domingo, 19 de febrero de 2012

PARA SER POETA SE NECESITA...


El amarillo tiene alas blancas

“Tengo que establecer que, cuando el poeta se guía por el miedo y deja de luchar por sus sueños, reniega de la realidad y al hacerlo, la humanidad se queda sola.”
Elías Letelier
            Dicen que un poeta es un alquimista que transforma el plomo del habla diaria, en el oro del arte literario. Poeta es quien se deja arrastrar por un ánima llamada inspiración. Ese fantasma parece elegir a unos cuantos mortales que han de maravillar a la humanidad.
En realidad, un poeta es un asustado sobreviviente, alguien que pudo huir del campo de concentración o mejor dicho, uniformización que al final es esta sociedad llena de estereotipos. Es que el poeticidio comienza a muy temprana edad. De ello se encargan los letreros de prohibido: prohibido soñar despierto y pintar nubes verdes y cantar como los grillos y hacer preguntas ilógicas y ser diferente... prohibido...  prohibido... prohibido...
Familia, escuela y amigos se encargan de dejar bien claro el significado de los letreros, y hasta aducen buenas razones: desde económicas y sociales, a la más temida de todas, el pánico al ridículo. ¿Cuánto pierde la humanidad  con dicha práctica? Mucho, digo yo.
Ojala y entendiéramos que cada individuo tiene sus propios motivos para sobrellevar la vida diaria. ¡Y hay que respetar dichos motivos! Ojala y comprendiéramos que en la vida, los candidatos a poetas tienen derecho a desarrollar sus habilidades. ¡Tienen derecho a ser poetas aunque nunca ganen un concurso literario! Olvidemos a los alquimistas y protejamos a los sobrevivientes. Todos somos sobrevivientes en diferentes grados. Todos tenemos derecho a tener una pizca de poeta. 

1 comentario:

Claudia Chinchilla dijo...

Tenés razón, pero apagar el televisor es algo sumamente difícil para aquellos a quienes se les ha enseñado a fundamentar sus criterios en lo que le dicen por medio de ese aparato que ha estado y está, en manos de los que ostentan el poder y cuya tarea más urgente es la masificación... No creo que la solución sea cambiarlo de manos, la respuesta está en sacar de frente a él a la mayor cantidad de sujetos que se pueda y eso podemos hacerlo desde las aulas y estos ciberespacios. Estimulando el pensamiento divergente y siendo congruentes, nosotros mismos entre el pensar, el decir y el hacer