Idolatria (Detalles de mural pintado por Camilo Ravey-El Salvador)
Juan José Millas
Estamos en los tiempos de Homero, no del autor de la Iliada, sino de Homero Simpson, el estúpido dibujo animado. ¿Pero por qué me atrevo a ser tan duro y tajante en esta afirmación? Porque pretendemos vivir sentados en el sofá, viendo televisión, tomando cerveza y comiendo papas fritas, como si las inequidades del mundo no tuviesen nada que ver con nosotros.
Cierto es que las elites del mundo redactaron documentos estratégicos para manipular y dominar a las mayorías. Un ejemplo es Armas Silenciosas Para Guerras Tranquilas que, desde los años cincuenta del siglo pasado, comprendió que la tecnología podía cambiar las estructuras de poder y que era necesario idiotizar su utilización. ¿Se han fijado que “chatear” es el uso más ordinario del Internet? Los hackers sí reconocen el poder que tiene la ciber red. ¿Será que por eso los persiguen tanto? Otra serie de documentos fueron los llamados Santa Fe de la era Kissinger, donde entre otras cosas, establecieron como tratar al intelectual latino americano: becarlo, premiarlo, adularlo y desmovilizarlo, sacarlo del campo de la crítica, enredarlo en problemas tan bizantinos como si estamos en la post modernidad o en la modernidad tardía y alejarlo de la crítica a la inequidad en Latino América. Cierto, vivimos manipulados, dominados e idiotizados.
Pero, ¿hasta cuándo nos van a servir las excusas? ¿Cuándo vamos a apagar el televisor?