SONATINA-Vito Campanella
"¡Qué amorosas son tus caricias, hermana mía, novia mía, qué delicioso es tu amor...!
Cantar de los Cantares.
"¡Qué amorosas son tus caricias, hermana mía, novia mía, qué delicioso es tu amor...!
Cantar de los Cantares.
Querido primo, hoy es un día muy especial para ti y para toda nuestra familia. Hoy asumes un nuevo papel en la vida: el de compartirla con una mujer especial. No puedo dejar pasar la ocasión y quiero decirte algunas palabras. Lo más probable es que pienses, ya viene el viejo con sus consejos, pero creo que de algo te van a servir.
Desde hoy ya no eres el soltero, eres el matrimoniado. ¡Y entre esos dos estados hay tres mundos de diferencia! Claro está, la soltería y el matrimonio serán diferentes si es que deseas que tu unión resulte. ¿Y qué será eso de una unión exitosa? Pienso que todo trabajo en equipo debe tener en cuenta algunas reglas básicas, y el matrimonio de eso trata, de trabajar en equipo.
La primera regla es que tu sí debe ser un sí y tu no debe ser un no. Eso significa que se acabaron las decisiones tomadas sin pensar, sin medir consecuencias. Te toca aprender a diferenciar cuales decisiones te corresponden a ti tomar, cuales las han de tomar entre los dos y cuales les toca tomar a ella. El matrimonio no significa anularse, sino dar lugar en la propia vida a otro ser, participar de la vida de ese otro ser, y siempre reconocer que son dos seres diferentes y separados.
La segunda regla es que decidas lo que decidas que sea para tu felicidad, sin olvidar que tu bienestar no puede ser a costa de la alegría de tu esposa. Vas a tener que ponerte sus zapatos. No tengo idea de cómo lo vas a hacer, pero vas a tener que aprender. ¡Ah! Espero que comprendas que velar por la felicidad es una tarea de todos los días. Cada amanecer trae sus propios afanes y oportunidades.
Y para aprender ese arte de ser felices juntos tienes a los mejores maestros. Tus padres, mis tíos. Si no me equivoco son, años más o años menos, cuarenta de matrimonio. De unión acompañándose uno al otro, en los estudios, en sus respectivas profesiones, y en la empresa que hoy nos convoca aquí, en tu crianza. Primo te deseo eso, que salgas vencedor en el reto de construir una relación de dos seres humano creciendo y construyendo la felicidad, su felicidad.