miércoles, 31 de diciembre de 2008

COLINAS


Vivo rodeado de colinas de hormigón bañadas con hollín, olores y ecos. Vivo en un bosque gris donde el viento no respira. Vine como inmigrante a ver morir mis esperanzas, aplastadas por el humo coagulado y el ruidoso miedo. Hasta ayer tenía ganas de correr y abandonar, pero esta mañana mi hija sembró una rosa en el balcón y algo tibio, amarillo e intangible entró por la ventana: un rayo de sol. Ahora en la tarde, voy a llevar a la niña al parque y comprarle un helado.

4 comentarios:

Unknown dijo...

BELLISIMO!!
Mis mejores deseos para toda esa esperanza que brota desde tu fuente, y para ti, amigo, ahora y siempre.
Norma

Rossana Hasson Arellano dijo...

Excelente, como siempre querido amigo.
Si, hay que empinarse hasta el codo, je,je (Por si las moscas llegasen a volar oblicuamente) para sujetarse a esta vida.
Aún no tengo claro el porqué, pero como que a veces me va gustando, lástima que esos momentos sean como breves...ja,ja
ABRAZO ABRAZADO
Rossana

Anónimo dijo...

Esta muy bonito. Tiene una fuerza inicial que muchas personas han vivido. Muy real. Y al final cierras con una ternura sin igual.
La trasendencia humana tiene su esperanza en un mañana mejor. Crado por nuestros hijos.

¡Te felicito! Yolanda

Edilberto González Trejos - Autor dijo...

Coomm te comenté en el correo, la vida es sencilla pero nunca fácil y nuestra (in) felicidad radica proporcionalmente en cuanto nos (pre ) ocupemos de las ocsas sencillas y no de la miasma que nos ahoga --- la complejidad urbana de "Complejos" de cemento, etc...