domingo, 13 de octubre de 2013

LA ANMITOLOGÍA

Mareados

“¿Quieres asustar al mundo? No tengas miedo…”
Calle 13
El más odioso escollo de la felicidad humana es la explotación y opresión de los pueblos. Pero mientras los expoliados sean cómplices de su propio saqueo, no podrán zafarse de los abusadores. Ellos tienen la obligación de librarse de las ideologías que los paralizan, que los mantienen idolatrando a quienes los saquean, sumergidos en la incoherencia personal.
Las cadenas mentales son mucho más fuertes y duraderas que las metálicas. Ellas son las responsables de la colaboración de los individuos en su propia esclavitud. Los esclavos, en el fondo de su ser, están convencidos de que sus amos son ídolos omnipotentes. ¿Qué hacer? Romper las cadenas anuladoras de la individualidad. ¿Cómo? Abandonando los mitos que nos hacen creer que los amos tienen derechos sobre nuestro destino.
La anmitología es una filosofía de vida que busca comprender, para luego rechazar, los mitos que sostienen el poder de los ídolos. El esclavo que, por medio de la introspección, hace conciencia de sus ídolos internos, ya está en camino de la liberación. El esclavo que, por medio de la observación, descubre los ritos por el cual lo someten, ya está en camino de la liberación. El esclavo que entiende que este es un proceso permanente, ya está liberado.

Todos los días somos víctimas de los ídolos. Todos los días tenemos que desligarnos de ellos. La anmitología permite entender que un ídolo es todo aquello, sea persona, animal o planta; cosa mueble o inmueble, discurso o credo a quien el individuo le otorga poder para no ser cien por ciento responsable de su propia existencia. La anmitología me permite entender que los mitos sólo son  mitos y que los únicos mitos válidos son los que yo sé que son mitos. 

1 comentario:

VICTOR dijo...

“Las cadenas mentales son mucho más fuertes y duraderas que las metálicas.” Siempre he dicho que las cosas físicas son un reflejo de lo no físico. Vivimos en un mundo de símbolos (físicos) regido por raíces no físicas. La mente es el tirano, las emociones el látigo y el hombre se somete a los demás, a través de sí mismo.