miércoles, 27 de agosto de 2008

¿Y DÓNDE ESTÁN LAS EVIDENCIAS?


“¿Es ésta una de esas cosas que la gente suele creer basándose en evidencias? ¿O es una de esas cosas que la gente cree por la tradición, autoridad o revelación?”
Richard Dawkins
La evidencia, según la entiendo, es una prueba circunstancial o determinante en un proceso y lo es, por ser fruto de la observación y la constatación de lo observado. Se puede partir de un supuesto, pero hay que probar que lo supuesto es cierto. De lo contrario no estamos hablando de evidencias sino de chismes. Y aquí está el detalle. ¿Cuánto de lo que damos por verdadero tiene sustento en evidencias y cuánto en chismes?
Hace algunos años, cerca de mi vecindad, hubo un aparatoso y terrible accidente de tránsito. Fue tal la conmoción que fue tema de conversación durante meses. Uno de los involucrados fue condenado por las lenguas y pasó de ciudadano a paria social. ¿Por qué? El accidente tuvo un “testigo” que se encargó de contar “los hechos tal y como los vio”. El testigo era un personaje muy honorable y, por lo tanto, sujeto de entero crédito.
Cuando se realizó la reconstrucción del accidente, resultó que el testigo no era tan fiable nada. Se colocó en un punto donde no pudo ver el accidente en el instante en que ocurrió. Entonces, ¿por qué declaró lo que declaró? El supuesto testigo llegó al área del accidente y al ver la ubicación final de los autos sacó sus propias conclusiones. Y por ser alguien “honorable” todas sus declaraciones extraoficiales fueron tomadas por verdaderas, sin sufrir ninguna crítica. Al final, el acusado fue liberado de todo cargo y el testigo tuvo que enfrentar cargo por falso testimonio y entorpecer las investigaciones policíacas.
Pero, ¿y los daños morales sufridos por el acusado? ¿y la impunidad de los chismeantes? Es angustioso pensar como la humanidad puede vivir sin mayores evidencias y repleta de bochinches.

4 comentarios:

A. Morales Cruz dijo...

Qué pasó broder... mil "gorditos del zodiaco" por tu discurso de ayer con las "rusas" ..com0 dicen, la "hiciste tuya" ... el mejor para mí, la pasé del... no pude quedarme para el espacio acuático...
definitivamente, robinson crusó, tu eres el Monsivais nuestro...
por ahi nos vemos... ale morales cruz

Anónimo dijo...

