“Me encanta la muerte. Simplifica todo, como un haikú. Es que la muerte nos confronta con los retazos no terminados, con los sueños perdidos y con todos los pendientes.”
Leda Abril Moreno
Medio siglo de amores y dolores, ilusiones y desengaños y sobre todo de vida intensa. ¡Y qué rápido han pasado estos 50 años! Aún me recuerdo quejándome con la maestra de quinto grado de primaria lo largo que me parecía el año escolar; ella me contestó: Mijito un año pasa rápido. Pues resultó que cuatro décadas se pusieron zapatillas atléticas y se me pasaron en un tris.
Ahora pienso en todo lo que he logrado, pero sobre todo en lo que no he logrado. Y lo que más me asombra, casi me asusta, es lo poco dispuesto que estoy a preocuparme por aquello que no alcancé. Porque en este medio siglo lo que aprendí fue a amar lo que tengo y lo que hago. Gracias Carlos Matías.
Ahora pienso en todos los amigos que tengo, pero sobre todo en los que he perdido. Y lo que más me asombra es que comprendí que los amigos no se pueden perder porque no son de nuestra propiedad. Porque en este medio siglo aprendí que uno no tiene amigos, sino que uno es o no es amigo. Gracias Héctor Collado.
Ahora pienso en todo lo que he estudiado sobre los procesos de enseñanza, pero sobre todo en lo inútil de tantas teorías del aprendizaje. Y lo que más me asombra es que descubrí que enseñar no es más que animar a aprender. Porque en este medio siglo aprendí que nadie puede enseñarle nada a alguien que no quiera aprender. Gracias Myriam Garay.
Hay tantas cosas que he descubierto y tanta gente a quienes agradecer. Medio siglo me ha demostrado que es mejor vivir agradeciendo, que creyéndose el descubridor del agua tibia.
3 comentarios:
Bueno son 50 de experiencia de altos y bajos, perdidas importantes, pero la vida es así pasa como un cometa fugaz frente a tus ojos su decides si tomarlo y gozarlo con las adversidades o simple mente verlo pasar yo siento que tus 50 años han sido de mucho mas que solo verla y yo quisiera en algún momento poder llegar al medio siglo igual que tu y poder dar la espalda hacia atrás y nunca arrepentirme de las decisiones que he tenido en el pasado por que lo único que quedan son recuerdos por que no existe maquina del tiempo para regresar y enmendar errores solo aplicar lo aprendido para evitarlos si vuelve a repetirse el dejabu yo espero poder verte pronto para reírnos de las anécdotas del pasado y de el ahora. Un abrazo y Feliz Cumple años primo.
“(…) Y lo que más me asombra es que descubrí que enseñar no es más que animar a aprender. (…)”
Cuán cierta es su reflexión, David. Para reforzarla aún más comparto con Ud. y todos sus lectores este poema de Humberto Maturama:
PLEGARIA DEL ESTUDIANTE.
¿Por qué me impones
lo que sabes
si quiero yo aprender
lo desconocido
y ser fuente
en mi propio descubrimiento?
El mundo de tu verdad
es mi tragedia;
tu sabiduría,
mi negación;
tu conquista,
mi ausencia;
tu hacer,
mi destrucción.
No es la bomba lo que me mata;
el fusil hiere,
mutila y acaba,
el gas envenena,
aniquila y suprime,
pero la verdad
seca mi boca,
apaga mi pensamiento y
niega mi poesía, me hace
antes de ser. No quiero la
verdad, dame lo desconocido.
Déjame negarte
al hacer mi mundo
para que yo pueda
también ser mi propia negación
y, a mi vez, ser negado.
¿Cómo estar en lo nuevo
sin abandonar lo presente?
No me instruyas,
déjame vivir viviendo
junto a mí; que mi riqueza
comience donde tú acabas,
que tu muerte sea mi nacimiento.
Me dices
que lo desconocido
no se puede enseñar;
yo digo que tampoco
se enseña lo conocido
y que cada hombre
hace el mundo al vivir.
Dime, que yo tejeré
sobre tu historia;
muéstrate,
para que yo pueda
pararme sobre tus hombros.
Revélate,
para que desde tí
pueda yo ser
y hacer lo distinto;
yo tomaré
de tí lo superfluo,
no la verdad
que mata y congela;
yo tomaré tu ignorancia
para construir mi inocencia.
¿No te das cuenta
de que has querido
combatir la guerra
con la paz,
y que la paz
es la afirmación de la guerra ?
¿No te das cuenta
de que has querido
combatir la injusticia
con la justicia,
y que la justicia
es la afirmación
de la miseria?
