó: David, ¿por qué eres tan intransigente con la sociedad humana? Le dije: Porque no comparto las mentiras en las que se sustenta nuestra civilización.

Primera mentira: la civilización apareció para dar término a la barbarie. Pero, ¿quién es el bárbaro? Todo aquel que no sea civilizado, o sea, que no pertenezca a mi clan o nación. El otro, el vecino, el que es diferente a mí, ese es el bárbaro; yo no, yo soy el civilizado, el designado a civilizar al bárbaro y si no se deja, a conquistarlo y si no se deja, desaparecerlo.

Segunda mentira: los beneficios de la civilización son para todos los civilizados. Pero resulta que hay civilizados de primera categoría, los que se llevan las ganancias de las guerras contra los bárbaros, y civilizados de última categoría, los que mueren en las guerras contra los bárbaros. La civilización excluye a los bárbaros, pero también a las mayorías. La civilización no es para provecho de todos, es para el beneplácito de las élites.

Tercera mentira: la cultura es patrimonio de la humanidad. ¡Falso! Es patrimonio de las élites, y es así para que ellas ejerzan el poder. Y de paso, se enriquezcan. Ellas hacen arte, los rústicos fabrican artesanías. Ellas escriben clásicos de la literatura, los rústicos narran cuentos folklóricos. Así las cosas, el artista reconocido es el artista reconocido por las élites. Quien no tenga ese beneficio, es un loco diletante.

Estas mentiras son ocultadas con discursos que son repetidos cada día por miles de supuestos seres pensantes. El mito más repetido es que las élites no son bárbaras, cuando en realidad ellas harán lo que sea por sostener su aventajada posición. Incluso, abusar del poder y destruir a quien atente contra sus privilegios. ¡Harán la guerra! ¿Y eso no es barbarie?