sábado, 11 de abril de 2009

UN ENCUENTRO EN EL ZAGUAN


A los tres días de la vaina, regresábamos a casa hablando sobre toda la desgracia que le había ocurrido a él. Me costaba entender como después de ser tan vitoreado, fue vilipendiado y asesinado. Entrando al zaguán, un desconocido me dio las buenas noches y sin entender bien el porque, lo invité a comer con nosotros. Mi madre peló los ojos, pero el hombre al ratito le resultó agradable. Ella le pidió disculpas porque la única comida que había era arroz divorciado de la carne y los porotos. Éramos cuatro y sólo había dos huevos, así que mi viejita los hizo revueltos para estirarlos. Me apenó haberlo invitado a comer arroz casi pelao. Pero él dijo que el arroz es el resumen de la vida de quienes trabajan. Un campesino dejó su sudor en el campo, otro en el molino. Un trabajador lo transportó y otro lo despachó en la tienda donde lo compró mi madre. Y ella lo convirtió en alimento, que aunque poco, lo compartimos mi novia, mi madre, el desconocido y yo. Nunca me supo tan rico un plato de arroz casi pelao. Al terminar de comer, ellas fueron las primeras en reconocerlo. A mí me costó un poco más. Él salió por la puerta sin despedirse y, aún así, se quedó para siempre con nosotros.

8 comentarios:

Piggy dijo...

Impresionante, David. De ahora en adelante, cuando cocino el arroz, lo voy a ver con otros ojos. Pat

CECILIA SALAS dijo...

INAPRECIABLE REGALO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN, PARA TODOS LOS QUE TENEMOS EL PRIVILEGIO DE LEERLO A UD., QUERIDO AMIGO. ¡MIL GRACIAS POR EL PRESENTE!

CECILIA.

JLRodríguezPittí dijo...

Arroz fututiao con huevo... Qué delicia para compartir en pascua.

Ya, sin estirar los ingredientes como en tu relato: nada mejor que un plato de arroz fututiao con huevo frito, un chorrito de ketchup maggy (las gotas de delidas son opcionales) y una cerveza helada. No falta más para terminar bien un día duro, para llegar a casa. Entre los platos que la gente cree modestos: el rey.

Anónimo dijo...

Felices pascuas de resurrección, definitivamente él está vivo y no muerto y que bien que le encontraste en ese desconocido con quien compartiste el pan (disculpa "arroz")

Meredith

Anónimo dijo...

EXCELENTE DAVID,ES EL AMOR AL PROJIMO EL AMOR A DIOS, LA ESENCIA DE NUESTRO EXISTIR. RENÉ SIRIAS SILVA.

Anónimo dijo...

Ese desconocido era yo

Eduardo Soto P. dijo...

Gracias, David. ¡Qué vieja esta la ciudad, después de estos 28 años! ¿Recuerdas las Pascuas que pasábamos con Popito en lo que hoy es la Divina Misericordia?
Entonces estabas tan loco y despelucado como ahora. Es que tu río se burla de la filosofía, y sigue siendo el mismo.
Un abrazo. Eduardo Soto P.

Anónimo dijo...

Gracias Felices Pascuas de Resurección. Que bueno es compartir y disfrutar lo mucho o lo poco que se tenga, sobre todo para esta celebración.