domingo, 27 de enero de 2013

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DE LA MISERIA



“Es decir, es contradictorio en semejante estado de ánimo, y ante tremenda pérdida, seguir pergeñando poemas para una minoría que se exilia en la poesía y el arte para no olisquear el carnaval del mundo y su galopante autodestrucción.”
Adriano Corrales                                
Las cifras lo dicen: somos muchos seres humanos y muchos están sufriendo. Pobreza y pobreza extrema, enfermedades que hace apenas medio siglo casi habían sido erradicadas, desnutrición y hambrunas, guerras y delincuencia, corrupción y peculados. Miedo y más miedo.
Reciento que ante este panorama la poetada viva, vivamos, como si la miseria no la tocase, no me tocase. Reciento que hablen, hablemos, de literatura pura. Y es que si cultura es el quehacer humano y si literatura es el oficio de la palabra y si la palabra es patrimonio de la humanidad, ¿cómo salvar a la literatura sin salvar a la humanidad?
Aplaudo los festivales, recitales, publicaciones, talleres y giras. No tengo mayor problema con esos eventos. Mi problema es al responder la pregunta: ¿para quiénes son todos estos sucesos? Si en este instante se dejaran de publicar libros, si no se escribiese ni un nuevo poema, si todos los escritores del mundo enmudecieran, aún así habría literatura, hay suficientes libros impresos para que eso sea así y será así mientras haya lectores. Entonces, ¿quiénes son las verdaderas estrellas?

sábado, 19 de enero de 2013

LAS PROMESAS DE LA DEMOCRACIA



Pa rriba

“La democracia no se defiende, se vive.”
Humberto Maturana 





La democracia tiene fama de fracasada y de ser la más utópica de las utopías. Somos  millones los ciudadanos hastiados de los torneos electorales que nada resuelven. Es que las elecciones tienen dueños. Los mismos déspotas que también son amos del planeta. Las elecciones no son para consolidar la democracia, son para justificar su poder.
La democracia es un modo de convivir entre iguales. Entre ciudadanos que tienen el derecho y el deber de participar en todos los asuntos de la comunidad. Que pueden opinar, discutir y decidir sobre cualquier tema que afecte el bienestar común. Y entre iguales no hay división entre dueños y siervos. Y entre los iguales todos son colaboradores y participantes.
Quien vive sometido por una fuerza que lo obliga a obedecer, no es un ciudadano. Entre ciudadanos no hay sumisión, hay discusión y acuerdos, hay planes y colaboración. Y ese es el detalle fatal. Los patriarcas, los autoritarios, los dueños de la tierra se aseguraron que ese sueño de colaboración entre iguales fuese cuartado.
Y ellos, los saduceos, triunfarán cada vez que se reduzca la democracia a un discurso. Y ellos, los filisteos, serán vencidos cada vez que un ciudadano cumpla las promesas democráticas: convivencia, respeto, colaboración y corrección de los errores que ocurran en la comunidad.