domingo, 18 de octubre de 2009

MÁS TIEMPOS PARA LA PAZ


“Así la cultura cuando se corresponde con intentos de dominación es falsa erudición y por consiguiente arremete contra la propia naturaleza, y en cambio cuando se identifica con el ideal de liberación, se revela como una segunda naturaleza genuinamente humana.”
Armando Hart Dávalos
En un artículo anterior ya había mencionado a mi amigo chapín, el poeta Otoniel Martínez, y su investigación sobre el método maya de resolución de conflictos. Seguimos con el tema, ya hablamos de los principios, ahora les toca a los pasos específicos de la metodología.
Presentar el caso. Nombrar a uno o más mediadores. Investigar exhaustivamente. Realizar una asamblea de ventilación. Aceptar la culpa o la exculpación. Reparar el daño o la conciliación. Y el que me parece el más importante de todos: reinsertar a la persona en la comunidad.
A veces me da por pensar que las novelas de caballería están muy insertas en nuestra cultura cotidiana, más de lo que estamos dispuestos a admitir. La justicia la vemos y la practicamos como una ordalía, donde el favorecido por la justicia es aquel que pasa una prueba de fuerza. Para eso eran las justas de los caballeros que se lanzaban uno contra el otro, montados en caballos forrados con toda clase de blindajes, armados con una lanza que o estallaría en astillas en el pecho del contrincante o lo derribaría. Un cuello roto era muy deseado. Si no era así, finalizaría todo con el filo de las espadas.
Pero, ¿y la razón del conflicto? Mientras no se logre regresar al infractor a la comunidad, sus motivos para agredir estarán vivitos y coleando. Hace un par de semanas me topé con un vecino que tenía años que no veía. Estuvo ocho años en la cárcel. Asesinó a otro muchacho que asaltó a su madre. Mi vecino era ebanista, así que lo mató con un golpe de grueso madero en el cráneo. Dije que era ebanista, porque ya no le es. Ese día que lo vi se puso a mi disposición, ¿para hacer muebles? ¡No! Para asesinar a quien yo desease. Todo por un módico precio. Las razones que lo llevaron a la cárcel aún estaban allí: la inseguridad de nuestras calles. En la cárcel La Joya de la República de Panamá recibió el título de homicida a sueldo. Reinserción significa justicia social. ¡Qué no se nos olvide!

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