lunes, 11 de junio de 2007

ENSEÑAR O NO ENSEÑAR, HE ALLÍ EL DILEMA


“He podido comprobar que el ‘método de enseñanza’ más difundido en las universidades panameñas es que el profesor hace como que enseña y los alumnos hacen como que aprenden.”
Manuel Castro Rodríguez
Me parece que me voy a contradecir. Es que ahora, después de haber titulado este artículo, me percato que enseñar o no enseñar no es el dilema. ¡Claro que hay que enseñar! ¿Y cuál es entonces el conflicto? Creo que la pregunta es: ¿Enseñar qué?
¿Para qué un niño termina la educación básica general? ¿Para ir a la secundaria? ¿Y para qué un adolescente asiste a la escuela media? ¿Para graduarse en la universidad? ¿Y es qué hay garantías de que todo educando llegue hasta la educación superior?
La educación tiene tres áreas: La conceptual, que es la tradicional transmisión de conocimientos; la procedimental, que es la identificación de los procesos; y la actitudinal, que tiene que ver con las actitudes necesarias para la sana convivencia y el mejor aprovechamiento de los recursos disponibles.
Soy un convencido de que estamos en los tiempos de fácil acceso a los contenidos. Internet, la televisión por cable, los medios impresos, la radio y hasta los rumores, constantemente vierten información (de cualquier tema) a la audiencia. Superficial, poco reflexiva y acrítica. Sí. Pero allí está.
También, la creciente pobreza me obliga a concluir que no todos los jóvenes podrán pagarse su educación universitaria. Entonces, ¿Enseñar qué? Pienso en una escuela ideal, donde los estudiantes adquieran hábitos básicos como el de la lectura, y el principal, el de aprender a resolver problemas. Por ejemplo, en lugar de definir la célula, plantear una serie de problemas que el estudiante debe resolver para llegar a la comprensión de lo que es una célula. Nada nuevo. Constructivismo lo llaman. Procesos y actitudes. Habría que resolver un punto. Los padres de familia deben dejar de hacer las tareas a los estudiantes y los docentes no pueden seguir calificando a los padres de sus alumnos.

1 comentario:

Antillon dijo...

Cuando era profesor en Ciencias Políticas en la Universidad de Costa Rica, una de mis preocupaciones siempre fue la de no exigir memorización sino comprensión, para desarrollar la capacidad de análisis comparativo y crítico.
En psicología del aprendizaje, la llamada curva del olvido, nos muestra que un cúmulo de información memorizado hoy, es olvidado en un 50% al cabo de 48 horas y el olvido continua creciendo hasta llegar a un 98% al cabo de un año, salvo aquellos elencos específicos de conocimiento que obtienen un refuerzo porque encuentran aplicación cotidiana.
Por ello la educación basada en memorización es una estafa a la sociedad y hay que ineludiblemente tomar esto en cuenta cada vez que se plantee una reforma al sistema de instrucción pública o privada.
Por supuesto, esto es solo una base, pues el problema es muy extenso y requeriría muchas páginas para por lo menos hacer algún comentario sobre cada uno de los aspectos implicados.