“Si
queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie.”
Giuseppe Tomasi di Lampedusa
El próximo
lunes 21 de septiembre, el Ministerio de Educación de Panamá comienza un
experimento con una veintena de escuelas: implementar la jornada única, que en
los colegios se labore de 7 de la mañana a 3 de la tarde. Mi opinión al
respecto es la siguiente: ¡Jajajajaja!
Doy mis
razones. El gobierno pasado y su ministra Lucy Molinar crearon "las escuelas
de la excelencia" que tenían jornada completa y tuvieron que olvidarse de
tal horario por no poder garantizarles almuerzos a los estudiantes. ¿Las
familias, mal acostumbradas por los subsidios, asumirán ese costo extra o los
infantes serán candidatos a sufrir desnutrición?
Para que todas las
escuelas tengan jornada única hay que aumentar en por lo menos dos tercios el
número total de aulas. Las actuales estructuras en su mayoría se están cayendo y
no hay recursos para resolver ese problema. ¿Y van a poder construir nuevas
escuelas?
Con la
población estudiantil dividida en dos jornadas la ciudad de Panamá está ahogada
en tranques. Con todo el estudiantado entrando y saliendo a la misma hora, las
filas de autos serán de varias decenas de kilómetros. Si hoy en día un
estudiante tiene que abordar el autobús, por tarde, a las cinco de la
madrugada, ¿a qué hora deberá hacerlo con la jornada completa?
La hipótesis
de las autoridades es que el tiempo extra en las escuelas es tiempo que los jóvenes
no estarán en las calles. Es decir, confirman la intención de convertir los colegios
en guarderías. ¿Cómo es el ambiente en las escuelas? ¿Están libres de pandillas?
¿De acoso escolar? ¿De violaciones a los derechos humanos? ¿Cuáles son los planes
de contingencia del ministerio?
Y sólo
para que quede claro, si implementan la jornada única a nivel nacional eso se
va a traducir en un aumento sustancial a mi salario. ¿Hasta cuándo la
irrazonable improvisación? ¿O lo absurdo es el verdadero objetivo en Panamá? Repito
mi opinión sobre el tema: ¡Jajajaja!
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