¿No te das cuenta
de que has querido combatir
la ignorancia
con la instrucción
es la afirmación
de la ignorancia,
porque destruye
la creatividad?
Tu conocimiento
nos muestra el mundo
o lo niega,
porque es la historia
de tus actos,
o lo negará porque
despertando tu imaginación
te llevará a cambiarlo.
Deja que lo nuevo
sea lo nuevo
y que el tránsito
sea la negación del presente;
deja que lo conocido
sea mi liberación,
no mi esclavitud.
No es poco lo que te pido.
Tú has creído
que todo ser humano
puede pensar,
que todo ser humano
puede sentir.
Tú has creído
que todo ser humano
puede amar y crear.
Comprendo, pues, tu temor
cuando te pido
que vivas
de acuerdo con tu sabiduría
y que respetes
tus creencias;
ya no podrás predecir
la conducta de tu vecino…
tendrás que mirarlo;
ya no sabrás
lo que él te dice escuchándote…
tendrás que dejar poesía
en sus palabras.
El error será
nuevamente posible
en el despertar
de la creatividad,
y el otro tendrá presencia.
Tú, yo y él tendremos
que hacer el mundo.
La verdad perderá
su imperio
para que el ser humano
tenga el suyo.
No me instruyas,
vive junto a mí;
tu fracaso es
que yo sea
idéntico a ti.
CECILIA.
“(…) Y lo que más me asombra es que descubrí que enseñar no es más que animar a aprender. (…)”
Cuán cierta es su reflexión, David. Para reforzarla aún más comparto con Ud. y todos sus lectores este poema de Humberto Maturama:
Plegaria del Estudiante
¿Por qué me impones
lo que sabes
si quiero yo aprender
lo desconocido
y ser fuente
en mi propio descubrimiento?
El mundo de tu verdad
es mi tragedia;
tu sabiduría,
mi negación;
tu conquista,
mi ausencia;
tu hacer,
mi destrucción.
No es la bomba lo que me mata;
el fusil hiere,
mutila y acaba,
el gas envenena,
aniquila y suprime,
pero la verdad
seca mi boca.
apaga mi pensamiento y
niega mi poesía, me hace
antes de ser. No quiero la
verdad, dame lo desconocido.
Déjame negarte
al hacer mi mundo
para que yo pueda
también ser mi propia negación
y a mi vez ser negado.
¿Cómo estar en lo nuevo
sin abandonar lo presente?
No me instruyas,
déjame vivir viviendO
junto a mí; que mi riqueza
comience donde tú acabas,
que tu muerte sea mi nacimiento.
Me dices
que lo desconocido
no se puede enseñar;
yo digo que tampoco
se enseña lo conocido
y que cada hombre
hace el mundo al vivir.
Dime, que yo tejeré
sobre tu historia;
muéstrate,
para que yo pueda
pararme sobre tus hombros.
Revélate,
para que desde tí
pueda yo ser
y hacer lo distinto;
yo tomaré
de tí lo superfluo,
no la verdad
que mata y congela;
yo tomaré tu ignorancia
para construir mi inocencia.
¿No te das cuenta
de que has querido
combatir la guerra
con la paz,
y que la paz
es la afirmación de la guerra ?
¿No te das cuenta
de que has querido
combatir la injusticia
con la justicia,
y que la justicia
es la afirmación
de la miseria?
¿No te das cuenta
de que has querido combatir
la ignorancia
con la instrucción
y que la instrucción
es la afirmación
de la ignorancia,
porque destruye
la creatividad?
Tu conocimiento
nos muestra el mundo
o lo niega,
porque es la historia
de tus actos,
o lo negará porque
despertando tu imaginación
te llevará a cambiarlo
Deja que lo nuevo
sea lo nuevo
y que el tránsito
sea la negación del presente;
deja que lo conocido
sea mi liberación,
no mi esclavitud.
No es poco lo que te pido.
Tú has creído
que todo ser humano
puede pensar,
que todo ser humano
puede sentir.
Tú has creído
que todo ser humano
puede amar y crear.
Comprendo, pues, tu temor
cuando te pido
que vivas
de acuerdo con tu sabiduría
y que respetes
tus creencias;
ya no podrás predecir
la conducta de tu vecino…
tendrás que mirarlo;
ya no sabrás
lo que él te dice escuchándote…
tendrás que dejar poesía
en sus palabras.
El error será
nuevamente posible
en el despertar
de la creatividad,
y el otro tendrá presencia.
Tú, yo y él tendremos
que hacer el mundo.
La verdad perderá
su imperio
para que el ser humano
tenga el suyo.
No me instruyas,
vive junto a mí;
tu fracaso es
que yo sea
idéntico a ti.
CECILIA.
Publicar un comentario