Que interesante esta lectura, lo que me hace recordar un caso similar.
Este tipo de situaciones, evidencia más que todo la experiencia por la que alguno de nosotros, panameños hemos pasado algún día, con los ciudadanos llamados probos.
Hace unos años cuando llegaba de mi provincia, cargado de sueños y con varios proyectos que me inundaban el cortex y que realmente me apasionaban, y por los que puse manos a la obra. Como si fueran moscas me vi rodeado de personas que les interesaba lo que yo hacía y que decían se pronto mis socios, prometiendo de todo, con el fin de hacerse de una copia en digital de mis trabajos. Llegado el momento de disfrutar de las ganancias de la autoría de mis obras, a estos personajes se les olvido un detalle, que ellos no habían sido los ni sido editores ni autores y solo se acordaban que el chiquillo que les llamaba socio, ahora no era digno de serlo, ¡Era un chiquillo provinciano! Por favor... Intentaron de todo para estafarme y lo lograron. Acudimos a los tribunales y después de pugnas ir y venir, de desgastes viscerales intentando reconstruir los hechos, sobre todo tratando de convencer a los funcionarios públicos de que estaban en frente de un autor, tal vez en la capital es más importante parecer, que ser. En resumen llegue a la conclusión de que nunca se convencieron de a alguien tan joven se le ocurrieran ideas y tuviera la destreza de ejecutarlas. Pronto me vi en frente de un funcionario, un Fiscal que prometió ayudarme, pero llegado el momento se hizo amigo del pirata de mis obras prefirió favorecerle y (dudo mucho que fuese por amor al la profesión), cometiendo un grave error, en contra de un autor panameño, y que crees amigo mío, me termino de hundir. Caí en una de las más profundas depresiones y decepciones de mi vida, no la de no creer en mí mismo, no. Una peor; me convencí de que la tal justicia en mi país, jamás ha existido, que vivíamos en un país a merced de la mentira donde argumentación vale más que la verdad en los tribunales y que nuestro terruño estaba preso por un sistema de jurídico que no atiende los intereses de quien no tiene con qué. Por fin lograron sobreseimiento de cargos para el pirata de mis obras y después de tanta confusión generada, muchas personas pensaban que yo había dedicado tres años de mi vida a luchar por algo a lo que no tenía derecho: mi obra. Incluso que era yo el que había cometido el delito, que absurdo. Pues el pirata muy parecido a lo que se tiene por persona honorable (saco y corbata siempre) se encargo de levantar todo tipo de injurias en mi contra. Felizmente al final después de más de diez años de producción, mis obras se han multiplicado y diversificado y me dan todo lo que mi visión hace más de una década había pronosticado. Sin embargo el pirata se pasea con una de mis primeras obras atribuyéndosela, esto como monumento a la desidia del sistema jurídico panameño, y claramente mediocre, nunca podrá probar que es el autor de la misma. El fiscal ahora ostenta un alto cargo en el monstruo gubernamental, ¿premio de la vida?, y yo he sido reivindicado únicamente por mis clientes de la autoría de mis obras, quienes las reconocen y aprecian. A los que les agradezco profundamente. Pero. ¿Quien asume el costo de tantos años de pugna por mi justo derecho? Pues o lo asumes tu o mueres, mas nadie.
David me pareció muy justo enviarte esta anécdota, tu cibertículo me hizo recordar este incidente. Y ves ahora contamos con los medios para hacer de las malas experiencias nuestras, enseñanzas para los demás, pues de algo si estoy seguro, que el tiempo nos da la oportunidad de ponernos en frente a todos los que nos afectan de cualquier manera, y el patíbulo de la vida se encarga de devolverles con intereses el favor que nos hacen; apartándolos de nuestros caminos para que podamos descollar. Decía el gran jefe que cambia nombre…. Tú ponerte y yo cambiarte nombre.
Porque aunque tengas las evidencias, pierdas todo tu tiempo y esfuerzo, te revuelvas de la impotencia, la llamada justicia panameña. ¡Jamás hará nada por ti mi amigo!...
Saludos

Ricardo Sánchez Beitía
www.rutasdeaventura.com

POTYLDA dijo...

"El saco de plumas - Anónimo

Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que éste había alcanzado.
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con su acción a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio, a quien le dijo:
--"Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?",
A lo que el hombre sabio respondió:
--"Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una en cada sitio a donde vayas".

El hombre, muy contento por una solución tan fácil, tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas, por lo que volvió donde el sabio y le dijo:
--"Ya he terminado".

El sabio le contestó entonces:
--"Esa es la parte más fácil.
Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas".

El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba. Tal como lo imaginó, no pudo juntar casi ninguna. Al regresar a donde el hombre sabio, éste le dijo:

--"Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, de igual manera el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste.
Cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón."

Mucho tiempo ha transcurrido desde que leí el anterior texto, el cual considero totalmente correcto en lo que atañe al daño irreparable causado a la víctima de la malidicencia, pero rotundamente equivocado, por no plantear ni promover las sanciones morales y civiles que caben y deben ser aplicadas al responsable y culpable de la misma.

Anónimo dijo...

Saludos, David.

Es muy interesante tu anécdota. Ello suele suceder.

Debo expresarte que Richard Dawkins, a quin citas, es uno de esos personajes a los cuales muchos le creen por pensar que es alguien "honorable" y "digno" de confianza, pero cuando de cristianismo, creencias y fe se trata, Dawkins no es ninguna autoridad para decir lo que transmite tan radicalmente, pues lo mueven prejuicios antirreligiosos, resentimientos e ideas preconcebidas. En realidad, él es el otro extremo de los fanáticos religiosos por ser fanático racionalista y cientificista.

Debo admitir que algunas cosas que dice Dawkins son ciertas, pero la mayor parte de lo que señala es falso (no resisten el más serio análisis) como falsos son sus arguemtnos que decantan en racionalismo y cientificismo, de los cuales hace gala.
Un abrazo.